Historia resumida de san loreno

RESUMEN DE LA HISTORIA DE LA

 PARCIALIDAD INDÍGENA DE SAN LORENZO

1. Época Ancestral, antes de la llegada de los españoles

Los indígenas de Riosucio somos los continuadores de la presencia indígena en América, que los historiadores calculan en cerca de 20.000 años en la actual Colombia.

En este territorio del norte de Suramérica los grandes pueblos aborígenes fueron los Chibchas, los Arawak y los Caribes. Nosotros, en Caldas, descendemos de los Caribes, que a la época de la invasión española ocupaban los valles del Río Magdalena y del Río Cauca, distribuidos en numerosas tribus.

Las tribus que al momento de la Conquista habitaban esta región del Río Cauca, desde Anserma hasta Marmato, en datos de 1.574, eran más de veinte, conocidas como:

Carpa                Supía                Upinamá                Ypa                Ocanchara                

Napiora        Irra                Tabuya                Guática        Tusa

Yndipiati        Curumby        Curumpancha        Pirsa        Cumba        

Andyca        Chátapa        Guacayca                Apía                 Cupinga

Gorrones        Umbría        Guarma                Chátapa

En el actual territorio de Riosucio se encontraban asentadas las tribus de los TURZAGAS (Resguardo de La Montaña), los PIRZAS (en Escopetera Pirza) y los SUPÍAS, CUMBAS y UMBRAS (en Cañamomo y Lomaprieta).

Los indígenas que hoy habitamos en San Lorenzo todavía no habíamos llegado a estas tierras.

En esa época los indígenas de la región de Anserma hacia abajo éramos libres, dueños y señores del territorio, de las selvas, de los ríos, del oro y de la sal, éramos saludables y pacíficos, no conocíamos la traición, sin que por ello faltaran las guerras entre tribus, y estábamos organizados en cuatro grandes Señoríos. Los señores eran caciques como Ocuzca, Umbraza y Umbra. Cada señor tenía jurisdicción hasta sobre 10 caciques. También teníamos nuestros Dioses y chamanes. Los cerros de Ingrumá, Sinifaná, Batero, Buenos Aires, Carbunco, eran centros ceremoniales.

2. Época de la Conquista española

La invasión española

Los primeros españoles que aparecieron por lo que hoy son Supía y Riosucio llegaron apenas 47 años después del “Descubrimiento” de Cristóbal Colón. Venían de Cartagena y entraron por Caramanta en 1539, siendo tropas del español Pedro Vadillo, que se dirigían hacia el sur, pero en el camino río Cauca arriba se toparon con otra tropa conquistadora más grande, al mando de Jorge Robledo, que ya se había establecido en Anserma y a la larga se impuso. De ahí que la Conquista de la zona se hizo propiamente desde el sur del continente, donde los españoles ya habían doblegado al poderoso imperio Inca y asesinado a traición a Atahualpa. Desde el Perú el conquistador Francisco Pizarro envió una tropa a conquistar el norte del imperio Inca, al mando de Sebastián de Belalcázar, quien en su ruta fundó Popayán y luego Cali, desviándose hacia Bogotá a buscar el famoso Dorado. La campaña del río Cauca abajo la prosiguió un subalterno suyo, el capitán Jorge Robledo, quien llegó con 200 hombres de a pie y de a caballo (y con perros y fusiles) a la tierra de los indígenas Ansermas, donde fundó un pueblo con ese nombre el 15 de agosto de 1539, desde donde dirigió el sometimiento de las decenas de cacicazgos que encontró en la región. La Ciudad de Anserma se convirtió en el eje de toda la región hasta Marmato, Irra y la entrada de Chocó, que desde 1540 se incorporó a la Provincia del Cauca, con capital en Popayán, a la que pertenecería hasta 1905, cuando se creó el Departamento de Caldas.

Los españoles encontraron en este territorio muchos atractivos para su conquista, como eran la gran población existente (se calcula en más de 40.000 indígenas); el grado de organización sociopolítica (en que vencido el cacique, sometida toda la población); la abundancia de alimentación, y en especial la gran riqueza en oro de las minas de Quiebralomo, Supía y Marmato, además de los hermosos objetos en ese metal, fabricados en especial por los vecinos Quimbayas del otro lado del Río Cauca.

El sometimiento de los antepasados y la traída de africanos

A partir de este momento se abatió la tragedia sobre nuestra raza. Cuenta Pedro Sarmiento, escribano (secretario) de Robledo que unos caciques le llegaron en son de paz y otros en guerra. Robledo secuestró al gran cacique Ocuzca, pero éste se fugó y a los pocos meses planeó tomarse Anserma con sus parientes y aliados, pero el plan fue descubierto y fracasó. El cacique nunca se sometió, refugiándose al otro lado del río grande. Por su parte, el cacique de Irra fue vencido por Robledo con la ayuda de los indígenas del lado de Anserma. A los pocos años fuimos sometidos por el español y entregadas nuestras almas a nuevos sacerdotes de dioses desconocidos. Cuando menos pensamos, un día nuestros antepasados se despertaron repartidos como esclavos al servicio de unos amos que se llamaban “encomenderos”, que para 1559 respondían a los nombres de Gil Rengifo, Antonio Seguera, Gómez Hernández, Pedro de Herrera y María Redondo, que tenían sede en el Real de Minas de San Sebastián de Quiebralomo.

Entre la guerra, las terribles enfermedades que trajeron los españoles y el trabajo forzado a que nos sometieron en las minas de oro, de aquellos 40.000 que éramos en 1539 en la provincia de Anserma, sólo quedaban para 1582 cerca de 800 indígenas. Para evitar el exterminio total y quedarse sin gente para seguir explotando las minas, el gobierno español sumó otra barbarie a la historia sacando los nativos del África y trayéndolos a América. En 1582 ya había mil negros en Marmato y Supía (Guamal y Obispo).

3. Época de la Colonia. Surgimiento de los Resguardos

Otra medida que toma el gobierno español por este tiempo consistió en entregar a las tribus sometidas parte de las tierras conquistadas, en calidad de Resguardos. Qué ironía: los invasores expidiéndoles títulos a los dueños de la tierra. El Rey Felipe II da la orden al capitán Pedro de Alvarado en 1597. De esa época datan los asentamientos de La Montaña y Lomaprieta.

Visita de Lesmes de Espinosa y Sarabia

Posteriormente se presentaron conflictos graves entre los indígenas de estas parcialidades y también con los españoles que habitaban en Quiebralomo, por motivos de límites y de explotación del oro. El conflicto fue puesto en conocimiento de las autoridades del Virreinato de la Nueva Granada en Santafé de Bogotá, donde residían el Virrey y la Real Audiencia. Desde allí fue enviada una delegación para que resolviera estos litigios. Así se dio en 1627 la visita del señor Lesmes de Espinosa y Sarabia, oidor de la Real Audiencia, a la provincia de Anserma.

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