Historia contemporánea de España: "Cromwell"

Historia contemporánea de España:

"Cromwell".

Alberto Castellar

La película "Cromwell" de 1970, acerca de la vida de Olvier Cromwell, -rico político muy activo en la Cámara del parlamento británico y posterior alzado como líder en la guerra civil británica contra Carlos I- muestra las notables diferencias entre los sistemas políticos de la época entre los diferentes países y su precocidad en eficacia y protagonismo de los "comunes" o gente no perteneciente a la realeza o clérigo en exclusiva. Los conceptos que entendemos por absolutismo, rey, el concepto de "Cortes" o incluso la soberanía, presentan enormes variaciones no sólo en enfoque sino en importancia de sus diferentes atribuciones y aspectos.

La primera diferencia palpable es la distribución y poder ejecutivo del senado, su participación y su capacidad para tomar medidas o aplicar leyes de forma paralela e independiente del rey del país (llegando a verse claramente como incluso sobre su autoridad). La figura del rey llama la atención por su campo poco definido de acción y sus dudas acerca de cómo actuar, cometiendo diversos errores de bulto y tomando la decisión de romper la tradición e ignorar o incluso tratar de derrocar al parlamento británico. La división o choque de posturas, capacidades y "jurisdicciones" es muy diferente a lo que conocemos y estaba en alza en el resto de Europa en la época. Unas cortes fundamentadas y armadas de formas muy distintas plantean un escenario de contrastes con el resto de las monarquías y sistemas políticos conocidos. Un sistema más libre y ligero de voto a mano alzada y juicio popular teniendo siempre la figura del país o del estado como máxima autoridad ante la que responder y no un rey con poder absoluto otorgado por la mano divina para emitir juicios colocan al sistema político inglés como pionero en una posición muy peculiar.

Este escenario plantea unas situaciones y flujo de acontecimientos muy diferentes y mucho menos extremos o abruptos que las guerras civiles o internacionales del resto de la historia, una forma mucho más escalonada y menos sangrienta de avanzar en la evolución política con una base evidentemente más democrática. Llama mucho la atención para la época el escaso protagonismo más allá del voto de la Iglesia, siendo incluso rechazada abiertamente en varios frentes. Insólito en la mayoría del resto de una Europa eminentemente católica.

Podría decirse que Inglaterra presenta unas bases adelantadas a su época, y unos conceptos que aún siendo normales en su cultura, chocan sobremanera con lo conocido en el grueso del resto de países, con una monarquía limitada en lo judicial y legislativo y unas instalaciones y sistema político con unas cortes y un parlamento que daban mayor oportunidad a todas las partes, limitando su poder y su influencia, siendo capaz de alzarse por el país contra el propio y diferente rey en el particular caso de Carlos I. Consiguiendo así unas transiciones menos violentas y mucho más orgánicas.

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