Impulsar La Calidad De La Práctica Educativa Supone Un Desafío En Cuanto Al Liderazgo Pedagógico, El Tiempo De Dedicación Y La Cultura Institucional.
Enviado por gabrlvi • 20 de Agosto de 2014 • 1.159 Palabras (5 Páginas) • 410 Visitas
Impulsar la calidad de la práctica educativa supone un desafío en cuanto al liderazgo pedagógico, el tiempo de dedicación y la cultura institucional.
Cambiar la práctica educativa es una tarea compleja, y si le sumamos que una media de tres cuartas partes de los profesores de todos los países TALIS (Teaching and Learning International Survey) comunicó que el aumento de la calidad de su trabajo no recibía ningún reconocimiento.
La calidad de la práctica educativa supone el esfuerzo necesario para reflexionar, encontrar nuevos recursos, metodologías, alianzas, etc. Que nos permitan mejorar continuamente y que aparentemente nadie nos exige dicho esfuerzo.
El esfuerzo que supone la mejora continua de la práctica educativa es muy superior a la recompensa que actualmente reciben los docentes. Es curioso que sea más fácil ser reconocidos en nuestra profesión por los propios alumnos que por otros colegas o por nuestros superiores.
Algunos de los desafíos que se llevan a cabo para afrontar los obstáculos encaminados al logro de la calidad de la práctica educativa son:
Primer reto: el liderazgo pedagógico necesario. Es la capacidad para influir en aquello que se realiza en las aulas, de forma colectiva, organizada y con un propósito común. Cualquier cambio a favor de la calidad educativa deberá ser presentado, liderado e impulsado por el equipo directivo y los responsables del centro educativo o formativo.
Que un sistema de calidad de la práctica educativa sea impulsado desde los alumnos, padres de familia, entidades externas, así como los propios docentes y equipos directivos, le otorga más garantías de sobrevivir en el tiempo y más fuerza a los responsables y equipos directivos que lo impulsan.
El reto de desarrollar el liderazgo pedagógico pasa por creer, es decir, cuando el docente crea que sus alumnos pueden aprender y también cuando un director crea que los docentes pueden cambiar. Ganamos liderazgo cuando aquello que impulsamos funciona. El liderazgo pedagógico está basado en la fundamentación de la práctica profesional.
Segundo reto: el tiempo de dedicación adecuado. Es posiblemente el recurso más escaso en un centro escolar o formativo y por tanto un recurso muy valioso ya que la mayoría de los docentes lo tienen ocupado en actividades de todo tipo, en reuniones, papeleo, cumplimiento con disposiciones administrativas etc.
Todas las profesiones afrontan un buen número de tareas administrativas y burocráticas, pero no por ello dejan de reflexionar de manera compartida, de mejorar sus protocolos técnicos o avanzar en su práctica profesional.
El reto de encontrar tiempo para la reflexión y mejora continua de nuestra práctica pasa por verlo no como algo extra, sino como algo que se encuentra dentro del horario laboral y del trabajo cotidiano.
El que no existan aún las condiciones de tiempo para la mejora contínua de la práctica educativa en nuestro centro escolar no es excusa para renunciar a ello.
Un maestro comenta que no se provocan suficientes encuentros entre departamentos. Tampoco se ven como necesarios los encuentros entre profesores. El profesorado es demasiado individualista y se comparte muy poco y seguido se hacen las cosas por amiguismo.
Tercer reto: El desarrollo de una cultura docente más profesional. Podemos encontrar tres cosas al analizar nuestros hábitos docentes:
1.- Que tenemos varios hábitos compartidos
2.- Que estos forman la cultura que vivimos
3.- Que no tenemos por costumbre hablar de ellos ni intentar cambiarlos.
No cualquier acción es válida para cambiar los hábitos docentes, muchas formaciones y asesoramientos hoy en día están lejos de cumplir con estas características, se debería prohibir realizar
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