Historia De México
Enviado por FAPM87 • 27 de Febrero de 2015 • 1.063 Palabras (5 Páginas) • 286 Visitas
Arquitectura mexicana contemporánea:
Se le denomina al conjunto de edificaciones construidas en México en la segunda mitad del siglo XX.
Es una arquitectura personal y característica, que ha depurado algunas de las variables del movimiento moderno —la plástica lineal de los volúmenes, los grandes ventanales longitudinales o el
funcionalismo extremado—, sin caer en la alternativa del lenguaje neocolonial y californiano.
PRINCIPALES CORRIENTES
José Villagrán García marcó la primera etapa definida de la arquitectura mexicana desde sus
planteamientos racionalistas y antiacademicistas de la década de 1920. Su granja sanitaria (1925) se
considera el comienzo de la modernidad en México, mientras que su edificio para la Facultad de
Arquitectura en la Ciudad Universitaria de la ciudad de México (1952) es la culminación del
predominio creativo de la función-programa, a la que subordina las resultantes formales. En
colaboración con Enrique del Moral proyectó, entre otros, el edificio de oficinas de Condesa (1950,
México), el hotel de la Alameda y el María Isabel (1963).
El Muralismo: La impronta del muralismo se encuentra en algunas obras de Mario Pani, cuya
tendencia formalista inició un estilo cuyos rasgos se aprecian en la Escuela Normal para Maestros en
la ciudad de México, que cuenta con murales de José Clemente Orozco y esculturas de Luis Ortiz
Monasterio. La temática predominante en las décadas de 1940 y 1950 se centró en la arquitectura
escolar, hospitalaria y residencial, así como en el conjunto de la ciudad universitaria. La biblioteca de
esta última (1953), del controvertido Juan O'Gorman, se compone de un gran volumen que actúa
como soporte para los murales de mosaico. Este arquitecto evolucionó hacia una tendencia
organicista obsesionada con la individualidad expresiva, como muestra su casa-gruta en San Ángel
(México, 1956).
El Funcionalismo.
Enrique Yáñez puede considerarse uno de los pioneros de la arquitectura funcionalista mexicana,
entre la que destaca su edificio de oficinas para el Sindicato de Electricistas en la ciudad de México
(1940). Yáñez reafirmó la integración de arquitectura y naturaleza en el proyecto para su casa, donde
se relacionan los espacios abiertos y cerrados con patios-jardines interiores y juegos de masas y
vacíos.
La escuela estadounidense: De la tendencia caracterizada por el seguimiento de la arquitectura
estadounidense (en especial de Mies van der Rohe), destacan la Secretaría de Recursos Hídricos (de
Pani y Del Moral, 1952), el edificio del Seguro Social (Obregón, 1950), el de la compañía de seguros
La Libertad (Augusto Álvarez, 1965) y la torre Latinoamericana (Leonardo Zeevaeret, 1960).
El estructuralismo: La obra de Félix Candela replantea el papel del arquitecto en relación con los
problemas estructurales a partir de tres premisas: economía, sencillez de cálculo y flexibilidad. No
obstante, la calidad de su obra radica en la sensibilidad para conformar espacios. Sus obras más
emblemáticas son las iglesias de La Milagrosa (1953), en la colonia Narvarte, la capilla de La Soledad
del Altillo (1956, con Enrique de la Mora) y la de San Vicente de Paúl (1959, con López de Carmona).
La embotelladora Bacardí (1960) es un interesante ejemplo de espacio unitario por integración de
unidades modulares. En la misma línea estructuralista puede situarse la obra de Enrique de la Mora,
con sus audaces propuestas abovedadas para la Bolsa de México (1955) o el santuario de
Guadalupe en Madrid, España (1957). El vanguardista Juan Sordo Madaleno realizó sus primeras
obras junto a Augusto Álvarez, siguiendo los postulados de Le Corbusier, como en los laboratorios
Merk Sharp & Dohme. En la década de 1960 colaboró con José Adolfo Wiechers
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