Infografia ilustración Vida de San Agustín

Vida de San Agustín:

Nacimiento y juventud: San Agustín nació en Tagaste, en la provincia romana de Numidia, en el año 354 d.C. Tuvo una educación privilegiada en retórica y filosofía.

Juventud disoluta: Experimentó una juventud marcada por una vida disipada y desordenada, con varios vínculos sentimentales y una búsqueda constante de la verdad.

Conversión al cristianismo: A los 32 años, tras un largo período de búsqueda espiritual, se convirtió al cristianismo bajo la influencia de San Ambrosio, obispo de Milán.

Ordenación y Obispado: Después de su conversión, Agustín se ordenó sacerdote y eventualmente fue consagrado obispo de Hipona en el año 396 d.C.

Fallecimiento: San Agustín murió en el año 430 d.C. en Hipona, en el norte de África, durante el asedio de los vándalos.

Obra de San Agustín:

"Confesiones": Una de sus obras más conocidas, donde reflexiona sobre su vida, su conversión y su fe en Dios.

"La Ciudad de Dios": Es su obra más extensa, donde aborda temas como la historia, la política, la religión y la filosofía. En ella, contrapone la "Ciudad de Dios" (la comunidad de los fieles) con la "Ciudad Terrenal" (la sociedad secular).

"De Trinitate" (Sobre la Trinidad): En este tratado, Agustín profundiza en la doctrina de la Trinidad y su relación con la creación y la redención.

"De libero arbitrio" (Sobre el libre albedrío): Trata sobre la libertad humana y su relación con el mal y el pecado.

Pensamiento de San Agustín:

Teología y Filosofía: San Agustín fusionó la filosofía platónica con la teología cristiana, estableciendo así las bases del pensamiento teológico occidental.

Derecho y Estado: Agustín desarrolló una teoría sobre la relación entre el Estado y la Iglesia, defendiendo la primacía de la autoridad espiritual sobre la temporal.

Política: En "La Ciudad de Dios", aborda la naturaleza de la autoridad política y su relación con la moralidad y la justicia.

Ética y Justicia: Su concepto de justicia está estrechamente ligado a su visión teológica y a la idea de la ley divina como fundamento de la moralidad y la rectitud.

En resumen, San Agustín es una figura fundamental en la historia del pensamiento occidental, cuyas ideas sobre la relación entre el individuo, el Estado, la moral y la justicia siguen siendo objeto de estudio y debate hasta el día de hoy.

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