Historia de la Privatización del Banco de México
Enviado por ivanalejaandro • 6 de Diciembre de 2013 • Tesis • 1.676 Palabras (7 Páginas) • 380 Visitas
Índice
Introducción……………………………………………………………………………….1
Historia de la Privatización del Banco de México…………………………………………2
Funcionamiento actual……………………………………………………………………..3
Evolución………………………………………………………………………………..…4
Conclusión………………………………………………………………………………....5
Introducción
El sistema bancario en México está compuesto de un grupo de instituciones que se dedican a la captación de recursos de los ahorradores y otras instancias, como el gobierno federal, para colocarlos a través de créditos directos, tomando el riesgo de sus deudores. Por supuesto dentro de este sistema se encuentran las instituciones de banca múltiple y de banca de desarrollo. Sin embargo, también forman parte del sistema bancario mexicano el Banco de México, el Patronato del Ahorro Nacional, los fideicomisos públicos constituidos por el Gobierno Federal para el fomento económico y los constituidos para el desempeño de las funciones de Banxico.
Las instituciones de crédito o bancos comerciales son sociedades anónimas propiedad de particulares que realizan diversas funciones. Los bancos pueden recibir depósitos de dinero a la vista, retirables en días preestablecidos, a plazo o con previo aviso y por medio de cuentas de ahorro. Así mismo, pueden otorgar préstamos y créditos, emitir bonos bancarios y obligaciones subordinadas, otorgar aceptaciones o endoso de títulos de crédito y expedir tarjetas de crédito. También prestan otros servicios como el de cajas de seguridad, expedir cartas de crédito para operaciones de comercio exterior, operar fideicomisos y recibir depósitos en administración y custodia o en garantía de documentos mercantiles.
Sistema Bancario Mexicano
LA PRIVATIZACIÓN DE LA BANCA
Pasado el 1º de mayo de 1990, el presidente de la República anunció que privatizaría la Banca. Sin embargo, esta vez no se volvía a la situación que prevaleció hasta 1981, donde la Banca era una concesión del Estado. Ahora se iba más allá: se privatizaba.
Para el 17 de mayo del mismo año, el secretario de Hacienda, Pedro Aspe, anunció que el gobierno se desprendía de la Banca porque no se justificaba que el Estado poseyera esos cuantiosos recursos "mientras exista la incuestionable e impostergable obligación de dar respuesta positiva a las enormes necesidades sociales".55 Posteriormente, el subsecretario de esa misma dependencia, Guillermo Ortiz, declaró que la privatización no obedecía a presiones de ninguna índole y que seguiría siendo controlada por mexicanos,56 declaración esta que posteriormente sería desmentida por otro funcionario público, el director de SOMEX, quien dijo que la privatización era un proceso "íntimamente ligado" a la firma del Tratado de Libre Comercio.57
Se reconoció que la privatización "no se debió a ineficiencia durante la administración estatal (...) [pues] de 1986 a 1990 las utilidades aumentaron en 16.4%, según un estudio de la Bolsa Mexicana de Valores".58 A pesar de ello y para hacerla más codiciable, la Secretaría de Hacienda estableció un programa para elevar su capitalización, en 10 de los 18 bancos.59 Previamente, el Estado había alentado la conformación de grupos corporativos (también denominados controladores), aunque éstos no necesitaban mayormente de ese aliento. Así, se pondría a la venta el 70% de las acciones de la serie B, propiedad del Estado (pues recuérdese que con Miguel de la Madrid se vendió, en serie B, un 30% a la iniciativa privada). Los grupos corporativos en puja podrían acceder sólo al 30% de las acciones puestas a la venta, en tanto un 20% de las acciones se ofrecerían en subasta a los 900 empresarios del país aglutinados en los denominados consejeros regionales. Y aquí viene lo interesante: si los consejeros regionales no compraban todo ese 20%, lo podría adquirir el grupo controlador.60
Se establecieron también medidas para evitar la concentración en pocas manos y para garantizar la participación de capitalistas grandes, pequeños y medianos. Como por ejemplo, prohibir a los grupos que se formen y que tengan integradas casas de bolsa, arrendadoras, casas de cambio, etc., "comprar más del 5% de las acciones de una empresa no filial, es decir, una industria, salvo autorización expresa de su Consejo de Administración, en cuyo caso la inversión no podrá exceder del 15% de la propiedad (...) Y sólo podrá comprar el 1% de otro banco (...) ninguno de sus socios (...) [¡del grupo controlador!] podrá tener más del 5% del total de sus acciones, salvo autorización expresa de la Secretaría de Hacienda, en cuyo caso podrá llegar a 10%. Y su Consejo de Administración deberá estar integrado por personas de reconocida honorabilidad, que cuenten con amplios conocimientos y experiencia en materia financiera y administrativa.61
No vamos a hablar aquí sobre honorabilidad, pero si se busca evitar la concentración de la propiedad en pocas manos y permitir la participación de capitales modestos en los grupos corporativos (en suma, democratizar el capital), el afán paternalista del gobierno se observa hasta cuando se necesita autorización para que un grupo corporativo pueda aumentar su participación en las sociedades financieras que se formen.
A fin de que estas medidas no sean rápidamente desvirtuadas y se consoliden los bancos, se establecieron también prohibiciones para que, ya sea en dos o tres años, no se haga reparto de dividendos.62 Posteriormente, se publicaron en
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