La Historia de la Vitivinicultura Argentina
Enviado por chupetin1972 • 20 de Octubre de 2012 • Monografía • 4.386 Palabras (18 Páginas) • 519 Visitas
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La historia de la vitivinicultura argentina se remonta a la época de la colonización, ya que el cultivo de la vid estaba estrechamente relacionado con las prácticas agrícolas de los colonos españoles. Su cultivo se vio fomentado por el consumo de vino y pasas, como alimento calórico, por parte de los soldados, y también porque los sacerdotes católicos misioneros implantaron viñedos, con el fin de contar con el vino, que indispensablemente requerían para celebrar la Santa Misa. En las Provincias de Mendoza y San Juan se implantaron los primeros viñedos entre 1569 y 1589, lo que dio lugar, con el transcurso del tiempo, al desarrollo de una gran industria que transformó la aridez de esta zona. Favorecida por óptimas condiciones climáticas y de suelo, la vitivinicultura manifestó un amplio y acelerado desarrollo, principalmente en las provincias andinas.
Durante la década de los noventa el sector vitivinícola se caracterizó por su notable transformación, éste pasó de ser un sector con problemas tales como excesos de oferta, consumo decreciente y múltiples intervenciones del Estado en el mercado (a través de, por ejemplo, precios sostén, bloqueos y cupos de vinificación), a ser un ejemplo para otros sectores de la economía. El cambio estuvo determinado por un salto hacia la calidad a través de la reconversión tecnológica que abarcó tanto al sector agrícola como al industrial. Asimismo, enfrentó una demanda creciente de vinos finos no sólo desde el punto de vista interno sino también externo que potenció la transformación del sector. El marco que permitió llevar a cabo dicho cambio fue el de la estabilidad, la apertura y la desregulación.
Hoy la vitivinicultura argentina posee un componente de gran peso a su favor que es la integración. Nuestro país ocupa un importante lugar en el contexto vitivinícola mundial y comienza a posicionarse como un exportador altamente competitivo de los tradicionales países vitivinícolas tales como Francia, España e Italia. La inserción en los mercados internacionales ha generado una notable innovación, motivada principalmente por la necesidad de adecuarse a las nuevas exigencias de los mercados importadores.
Tradicionalmente, el sector vitivinícola ha trabajado con la mira puesta en el mercado interno. Durante los ochenta y principios de los noventa, se exportaba no más del 2% del total de los vinos elaborados. Debemos tener en cuenta que el consumo de vino per-cápita en nuestro país siempre ha sido de los más altos comparado con el resto del mundo.
Sin embargo, en los últimos años se ha producido un fuerte retroceso de aquel consumo per-cápita. Este fenómeno ha motivado también una caída abrupta en la superficie en vides y en la producción de vino, aunque no lo suficiente como para eliminar los excedentes vínicos. En este contexto de excedentes, emerge la posibilidad de redirigir parte de las ventas hacia los mercados extranjeros
La estabilidad, la apertura económica y la desregulación de la economía durante la década de los noventa permitieron el desarrollo de factores endógenos del sector vitivinícola y generaron su transformación. Esta no sólo fue desde el punto de vista tecnológico, a través de la sustitución de uvas de alta calidad enológica e inversión de capital, sino también desde el tipo de relaciones que se estableció entre sus agentes ya sea de integración entre viñateros y bodegueros o de cooperación entre estos últimos para la inserción en el mercado internacional.
Debido a la reducción del mercado interno, se generó un sostenido incremento de las exportaciones de vinos, que ha sido acompañada con una mejora en la tecnología utilizada. Esto ha hecho que en los últimos 16 años la Argentina se haya incorporado a los países exportadores de vinos, ocupando el decimoprimer lugar (en volumen) con productos de excelente calidad.
Otro importante derivado en el sector es el mosto concentrado, el cual, en los últimos años ha dejado de ser un subproducto de la industria vitivinícola para ser un commodity con un mercado creciente y con demandantes cada vez más exigentes en calidad. Nuestro país ha ido ganando nuevos mercados hasta convertirse en el principal exportador mundial. La industria local abastece a más de 30 países de todo el mundo, siendo sus principales destinos Estados Unidos, Japón y Canadá, mostrando un potencial de crecimiento importante en cada uno de ellos.
En el año 2007, desde Argentina se exportaron 2.744.311 hl de vinos y 91133 hl en mosto concentrado y sulfitado, alcanzando un valor de más de 733 millones de dólares para los vinos y casi 125 millones de dólares para el mosto concentrado.(Principales derivados de la uva exportados por nuestro país.)
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El vino como cultura nacional
En primer lugar vamos a decir que se va a proclamar al vino bebida nacional de Argentina, iniciativa que apuesta por elevar el status del vino producido en ese país para lograr mejorar la imagen y promoción de los vinos argentinos a nivel nacional e internacional. Al parecer, será la presidenta del país Cristina Kirchner quien declarará al vino bebida nacional de Argentina en el Centro Cultural del Bicentenario (CCB) situado en Buenos Aires, esto habla de la importancia que tiene el vino como una cuestión sociocultural.
Son varios los argumentos utilizados para designar al vino bebida nacional de Argentina, un consumo medio anual por habitante de 30 litros, siendo de hasta un 77% el consumo de los vinos producidos en el país, grandes esfuerzos e inversiones tecnológicas para incrementar y mejorar las producciones, una proyección internacional que día a día se consolida y por supuesto, un reconocimiento de la labor que realizan los bodegueros argentinos.
Considerar al vino bebida nacional de Argentina otorga un valor añadido y una imagen de calidad, es también una muestra de cómo el Gobierno argentino y la población en general, respaldan a los productores, las cifras de consumo a nivel nacional hablan por sí solas, mientras que en otros países considerados más consolidados, sufren un retroceso en el consumo a nivel nacional. Parece que la cultura del vino triunfa en Argentina, nos gustaría retomar la lectura de un post a modo de ejemplo, que muestra la trayectoria y las innovaciones en materia de enológica durante los últimos años en ese país.
En Etiquetas y nuevos envases, la apuesta para potenciar el consumo de vino entre los jóvenes, mostrábamos las estrategias que aúnan calidad y diseño con el propósito de captar la atención de los jóvenes. Otro punto destacado es la cultura, podíamos saber que los expertos argentinos afirmaban satisfechos, que el paladar de los jóvenes del país está más culturizado y disfrutan mucho más del vino. Como ya indicamos en su momento,
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