Historia y geografía de la energía erétrica en venezuela
Enviado por juanjosemmm • 29 de Octubre de 2012 • Ensayo • 1.899 Palabras (8 Páginas) • 484 Visitas
HISTORIA Y GEOGRAFÍA DE LA ENERGÍA ERÉTRICA EN VENEZUELA
Hacia el 1.660, Otto Von Guericke, físico Alemán, ideó la primera máquina eléctrica, la cual no tuvo aplicación práctica.
Durante el siglo XVIII se hicieron muchos descubrimientos acerca de la electricidad y aumentó considerablemente su interés.
En 1.729, el inglés Gray, descubrió la conductividad eléctrica y en 1.733 el francés Dufay demostró que existían los polos negativo y positivo. Hacia 1.752, el estadista y científico norteamericano Benjamin Franklin, estudió experimentalmente la naturaleza del rayo e inventó el pararrayos, mientras a finales de este mismo siglo, el italiano Galvani, realizó en Europa, experimentos sobre la electricidad animal.
En el año de 1.800 y durante un viaje a los Llanos Venezolanos, el sabio Alemán Alejandro Humbolt estudió las descargas eléctricas del pez llamado "Temblador". Y en la ciudad de "Calabozo" se entrevistó con el sabio venezolano Carlos Del Pozo, quien había construido por su cuenta algunos aparatos eléctricos, así como un pararrayos.
También en 1.800, el italiano Alejandro Volta, propició un gran paso adelante al inventar la pila eléctrica, la cual llevó su nombre. Estos descubrimientos permitieron que se inventasen: La Electrólisis, La Galvanoplastia, El Telégrafo y El Teléfono, entre los años 1.800 y 1.876.
Al mismo tiempo científicos de varios países estudiaban la electricidad y establecían sus leyes: Ampere, Faraday, Ohm, Joule, Maxwell y otros. Mientras, en Venezuela se habían venido utilizando diversos procedimientos para el alumbrado: del Candil de aceite de Coco al farol de Gas. Y la aplicación práctica de la electricidad la inició el ingeniero español Manuel De Montúfar, quien introdujo el Telégrafo eléctrico de Morse.
Con el apoyo del gobierno de José Tadeo Monágas, el ingeniero Montúfar estableció la primera línea telegráfica entre Caracas y la Guaira, hacia el año 1.856.
El sistema de generación y distribución eléctrica que conoce Venezuela actualmente es un sesentón al que la última década no le ha sentado bien. Pasaron sus años dorados, esos en los que el sector era una prioridad en la planificación del Estado. Faltaba poco para que terminara la pausa democrática que surgió después de la muerte del dictador Juan Vicente Gómez. En 1947, la Corporación Venezolana de Fomento, creada durante la presidencia de Rómulo Betancourt, incluyó en sus programas el desarrollo de un plan nacional de electrificación, el primero del país, que contó con asesoría estadounidense y sirvió como base para los trabajos de las décadas siguientes. Veinteañero, Rodolfo Tellería se había graduado hacía poco de ingeniero electricista en la segunda promoción de la UCV.
En 1953, Rafael Alfonzo Ravard, el militar e ingeniero designado por el dictador Marcos Pérez Jiménez para guiar el proyecto, lo llamó a formar parte de la Comisión de Estudios para la Electrificación del Caroní. En la biblioteca de su estudio guarda las memorias de esos trabajos y viste las paredes con cuadros de las plantas hidroeléctricas del sur del país. Contar la historia de la electricidad en Venezuela es una obsesión que lo ha mantenido en busca de información durante los últimos años, después de retirarse de la industria estatal. En los años cincuenta, dice, el servicio era aislado, con plantas en varios pueblos operadas por la iniciativa privada. De acuerdo con su investigación, 11 pueblos tenían electricidad intermitente en 1935.
La dictadura de 27 años había dejado un país fragmentado, sin visos de otro desarrollo que no fuera el petrolero. La industria necesitaba fuertes y constantes inversiones, y las empresas de electricidad privadas tiraron la toalla en algunas regiones: no pudieron pagar los créditos que les hizo la corporación para continuar operando. Entre 1950 y 1958, el Estado compró las que funcionaban en Táchira, Mérida, Trujillo, Falcón, Barinas, Portuguesa, Lara, Nueva Esparta, Sucre, Anzoátegui y Monagas. Juntas, constituyeron la Compañía Anónima de Administración y Fomento Eléctrico, Cadafe. Planificados.
Las ciudades crecían y la economía se hacía cada vez más dependiente del petróleo. Para finales de los cincuenta, el país arañaba los 7 millones de habitantes. La capital comenzaba a desbordarse y la Electricidad de Caracas cubría la demanda con 9 plantas hidroeléctricas y 8 térmicas. "Pérez Jiménez siguió el plan de largo plazo planteado en tiempos de Betancourt. Aparecieron los proyectos para aprovechar la energía hidroeléctrica de Guayana y atraer a la industria", dice Tellería. En los años setenta ¬recuerda con orgullo¬ Venezuela estaba por encima del promedio de la región: la capacidad de generación y de energía consumida por habitante era puntera, comparada con la de Argentina, Chile, Perú, Colombia o Brasil, que también desarrollaban planes eléctricos para la época.
Por ejemplo, el país producía 0,25 kilovatios hora por habitante; mientras que Argentina hacía lo propio con 0,20 kilovatios. "En los ochenta y noventa seguimos siendo de los más adelantados, sólo Estados Unidos y Canadá nos superaban". Para 1973, 65,2% del territorio disfrutaba del servicio eléctrico y 10 años más tarde llegaba a 83,7%. La primera planta hidroeléctrica que aprovechaba las aguas del Caroní, Macagua I, comenzó a construirse en 1956 y estuvo lista cinco años después. En 1963, el Estado creó la empresa Electrificación del Caroní (Edelca) para administrar directamente las obras en la región y comenzó la construcción de Guri, la hidroeléctrica de la que ahora depende casi 70% de la energía que consume el país. Los estudios de ese año, precisa, proyectaban lo que pasaría en los 20 años siguientes: las plantas Guri y Caruachi estaban por venir.
Cuando se instaló Guri (la última etapa se inauguró en 1986), teníamos unidades de 750 megavatios, de las más grandes del mundo. El sistema eléctrico venezolano se desarrolló porque todos los gobiernos siguieron los planes. Tuvieron la conciencia de que había que continuar invirtiendo", afirma. Crecía la población y la demanda de energía
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