Identidad Nacional

Si ya es complejo hablar de identidad personal, definirnos y caracterizarnos por ciertos rasgos, teniendo en cuenta que somos personas expuestas a cambios continuos, y más aún, tomando mi propia experiencia de adolescente, que recién comienza a entender y aprehender las circunstancias de vida, las cuáles nos van forjando como persona; es más difícil aún establecer una identidad de carácter nacional a través de la cual todos y cada una de los habitantes de este territorio nos sintamos partícipes sin mayores diferencias, es prácticamente imposible.

Es por este motivo que he decidido plantear una afirmación, no definitiva, pero hipótesis al fin y al cabo que me ayudará a crear un “panorama” a cerca del estado actual de esta identidad nacional, una identidad para mi socialmente impuesta, a través de determinados elementos, no una identidad con la cual nos identifiquemos inherentemente sin mayores diferencias, con un sentir genuino de “ser parte de”.

Primero que todo, cuando hablamos de identidad nacional, esta se rige bajo el concepto de Nación, que es “un conjunto de individuos que ha reunido a través de la historia, una serie de elementos que los une y otorga características particulares” , también es definida como “un grupo humano vinculado estrechamente entre sí por lazos de sangre, origen, raza y, también, por aquellos vínculos espirituales como la religión, la lengua, la historia” . Sintetizando, son elementos que nos agrupan, y si analizamos nuestra historia, podríamos decir que nuestro primer lazo como nación fue el mismo hecho de pretender ser nación, al independizarnos de la Colonia Española durante los inicios del siglo XIX.

Sin embargo, si vamos más allá del proceso de generar un Estado-Nación, y nos centramos en el hecho mismo de sentirnos parte de “algo” que nos agrupa, es como al mismo tiempo nos disgregamos desde el punto de vista de pretender establecer una identidad nacional. Si viajamos al norte, al sur, al centro, al territorio insular chileno, nos daremos cuenta cuán distintos somos, cuán diferentes son nuestros intereses, nuestros ideales y sentimientos.

¿Cómo establecer una identidad nacional siendo tan diversos tanto territorialmente como culturalmente? Si se pretende establecer una identidad rígida, esto sólo se podría hacer a través de una imposición de rasgos o características, como se hace en las escuelas, como lo han hecho con nosotros a través de nuestra escolaridad.

En las escuelas municipales se canta el himno nacional, en los actos cívicos de todas las demás igual; los himnos nacionales, al igual que los símbolos patrios han servido para hacernos parte del sentir patrio, hacernos creer que somos parte de una nación, identificarnos con ser chilenos cuando llega septiembre, pero si preguntáramos cuales son las características que nos definen como chilenos o directamente qué es lo que nos identifica, tendríamos un abanico de opciones de acuerdo a edad, sexo, región, hasta barrios.

Es así como concluyo que la identidad nacional que ha reinado hasta el momento, la que es sacada a la luz en septiembre mayormente, es una de carácter impuesto que está por sobre lo que la sociedad elegiría y que se basa en elementos tangibles, visibles, con la idea de que puedan ser reproducidos con facilidad para su mayor impacto, los cuales puedan ser recordados como estandartes de identidad y sentir patrio. Una identificación falsa en base a un estereotipo de chileno, es que vive en la zona central, que baila cueca, como cazuelas, se viste de huasa o huaso cuando se debe, y que cree que todo lo que está fuera de su ciudad es campo.

Y ¿qué pasa finalmente con el identificarnos? Queda como la respuesta contrapuesta, el querer alejarnos de una imposición y buscar aquello que nos una con el resto (o al menos eso sería lo ideal) de la forma “correcta” o más sincera, no a la fuerza.

Con la idea de resolver esta “falta de identidad” expuesta anteriormente, es que me gustaría y me atrevo a establecer ciertos parámetros o ideas que nos ayudarían a forjar una identidad o una red de características o rasgos que nos reúnan. Aclaro a la vez que, pienso que el sentimiento de establecer esta identidad o identidades colectivas debe nacer de forma natural y no impuesta.

Buscaré primero los acontecimientos, hechos, características o elementos que nos agrupen de una u otra forma.

En primer lugar partiré por el cual así como es considerado el deporte rey a nivel mundial, es también el deporte reinante en nuestro país: el futbol. Si hemos de hablar de algo que nos una fuertemente, es la pasión que muchos sentimos por este deporte. Para muchos, la llegada de cada fin de semana para ver al club con el cual una muchas veces goza y muchas otras sufre, es eterna, y a pesar de las diferencias que puedan haber entre cada hincha, o más específicamente hablando entre las diferentes hinchadas, la identificación por no tan solo unos colores, sino también por el transcurso histórico de cada institución, es innegable. Muchas veces hay familias enteras que se sienten fuertemente identificadas con un cierto club, identificación que en muchos casos va pasando de generación en generación. “Porque mi cábala es tener esta familia, cada domingo es un ritual ir a alentar” , cábala que a pesar de lo bueno y lo malo, genera unión, la que en muchas ocasiones sirve como escape a las dificultades de un duro diario vivir. Duro diario vivir que principalmente se hace presente en la clase popular, la cual, tal como nos demostraba el sociólogo Jorge Larraín en su libro de Identidad Chilena, autores como Gabriel Salazar y Maximiliano Salazar la destacan como lo más propio de la identidad nacional, debido a la lucha constante que vive y el carácter autónomo y creativo que presenta.

Volviendo al tema de la unión, esta se da más fuertemente cuando juega la selección nacional, hecho que quedó demostrado el pasado mundial, en donde la pasión de la “Marea Roja” quedo demostrada en cada partido del cual fue protagonista Chile, en cada himno cantado el que incluso fue destacado en medios internacionales, como los diarios Marca y As de España, o el mismo diario The Telegraph del Reino Unido, que eligió a la barra

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