Idealismo Y Realismo

Idealismo (Platón)

El idealismo es la posición filosófica que afirma que el mundo exterior es una idea procedente de la mente del hombre o de un ser sobrenatural. Es una posición filosófica antigua que se considera que se inició con Platón. Su enfoque es racionalista o sea que tiene la tendencia a considerar el razonamiento deductivo como único método de conocimiento. En general, los idealistas creen que las ideas son la única verdadera realidad. Los que creen en el mundo material dicen que éste es inestable, incierto, cambiante, mientras que las ideas son duraderas. Los idealistas defienden que la educación debe formar la mente y enfocar al estudiante en los asuntos de valor duradero y la búsqueda de las verdaderas ideas. Ponen la importancia de la mente sobre la materia. Favorecen la enseñanza de las áreas más abstractas como las matemáticas, la filosofía y los clásicos. Se concibe a la gente como seres pensantes capaces de buscar la verdad a través de la razón. Nos enseña a que podemos aspirar a la sabiduría en el sentido que podamos mejorar la manera en que pensamos y la calidad de nuestras ideas.

Pensadores Idealistas:

1. Platón: consideraba que el hombre ideal o modelo que debe formarse es el filósofo que ama la sabiduría, la busca, se esfuerza por alcanzarla; el hombre que contempla las ideas y se recrea en ellas.

2. San Agustín: representa la máxima expresión de la filosofía educativa idealista cristiana.

3. Kant: su filosofía educativa tiene un enfoque moral. Para él, el fin de la educación debe ser la formación del carácter moral del estudiante. Debe formar al niño para que actúe de acuerdo con lo que le dicta su conciencia racional. El fin último de la educación debe ser la búsqueda de la perfección moral tanto individual como socialmente.

El maestro, de acuerdo con la filosofía idealista no es un mero instrumento para la transmisión del conocimiento de la generación adulta a la generación joven. Constituye de por sí la personificación de la realidad para el niño. Butler dice, que el maestro es para el niño, el universo hecho persona. También debe poseer una voluntad fuerte que refleje un sólido carácter moral; debe buscar la verdad, amar lo bello, lo sublime, ser justo y correcto. El educador idealista concibe al educando como un ente finito, pero con potencialidades infinitas. El educando no es un mero organismo natural sino un ente esencialmente espiritual. Su formación debe ir dirigida hacia la realización o actualización de esa substancia espiritual inherente a su naturaleza misma .La consecución de ese propósito es necesario dirigir al niño para que, en sus tapas formativas, trascienda de lo natural, sensible y temporal a lo ideal, absoluto e infinito. La escuela idealista recomienda que el educando sea expuesto al producto más refinado, sublime y trascendental de nuestra cultura. La concepción sobre el currículo de la escuela idealista se encuentra ya expresada en los escritos de Platón. El problema de la disciplina, la educación idealista considera que ésta debe surgir del educando mismo como producto de su envolvimiento personal en actividades significativas para su propio yo. De esta forma la autodisciplina, en vez de ser un requisito inicial para el aprendizaje, se convierte en un objetivo adicional del proceso educativo. Los castigos morales, tales como la negación de reconocimiento, respeto y amor, son más eficaces que los castigos físicos, así el joven se condicionará los dictados del deber, introyectándolos y haciéndolos suyos a medida que se va convirtiendo en adulto.

Conclusión:

El idealismo está dirigido en el conocimiento humano y su desarrollo, donde lo ser y no ser, son caracterizadas de distintas maneras por varios exponentes.

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