Idealismo/realismo En Las RRII
Enviado por sanz11gol • 24 de Noviembre de 2013 • 1.240 Palabras (5 Páginas) • 520 Visitas
En este ensayo me referiré sobre el concepto de ciudadanía y su relación con las formas de gobierno, contenidos del Libro III: Teoría de la ciudadanía y tipos de regímenes políticos de La Política de Aristóteles. Construiré el análisis en base a la comparación entre el concepto de la ciudadanía en los tiempos aristotélicos y el concepto de ciudadanía en nuestros tiempos y su vínculo con la práctica del voto.
Por Estado (polis) Aristóteles entendía a la comunidad que estaba bajo un régimen político cuyo fin es poder satisfacer las necesidades de la población por si misma. Aristóteles parecía conocer de los problemas que hay detrás de un Estado que no puede satisfacer sus necesidades de forma autárquica, ejemplo contemporáneo de esto es la teoría de la dependencia desarrollada por Cardosso y Faletto(1), en donde queda de manifiesto que mientras no exista un desarrollo de la industria nacional que pueda satisfacer las necesidades de la población no existirá verdadera libertad. El Estado, dice Aristóteles se funda en La politeia que es la constitución o régimen político que da forma al estado (polis). El autor hace un análisis muy interesante sobre los tratados existentes y dice “Y así, cuando la democracia sucede a la oligarquía o a la tiranía, muchos creen que se deben dejar de cumplir los tratados existentes, contraídos, según dicen, no por el Estado, sino por el tirano. No hay necesidad de citar otros muchos razonamientos del mismo género, fundados todos en el principio de que el gobierno no ha sido otra cosa que un hecho de violencia sin ninguna relación con la utilidad general.” (2). Aristóteles si bien distingue entre constituciones puras y corruptas, pareciera pensar que es legítimo que alguien se tome el poder por la fuerza y que siguen siendo válidas las leyes que este dicte. “Si la democracia, por su parte, ha contraído compromisos, sus actos son tan actos del Estado como los de la oligarquía y de la tiranía” (3) En el caso chileno cuando augusto Pinochet firma la constitución del 80’, muchos la consideramos ilegitima y nos referimos al argumento que Aristóteles advierte, el uso de la fuerza. Pienso que el problema no es la violencia, en el sentido que no la concibo como un fin en si, sino, como un medio que suele utilizarse para alcanzar diversos fines. El problema es cuando esos fines no responden a los intereses populares, como lo fue en el 73’ con la dictadura. La legitimidad está dada en la medida que se responda a la soberanía popular, por lo que a diferencia de Aristóteles, yo no respetaría la constitución del 80’; pondría en duda “al buen ciudadano” y a su actitud cívica al ejercer el voto cada 4 años, porque las implicancias que se desprenden de esa constitución, como por ejemplo el sistema electoral binominal, son ilegítimos.
Aristóteles diferenciaba por ciudadano “El rasgo eminentemente distintivo del verdadero ciudadano es el goce de las funciones de juez y de magistrado” (4). Haciendo un análisis simple, ciudadano seria aquel que tiene voz deliberante.
En Chile se debe hacer primero una distinción entre nacionalidad y ciudadanía, ya que, la segunda se desprende de la primera. Entonces los ciudadanos son todos aquellos nacionales, que cumpliendo con los requisitos habilitantes, están inscritos en los registros electorales, es decir, se encuentra en condiciones de participar en las elecciones y plebiscitos que la misma Constitución señalan, y manifestar en definitiva, su soberanía a través del sufragio. Entonces, ¿Al no participar de las elecciones se deja de ser ciudadano, o se es “un mal ciudadano”?. Pienso que el no votar y aquellos que llaman a no votar como el movimiento “Yo no presto el voto”, no son
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