Historia Social, Moderna y Contemporánea

EVALUACIÓN PARCIAL N° 1

A. PREGUNTAS DE TEÓRICO. Elegir una entre las siguientes:

1.        A partir de los textos de Susana Bianchi y Daniel Sazbón, analizá la importancia de la Revolución Francesa teniendo en cuenta los cambios que produjo, su carácter de “revolución burguesa” y su impacto político e ideológico.

2.        El término “socialismo” alude a una serie de expresiones políticas que buscaban alguna forma de igualdad entre las personas y un cambio en el régimen de propiedad.

a) Según Joll ¿cuáles eran los planteos de Marx respecto de esos objetivos?

b) ¿De qué manera los revolucionarios rusos, una vez en el poder, abordaron las desigualdades entre mujeres y varones? En tu respuesta, considerá tanto las medidas como los debates existentes en el período analizado por Goldman.

B. PREGUNTAS DE PRÁCTICO. Elegir una entre las siguientes:

1.        A partir de los textos de Susana Bianchi y de Joan Scott explicá:

a) cuáles son las características de la burguesía como clase.

b) cuál es su mirada sobre la pobreza, la clase obrera, la organización sindical y las mujeres (sobre este punto focalizá en las prácticas empresariales y en los discursos vertidos desde la economía política).

2.        A partir del texto de Marcaida, Rodríguez y Scaltritti explicá qué significado adquirieron las nociones de “Orden y Progreso” en el imaginario de las clases dominantes durante el período que se extendió entre 1880 y 1916. ¿De qué manera ello definió la forma en que los políticos de la época abordaron la “cuestión social” y la “cuestión nacional”? En base al texto de Ezequiel Adamovsky desarrollar un ejemplo que se vincule con ese imaginario, contemplando a la clase obrera o a los pueblos originarios.

TEÓRICO

2. a) Según Joll, Karl Marx creía en una nueva sociedad con un horizonte socialista que consistía en eliminar la propiedad privada de los medios de producción y establecer una forma de propiedad colectiva o estatal, luchaba por la abolición de las clases sociales y la explotación, donde los trabajadores fueran dueños de los frutos de su propio trabajo. Marx también abogaba por la igualdad económica y la distribución equitativa de los recursos, así como por la emancipación de la clase trabajadora. La clase trabajadora siendo una nueva clase, porque él creía que la historia se desplazaba siempre de acuerdo a unas leyes preestablecidas muy arraigadas a un punto de vista económico: “En cada etapa del desarrollo histórico, conforme cambian los medios de producción y la estructura económica de la sociedad, se impone una nueva clase” (James Joll, 1983, p. 74). Marx se encargó de difundir estos mensajes a través de La Asociación Internacional de Trabajadores, una organización de sindicalistas y socialistas fundada en Inglaterra a mediados del siglo XIX: “La Primera Internacional proporcionó sobre todo un medio para la propagación de las ideas de Marx, y esto habría de tener una influencia incalculable en los nuevos movimientos de la clase obrera dentro y fuera de Europa” (James Joll, 1983, p. 73). Esta clase trabajadora industrial comenzó a sentirse atraída a esta doctrina de una lucha de clases y de un triunfo final de la revolución proletaria.

b) Una vez en el poder, los bolcheviques abordaron las desigualdades entre mujeres y hombres de diversas maneras. El primera instancia, se abolió el matrimonio religioso y lo reemplazaron por uno de carácter civil permitiendo que el divorcio pueda ser solicitado por cualquiera de los cónyuges (sin que haga falta un justificativo por su parte), esto permitía también que todos los hijos e hijas puedan recibir una pensión alimentaria por cualquiera de los padres (hayan sido concebidos dentro o fuera del matrimonio, ambos poseían los mismos derechos) y que cada cónyuge no debía compartir sus ingresos con la otra parte si así no lo querían.  En síntesis, se promovió la igualdad legal y se abolieron leyes que discriminaban a las mujeres en áreas como el matrimonio, el divorcio y la propiedad.

Obviamente, todas estas cosas eran imposibles en una Rusia prerrevolucionaria, en una Rusia en la que la mujer era considerada una propiedad del hombre y que su poder de decisión era casi nulo, viviendo sometida a una sociedad en la que regía la religión por encima de todo. La Iglesia intentaba repeler cualquier intento de cambio dentro de las leyes que amenazara la estabilidad de ese modelo de familia burguesa. Sin embargo, a medida que la revolución avanzaba y se consolidaba el poder bolchevique, muchos revolucionarios no le veían un futuro muy lejano a estas legislaciones y medidas: “Como marxistas, los juristas estaban en la posición extraña de crear leyes que pronto se convertirían en irrelevantes” (Wendy Goldman, p. 69). Goikhbarg, por ejemplo, manifestaba que este nuevo Código familiar no iba a perdurar tanto en el tiempo porque el propósito de estas leyes, lejos estaban de querer fortalecer el concepto de familia o al Estado mismo. Él asociaba estos códigos eternos como característicos de la burguesía. En cierto modo, también pensaba que el registro del matrimonio era ir en contra de toda la doctrina socialista y de la libertad individual de cada individuo. “El argumento principal de Goikhbarg era, sin embargo, que el registro matrimonial era absolutamente crucial en la lucha contra la iglesia y su control del matrimonio. Sin el registro civil, la población recurriría a ceremonias religiosas y la iglesia prosperaría” (Wendy Goldman, p. 72).

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