Historia De México
Garza4 de Noviembre de 2011
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Contenido
Introducción 3
1. Pasado y Futuro de la Educación Pública Mexicana 4
2. Orígenes de la Educación Pública en México 7
3. El Porfiriato. Primera Etapa (1876-1901) 10
4. Justo Sierra y la Obra Educativa del Porfiriato, (1901-1911) 14
5. La Revolución Mexicana y la Educación Popular 18
6. Conclusión 23
INTRODUCCIÓN
La educación como hecho, posee un sentido humano y social. Consiste en un proceso por obra del cual las generaciones jóvenes van adquiriendo los usos y costumbres, los hábitos y experiencias, en una palabra, el estilo de vida. Este ensayo presenta un recuentro de la educación en México, la cual, no era pública ni contaba con las bases ideológicas y jurídicas del liberalismo.
Cuando el movimiento de Reforma se impuso, un nuevo concepto cultural habría de guiar a la educación mexicana la filosofía positivista, que veía en el desarrollo científico naturalista el único camino de la educación y del progreso, concebido éste con un sentido estrictamente material.
La historia de la educación en México muestra las vicisitudes de su desarrollo político instrumento de dominación y dependencia cultural en la Colonia individualista y racionalista durante la primera etapa de su independencia; positivista, cientificista y elitista en la época porfiriana; social y popular de la Revolución a nuestros días. Cada etapa de su historia es reflejo de las luchas políticas y los objetivos nacionales que, en su momento, se consideraron esenciales y prioritarios.
Desde entonces el gobierno se hace cargo de las tareas fundamentales de la educción, se constituye en el poder rector, dirigente del sistema educativo nacional, vistos los fundamentales objetivos que persigue, tan esenciales al bienestar y desarrollo del país.
Los propósitos no son los mismos, la educación en nuestro país continúa siendo tema de interés por sus implicaciones económicas, sociales, filosóficas, morales, pedagógicas y sobre todo políticas. De ahí, que en cada sexenio el presidente en turno, con su equipo hacen los cambios que consideran pertinentes.
I. PASADO Y FUTURO DE LA EDUCACIÓN
PÚBLICA MEXICANA
La historia de la educación, como la historia de otro territorio cualquiera de la cultura, se construye con unidades históricas en sucesión cronológica. En los primeros años del México Independiente nuestro país intenta romper con un sistema de gobierno impuesto por el dominio español. Las primeras décadas se distinguen por el enfrentamiento entre dos grupos políticos que tratan de imponer la forma de gobierno que ellos creen que es la adecuada para el país.
En los primeros años de vida independiente se distinguen por sus inquietudes educativas Lorenzo de Zavala, José María Luis Mora, Valentín Gómez Farías y el conservador Lucas Alamán. Estos pensadores a pesar de sus divergencias ideológicas y concepción de la forma de gobierno que debería adoptar nuestro país, coincidían en que la instrucción “era uno de los más poderosos medios de prosperidad” por tanto, la educación no debería concretarse a enseñar a leer y escribir, sino que se hacía necesario dotar a las ciudadanos de una formación moral y política acorde al sistema de gobierno que adoptara nuestra nación. “Así pues, es inconcluso que el sistema de gobierno debe estar en absoluta conformidad con los principios de la educación”. (Vázquez 1979).
Valentín Gómez Farías, en 1833 llega interinamente a la presidencia de la república cuando el grupo liberal va a imponer su proyecto educativo concentrado a resolver tres graves problemas para la época: primero someter al clero y evitar su injerencia en los asuntos de gobierno; segundo, disolver el ejército conservador y sustituirlo por una Guardia Nacional, y tercero, implantar una reforma educativa.
Al crear la Dirección General de Instrucción Pública para el Distrito y Territorios Federales, al declarar libre la enseñanza y al secularizar un conjunto de instituciones para dedicarlas al servicio educativo, se define por vez primera, en el México recientemente independizado, la competencia del Estado respecto a la educación.
Este periodo inmediato a la Independencia, pretende que la educación forme ciudadanos aptos para el ejercicio de la democracia, la defensa del territorio nacional y se fortalezcan los sentimientos nacionalista. Con la Revolución y particularmente con el establecimiento de la Secretaría de Educción pública en 1921, cristaliza la organización de un sistema nacional que llega a ser en nuestros días uno de los cimientos principales del Estado mexicano.
En el orden cualitativo, cuatro grandes logros resumen el esfuerzo educativo mexicano desde la creación de la Secretaría de Educación Pública.
Primero: la consolidación de la función educativa del Estado, establecida por el artículo 3° constitucional, que garantiza una educación popular, democrática y nacionalista.
Segundo: la institucionalización de la educación, que ha dado por resultado un sistema educativo articulado, orgánico, sujeto a normas, en el que participan coordinadamente la federación, los estados y algunos municipios y al que se dedica una proporción considerable de recursos.
Tercero: el avance persistente hacia la suficiencia educacional para hacer efectivas la igualdad de oportunidades y la justicia social.
Cuarto: la profesionalización del magisterio, que hoy constituye la profesión más numerosa del país, la más vinculada al pueblo y una de las que mayores esfuerzos han hecho por superarse.
El mejoramiento de la eficiencia elaboradas por la Secretaría de Educación Pública, de acuerdo con las políticas actuales de crecimiento, suponen mejoramiento de la eficiencia de todos los niveles escolares. El flujo de alumnos, en consecuencia, se alterará de continuar estas tendencias y estas políticas de manera que egresen del nivel superior 23 alumnos de cada cien que ingresaron a primaria 17 años antes, en vez de los 7 que egresan ahora.
Dentro del sistema educativo será indispensable mejorar sustancialmente la calidad del maestro y de los demás factores que influyen en el proceso de enseñanza-aprendizaje, si la eficiencia se ha de superar en el grado previsto.
Es muy conveniente que se amplíen y perfeccionen proyectos orientados a mejorar la calidad de la enseñanza. A desarrollar en los niños y jóvenes, usos actitudes y habilidades a los que hasta hoy, ha sido posible prestar la atención necesaria. Cada vez se tendrá más conciencia de que la educación es el factor decisivo de nuestro desarrollo y se dedicarán a ella mayores esfuerzos. El autor en cada párrafo que escribe, imagina y mira hacia lo que será nuestra educación en tiempos futuros y el menciona que “cada vez se tendrá más conciencia de que la educación es un factor decisivo de nuestro desarrollo y se dedicara a ella mayores esfuerzos”.
Debemos hacer conciencia de que nuestra educación tiene que ir mejorando para bien de cada individuo, pues es uno de nuestros legados más enriquecedores como nación. Y como lo menciona el autor una nación estudia su historia para conocerse mejor y aprender de ella.
Por eso es importante descubrir y aprender como nuestros antepasados lucharon por la educación de la que hoy podemos gozar, y que nosotros debemos cuidarla e incrementarla para obtener una mejor enseñanza en México.
Hay que reflexionar sobre la tarea permanente de construir la educación pública del país. Al documentar el pasado, se suscitan necesariamente interrogantes sobre el futuro. El significado de este tiempo en que nos toca actuar, se hallarán indagando en ambas direcciones, hacia el pasado, para comprender nuestras raíces, y hacia el futuro para vislumbrar nuestras posibilidades.
II. ORÍGENES DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA
EN MÉXICO
La educción es una de las superestructuras de la sociedad, íntimamente relacionada con las características y problemas de cada grupo y época. Podemos considerar a la educación como el factor primordial de la producción cultural del grupo, con una función orientadora de la sociedad y con capacidad suficiente para colaborar de manera decisiva en la organización institucional del Estado.
Por estas razones la educación debe preocuparse por crear en los hombres la conciencia del mundo presente mediante la asimilación de la cultura que se les entrega y, una vez logrado esto, debe pugnar por dotar a las generaciones jóvenes de una nueva mentalidad, que les permita comprender el mundo del futuro, del que serán actores principales. A su vez, los jóvenes deben entender que el legado cultural que reciben de las generaciones mayores será el instrumento que les permitan normar su acción presente y, con ella, preparar la sociedad del mañana.
Las grandes transformaciones que se dieron en el campo del pensamiento y en el de la política durante el siglo XVIII llevaron a una nueva concepción del Estado, con un sentido más moderno y más responsable de sus deberes para con la sociedad; entre esos cambios se advierte una serie de preocupaciones por atender la educación, por fundamentarla en los conocimientos científicos de la época y por ofrecerla al mayor número de personas en cada país.
En México la preocupación por la educación no es reciente, pues ya nuestras grandes civilizaciones indígenas, entre ellas la mexica, formaban,
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