Historias reales en la solidaridad y comprensión del ser humano
Enviado por Mevi Cabrera Campos • 5 de Diciembre de 2016 • Ensayo • 3.954 Palabras (16 Páginas) • 278 Visitas
Historias reales en la solidaridad y comprensión del ser humano
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Mercedes Cabrera Campos.
¡La sensibilidad es una virtud, y la empatía
es ver detrás de una sonrisa dibujada!
Para Guillermo y María con cariño.
Índice
Introducción…………………………………………………………4
Capítulo 1( Amistad sincera y solidaria)……………………………………………………………5-7
Capítulo 2(el encuentro perfecto con tu sonrisa)….………………………………………........................8-13
Capitulo 3(María, nunca dejes de sonreír en el cielo)…………………………………………………..…………14-17
Capitulo 4(Una historia para recordar)……………………….18-21
Reflexión………………………………………………………...22
Anexos……………………………………………………………23
Introducción
Existen situaciones donde podríamos sentirnos identificados, ¡cuántas veces hemos sido excluidos por nuestras propias actitudes!, es decir por ser egocéntricos, faltantes de tolerancia, la solidaridad es simple y pasajera, y solo actuamos interesados cuando existe la conveniencia, el mundo necesita personas que cuiden de él, de la vida humana, los valores no sobreviven a la maldad de las personas, pero solo existe una solución, tomar conciencia, empezar por alzar la mano y decir “yo seré el cambio; amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
A continuación daremos inicio al panorama explicito de esta obra pequeña, pero significativa, eso se espera del lector, que introduzca estas líneas en su vida.
CAPÍTULO 1
(El encuentro con tu sonrisa)
Te conocí un día de verano, donde el sol calienta y el cielo esclarece, por eso tu sonrisa resplandecía con tanta fuerza, que no pude quitar mi mirada sobre ella…siempre te recordare.
El arrulló de las palomas anunciaban el amanecer, entonces ya es hora de ir nuevamente como todos los días a trabajar, siendo las 7:00 am, presurosa levante mi rostro y dije: hoy será un día diferente, luego di un salto desde mi cama, coloque mis pies sobre el suelo, y con eso empezó la rutina. Lista para emprender el día, abrí la puerta, Salí de mi casa, y camine lo más rápido que pude por las calles, que ya hacían iluminadas por el sol y por el ardor de mis pensamientos.
Estando en movimiento, atendiendo las peticiones de los usuarios, que pedían horas adicionales, en las “cabinas de internet”, escuche una risa, que llamo la atención de mis sentidos, acerque mi visión, y no pude evitar ver la sonrisa mas risueña, que nunca había existido ni en mis sueños, era real. Lo describo como algo
expresivo, un momento donde aparece una melodía fascinante, y queda en tu memoria por horas, días, semanas, meses, en pocas palabras dejo huella en mi sentir. Una mañana, se encontraba sentado, cerca de la puerta, esperando que “las cabinas” sean abiertas, era él, el de la sonrisa iluminada, Pero nunca pasó por mi intuición, que sería parte de mi vida, por un tiempo corto.
Se llamaba Guillermo, tenía 18 años, amaba la música, le fascinaba el rock, tocaba la guitarra con tanta pasión; ya que siempre la llevaba siempre con él, y siempre interpretaba algunas canciones, en el parque, uno muy cerca de mi casa, por eso puedo decir que era un loco por las melodías y acordes, pero muy aparte de ello, el estudiaba la carrera de derecho. Siempre llegaba en compañía de sus amigos, terminando las clases de la universidad, nuestra primera conversación fue muy amena, como si nos conociéramos de toda la vida. Al llegar a primeras horas de la mañana, encontré a Guillermo esperando a un amigo con el que llevaba clases en la misma universidad, como acostumbraba, me acerque a decirle que faltaba poco tiempo para que se desocupase una cabina, sólo 5 minutos, ya que lo percibí algo con prisa. El con
esa sonrisa que lo caracterizaba, me pregunto: ¿desde cuándo
trabajas aquí? ¡Nunca te había visto antes!, por lo que le conteste:
estoy trabajado desde el año pasado, más o menos 6 meses; su
rostro de asombro fue evidente, porque no podía creer que tan distraído pudo haber sido, pues tanto tiempo acudiendo al mismo lugar, no se había percatado del cambio de personal; es comprensible todos andamos ajetreados, por los deberes del día a día. Siguiendo con mi relato, cada vez que Guillermo frecuentaba este lugar, se volvían momentos de conversaciones llenas de risas y simpatía. Una tarde, conversando de diferentes ideas, me pidió mi número telefónico, lo dude por un momento, pero había sido tanta la conexión entre los dos, que logro convencerme. Pasando los días, después de largas conversaciones, por mensajes de texto, y por chat, el se atrevió a pedirme una salida al cine, sentí emoción, no pude evitarlo, desde que lo vi había tenido una linda impresión de su persona, podría decir que fue una corazonada.
Mi intuición podría jugarme una mala pasada, obviamente tendría que pensar acerca de esta situación, nunca se llega a conocer a la personas.
“El destino es incierto, la amistad es una, no la dejes pasar, hazle caso al corazón, él lo sabe todo, pero siempre en compañía de la razón”
CAPITULO 2
(Cita con la verdadera amistad)
Cuando te vi correr alrededor de mi jardín, las flores cobraron vida, y las mariposas no volaban, porque tu presencia las hipnotizaba
Había llegado el día del encuentro, siendo sábado a las 5:00 pm, me encontraba esperando sentada en el parque cerca a mi casa, esperando que el llegara, pasando media hora, pude ver ah alguien corriendo desesperado alrededor del parque, por
encontrarme, se acerco y me dijo: disculpa por la demora, había mucho tráfico, y le dije con una sonrisa algo sarcástica: si, claro, a lo que él me pregunto: ¿estás molesta?, seguidamente dibuje con mi mirada hacia su rostro, y le dije: no para nada, solo que me hace gracia ver como corrías desesperado, de lado a lado, parecías asustado, al final reímos juntos. Camino al cine, conversando de todo un poco, de nuestros gustos, de lo que nos interesa, planes a futuro, etc. De pronto, sonó el celular de Guillermo, contesto algo tenso, esto me pareció algo extraño, y sembró dudas en mi mente, que no lo pensé dos veces y pregunte preocupada, y confundida: ¿Qué paso? ¿Algún problema? El no
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