Insularismo
Enviado por Haber • 13 de Noviembre de 2013 • 611 Palabras (3 Páginas) • 523 Visitas
Temas principales
Si bien el problema que apasiona a Pedreira en el Insularismo es el de la nación puertorriqueña, su interés se bifurca en diversos temas: la historia, la geografía, la raza, la psicología, la cultura, y dentro de ésta, la educación, la literatura, la música, la lengua.
Pedreira la divide en tres etapas: de formación (siglos XVI, XVII y XVIII), de iniciación y camino a la madurez (siglo XIX) y de incertidumbre y transición a partir del trauma del ’98. El temor perenne al imperialismo que ha marcado la existencia como pueblo cuaja en la frase “Nos coge el holandés” (que se refiere al miedo de pescar, al estar sitiados entre enemigos).
La geografía
Factor determinante en nuestro perfil psicológico, Pedreira la concibe como limitante por su pequeñez y su condición isleña. El calor del trópico es motivo de languidez en los habitantes de esta tierra, y la suavidad de su paisaje debilita la voluntad del boricua. Por otra parte, la tierra se nos escapa de las manos, yendo a parar a corporaciones absentistas extranjeras.
La raza
Pedreira reconoce el mestizaje como factor clave de la identidad puertorriqueña, pero lo ve como negativo, ya que del africano entiende heredamos la docilidad que anula la rebeldía innata de la raza blanca. Luis Pelés Matos habría que contestar esta visión racista de nuestra cultura en los versos de su Tuntún de pasa y grifería, de 1937, celebrando la belleza negra y afirmando los valores del ritmo y la danza como constitutivos de una respuesta desafiante a la agresión norteamericana.
La psicología
Indecisión, temor, docilidad, languidez, verborrea, son algunas de las características negativas de la psique, según el autor del Insularismo. Al mismo tiempo, el puertorriqueño ha sabido ser valiente en la defensa de sus derechos como pueblo ante la época de opresión española, generoso con los marginados (el caso del abolicionismo decimonónico), solidario con sus hermanos hispanoamericanos, ávidos de los placeres de la música y la danza, y creativo en el arte literario, aun precario por recién estrenado en el siglo XIX.
La cultura
La educación. La llegada tardía de la imprenta, la escasez de libros, la falta de bibliotecas, museos y centros educativos, son elementos que dificultan la formación intelectual del puertorriqueño. A ello se suman la incultura y la falta de vocación de los mal remunerados maestros.
La literatura. Nuestra literatura germina, como el país mismo, tardíamente, dando sus primeros frutos en el siglo XIX. Sus textos fundacionales son El Gíbaro de Manuel Alonso y Mis memorias de Alejandro Tapia y Rivera. La falta de una historia literaria puertorriqueña obstaculiza la valoración del acervo, debilitado por la proliferación de la cursilería lírica en torno
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