Historia argentina 1955-1988
Enviado por quimeyvivas • 19 de Noviembre de 2015 • Monografía • 2.482 Palabras (10 Páginas) • 151 Visitas
Historia argentina
1955-1988[pic 1]
Bruno Virginia, Eberhardt Camila, Espindola Vivas Quimey, Fabbro Martina, Peñales Camila.
Historia argentina
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El golpe de Estado de 1955
El 20 de septiembre, el gobierno peronista fue derrocado por un nuevo golpe de Estado, encabezado por el general Eduardo Lonardi, quien se hizo cargo de la presidencia. Fue el enfrentamiento entre Perón y la Iglesia lo que llevó a Lonardi a precipitar el golpe. Así, oriento su política hacia la conciliación, lo que disgusto a los sectores militares mas antiperonistas. Antes de cumplir dos meses de mandato, Lonardi fue depuesto. La presidencia fue ocupada por el general Pedro Eugenio Aramburu, otro de los activos protagonistas del golpe.
Con Aramburu el presidencia, el nuevo gobierno –que se denominaba a si mismo Revolución Libertadora- inició su política antiperonista. La Confederación General del Trabajo fue intervenida; el Partido Peronista, disuelto y muchos de sus dirigentes, encarcelados. Se prohibió toda actividad política en nombre del peronismo.
Como contrapartida, muchos dirigentes y militantes del peronismo, bastante desorganizados, se volcaron a realizar actividades violentas para enfrentar al nuevo gobierno: en lo que se conoció como “resistencia peronista”, promovieron huelgas, sabotajes y atentados.
En 1956, la Unión Cívica Radical se dividió en dos. Por un lado, se conformó la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), liderada por Arturo Frondizi, agrupación crítica de la Revolución Libertadora que, se mostraría propensa a buscar el apoyo del peronismo. La otra vertiente, la Unión Cívica Radical del Pueblo, dirigida por Ricardo Balbín, se mostró más favorable a hacer acuerdos con el gobierno militar.
Contra los pronósticos ingenuos, que consideraban que el derrocamiento de Perón y la represión habían acabado con el peronismo, en las elecciones constituyentes de 1957, el voto en blanco, aconsejado por Perón desde el exilio, igualó la cantidad de sufragios obtenidos por la UCRI y la UCR del Pueblo.
El exilio de Perón
A partir de su derrocamiento, en 1955, y durante casi dieciocho años, Perón vivió exiliado. Su primer destino fue el Paraguay, de donde se tuvo que retirar debido s las presiones del Gobierno argentino.
A partir de 1960, después de un largo periplo por países latinoamericanos, Perón se estableció de manera permanente en Madrid, España. Sus buenas relaciones con el dictador español Francisco Franco le posibilitaron desplegar allí la actividad política que lo llevaría, en 1973, a regresar a Argentina y a la presidencia.
El gobierno de Frondizi
Con la proscripción del peronismo, el resultado de las elecciones presidenciales de febrero de 1958 estaba en manos de la segunda fuerza política del país: el radicalismo. La división que se había producido en la UCR a fines de 1956 había sido definitiva.
En el pacto con Perón, que fue un secreto a voces, Frondizi se comprometió a devolver los sindicatos a los dirigentes peronistas y a concluir con las proscripciones políticas a cambio del apoyo electoral. El aporte del peronismo le permitió a Frondizi triunfar sobre Balbín con cerca del 45% de los sufragios.
El sector antiperonista reunía no solo a los militares, sino también a muchas fuerzas políticas y a importantes sectores de la población que no aceptaban el acuerdo entre Frondizi y Perón. Las reivindicaciones y las medidas de fuerza sindicales mostraban la capacidad de protesta de los peronistas. Los planteos militares frente a las diferentes desiciones del Gobierno se sucedieron ininterrumpidamente y pusieron en evidencia sus limites respecto de la autonomía y el poder de las Fuerzas Armadas. El Gobierno no contaba con ninguna de esas fuentes de poder, pero intento, mediante políticas oscilantes, enfrentar el problema. Trato de saldar rápidamente sus compromisos electorales mediante una ley de amnistía y una ley sindical a la medida de las demandas peronistas. Además aplico un plan de represión llamado Conintes (Conmoción Interna del Estado), con el fin de apaciguar a los mandos militares.
En medio de un contexto difícil, se realizaron las elevaciones legislativas y provinciales de marzo de 1962. El peronismo triunfo en cinco provincias; entre ellas, la de Buenos Aires. Para frenar un golpe de Estado que se anunciaba claramente, el Gobierno intervino las provincias en las que había ganado el peronismo, renovó gabinete y apeló a la mediación del ex presidente de facto Aramburu. De todas maneras, el 29 de marzo de 1962 Frondizi fue derrocado por los militares y excarcelado en la isla Martín García.
Si bien la conducción militar era homogéneamente antiperonista, ya habían surgido disidencias entre “legalistas” y “gorilas”. Los legalistas coincidían con la proscripción del peronismo, pero entendían que debían asegurarse un cierto orden constitucional y propender a la realización de las elecciones y al mantenimiento de gobiernos civiles. La facción conocida como gorila o golpista, subordinaba el mantenimiento del orden constitucional y la realización de elecciones a una posición antiperonista a ultranza.
Esto llevo a una indecisión sobre la sucesión de Frondizi, que terminó resolviéndose con la asunción de la presidencia del Senado. De esta forma, se mantuvo una precaria legalidad y el gobierno pasó a estar totalmente condicionado por las desiciones militares, tanto en lo relativo a la conformación de los diferentes gabinetes como a la tentativa de integrar en un frente electoral al peronismo, que volvió a ser excluido. Las elecciones siguientes se celebrarían en el marco de una democracia restringida y bajo el control militar, y el resultado electoral surgiría de la competencia entre las dos fracciones de la segunda fuerza política: la Unión Cívica del Pueblo y la Unión Cívica Radical Intransigente.
El difícil equilibrio de Arturo Illia
En las elecciones de julio de 1963, triunfo Arturo U. Illia, el candidato de la Unión Cívica Radical del Pueblo.
El de Illia fue un gobierno que convivió con cierta estabilidad y relativa bonanza económica, así como con un crecimiento de la producción industrial y de las exportaciones, pero que no pudo superar las contradicciones del funcionamiento de la política. Se vio envuelto cada vez más en el dilema político de no poder estabilizar el ejercicio de la democracia con la exclusión del peronismo u de no poder efectuar tampoco la apertura que vetaban los militares.
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