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San Agustin


Enviado por   •  2 de Noviembre de 2013  •  1.688 Palabras (7 Páginas)  •  248 Visitas

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2. Agustín de Hipona

2.1. La actitud filosófica de S. Agustín.

El punto de partida de S. Agustín está cerca del de la filosofía helenística. Las escuelas posteriores a Aristóteles creyeron que el fin del estudio filosófico apuntaba a conseguir la felicidad. Sin embargo S. Agustín, lejos de las posiciones naturalistas de estas escuelas cree que la felicidad sólo es posible en el plano sobrenatural. El único camino para conseguirla es partiendo de la interioridad del alma humana que asciende progresivamente hasta el Ser Supremo. Aquí está el primer recuerdo a la filosofía de Platón; con matices S. Agustín es el encargado de cristianizar la filosofía platónica.

Su teología está por ello unida al problema del hombre, el filósofo es el hombre que busca la verdad partiendo de su propia contingencia (mutabilidad), para transcender hasta Dios que siendo lo más íntimo al alma humana desborda su contingencia.

Hay por lo tanto una teologización de la filosofía, pero sin olvidar lo antropológico (ciencia del hombre).

Podemos concluir que en S. Agustín la filosofía no es solo un sistema racional sino una estructura unida a la religión, que se descubre con una especial actitud del hombre que volviendo a su interioridad se eleva hasta Dios.

2.2. Relaciones entre fe y razón.

Como para S. Agustín lo importante es explicar la relación entre el alma humana y Dios, entonces fe y razón no son más que medios o instrumentos que se exigen mutuamente para encontrar la verdad.

Por lo tanto fe y razón no se excluyen, sino que se complementan. Ni creer es algo irracional, ni el conocimiento racional (de Dios) destruye la fe. Para superar estas posiciones excluyentes, S. Agustín propone que la fe se sitúe al comienzo y al final de la especulación racional. Primero como una condición necesaria para que se ponga en marcha una investigación sobre temas que de otra manera permanecerían ignorados, (la fe es guía y pauta de la razón), por otro lado la investigación racional dirige al hombre hacia la fe, ésta elimina las dudas consolidando el conocimiento racional.

2.3. El problema del conocimiento.

El problema del conocimiento es para S. Agustín el problema de justificar la verdad, porque esto está conectado con la posibilidad de que el hombre alcance la felicidad. Si ésta sólo es perfecta en Dios, de lo que se trata es de buscar un tipo de conocimiento que nos lleve a Dios. Dios es el que fundamenta y hace posible el grado más alto de conocimiento humano: el conocimiento de lo universal y lo necesario, que para S. Agustín son las verdades eternas.

Para S. Agustín el conocimiento es una visión (Platón). El conocimiento para Platón es el de las ideas. Esa visión es posible gracias a la acción iluminadora de Dios sobre la inteligencia para que pueda alcanzar las verdades eternas que con mucho exceden su contingencia2 y finitud3. El precedente a esta concepción del conocimiento está en Platón que afirmaba que la idea de bien era el sol del conocimiento intelectual. Los neoplatónicos decían que lo UNO irradiaba luz sobre toda la realidad y todo esto es compatible con la concepción evangélica que identifica a Cristo con la luz del mundo.

La acción iluminadora de Dios para S. Agustín no es un auxilio sobrenatural sino algo estrictamente racional.

La luz natural de la razón procede de Dios y capacita a la mente para contemplar las verdades universales y necesarias. Nosotros tenemos noticia de la existencia real de las cosas por la sensación, y realizamos una comparación entre esos entes finitos y las ideas eternas e inmutables gracias a la iluminación divina. Quiere superar S. Agustín la teoría de la reminiscencia de Platón, es decir, no es necesario que el alma haya contemplado las verdades eternas en una vida anterior, lo que es necesario es que Dios eterno y inmutable abra nuestra mente para acceder a ellas. Y esta iluminación no es una visión o experiencia directa de la divinidad (ontologismo), sino la capacidad natural que Dios nos ha dado.

2.4. Dios y la creación.

Tres temas trata la teología natural o teodicea de S. Agustín:

1- Las pruebas de la existencia de Dios.

2- El problema de la esencia metafísica(3) de Dios.

3- El problema de la creación.

1.- Si Dios no es objeto de experiencia inmediata se requiere una prueba de su existencia. S. Agustín aporta una serie de argumentos entre los que destaca el de las verdades eternas. La mente posee verdades inmutables, es decir verdades "que no son tuyas ni mías, ni de ningún otro, sino que están presentes en todos por igual". Hay conocimientos que se imponen necesariamente al hombre, y que transcendiendo la razón finita humana deben fundarse en el SER. Si hay conocimientos universales y necesarios y ningún ser particular y contingente puede ser su fundamento es porque refleja la necesidad de Dios, es decir se presentan como la entrada para la demostración de su existencia.

2.- Demostrada la existencia de Dios hay que pasar a estudiar

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