Informe Sobre Llamado "Algunas Observaciones Sobre El Cuerpo E Ideología En El Occidente Medieval"

Desmontaje de la estructura del texto

El capítulo que elegí es el numero III, llamado “Algunas observaciones sobre el cuerpo e ideología en el Occidente medieval”. Esta precedido por el capitulo que trata de “El desierto y el bosque en el Occidente medieval” y seguido de la parte tratante de “Los gestos del purgatorio”.

Es en el capítulo II, donde encontramos la importancia del medio desértico para la religiosidad euroasiática, visto este la oposición a la ciudad. Por su parte, es al bosque donde se traslada este espacio, el cual da lugar a este lugar alejado de la civilización, por medio de los que surgen diversas religiones.

En cuanto al capítulo IV habla de aquel lugar en el que se encuentran los que ya han partido de esta tierra, cuestionamiento que siempre se ha expresado. Así también los gestos, que para una sociedad cristiana, son muy sospechosos, considerándose, propios de Satanás, ya que, la milicia de Cristo era discreta, sobria en sus gestos. El ejercito del diablo gesticulaba (p. 58). Este último, es al que se debe enfrentar a diario.

La elección de este capítulo la radica en el deseo de comprender la visión cristiana medieval del ser humano, y como este se ve limitado en un período eminentemente religioso, lo cual resulta determinante para la vida de entonces.

Desmontaje de ideas fuerza del capítulo.

El autor plantea que hacia la Edad Media, se produce una “revolución corporal”, hablando del alma como aquella que define el cuerpo, y de su relación con el espacio, que es donde este se desenvuelve y encuentra.

Así, plantea que, con el triunfo del cristianismo en Occidente, se produce una gran revolución cultural, referida al cuerpo. Es en la ciudad, en donde se eliminan los espacios de sociabilidad y cultura, en los que se exalta el cuerpo, manifestando esto una derrota de lo corporal. Según el autor, esta derrota, se expresa en que la carne es signo de humillación delante de Dios, siendo el alma prisionera del cuerpo, y a la vez, la definición del mismo. Afirma que esta derrota del cuerpo se fundamenta, en su aspecto sexual predominando este en la mujer, siendo el cuerpo de esta, “el lugar elegido por el diablo” , por lo que se hace necesario, el sometimiento de esta.

Acorde a lo ilustrado, con el deseo de sacrificar al “hombre biológico”, es que se llevan a cabo vigilias y ayunos, constituyendo esto un intento de negación de este hombre, claro, la negación de su necesidad física. Y es que el pecado se expresa en lo físico, específicamente en enfermedades, como la lepra. De esta manera, se anhela sacrificar la carne, para lograr una mayor perfección espiritual.

Es el cuerpo quien está en una constante cuenta regresiva hacia la putrefacción, es decir, se mantiene siempre hacia la decadencia, siendo este, un realidad en sí, y a la vez, una representación del mundo, el cual se conduce en un innegable declive. Esta es la idea, de que siempre el cuerpo, a pesar de esta “bien nutrido, no es más que una camisa de gusanos” siendo la satisfacción de la carne lo cual manifiesta la naturaleza humana, la cual necesita de la salvación de Dios la cual está destinada para el cuerpo y el alma. Así es como el alma en la Edad Media, se manifiesta en una forma corporal, siendo representada comúnmente como un “hombrecillo” o un niño, tomando incluso otras formas.

Para estos hombres medievales, lo sacro es revelado comúnmente en el “contacto entre lo espiritual y lo corporal”. De esta manera, es como las “revelaciones divinas” y las tentaciones diabólicas”, se manifiestan en sueños y visiones.

Ahora, es en el espacio, donde se encuentra ese “hombre biológico” y ese “hombre social”, siendo este espacio sujeto a variables que lo direccionan mediante una cultura. Es este espacio en el que se da una doble oposición entre lo alto/bajo y lo interior/exterior, siendo esto una característica necesaria para comprender las enfermedades mentales del periodo, a juicio de Schotte, psiquiatra consultado por Le Goff.

Análisis Crítico

En un contexto absolutamente marcado por el pensamiento cristiano, específicamente, por el pensamiento de los padres. En esta época, caracterizada por la negación del cuerpo, ya que este es el pecado, siendo la mujer, el hogar predilecto de Satanás, desde el mismo Edén. De esta forma, es la mujer vista como aquella que está completamente sometido a la voz del hombre. En el caso del matrimonio, “la mayoría de las mujeres, se ve así desclasada por el matrimonio, entregada a maridos inferiores por sangre o por posición a los que deberán sin embargo obediencia” . Es decir, no importa que la mujer pierda su

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