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Intervención Norteamericana


Enviado por   •  21 de Septiembre de 2014  •  2.682 Palabras (11 Páginas)  •  310 Visitas

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INTRODUCCIÓN

El tema de la guerra que Estados Unidos condujo contra México entre los años de 1846 a 1848, ha sido ya objeto de numerosas publicaciones de carácter histórico, por lo que este proyecto no pretende ser una contribución adicional a la valiosa historiografía existente sobre el tema, sino más bien, explicar esta guerra ubicándola en el contexto de las relaciones internacionales de ambos países, Estados Unidos lo emprende a partir de su independencia en el siglo XVIII. Este fenómeno fue el antecedente directo de la guerra contra México que culminó con la pérdida del 55% del territorio nacional. En este marco del proceso de expansión imperialista analizamos las estrategias políticas y militares empleadas tanto por México como por los Estados Unidos.

En esta misma vertiente se pretende señalar que se ha reconocido poco la importancia que esta guerra tuvo para ambas naciones, en tanto fue un paso en la ascensión de Estados Unidos para irse colocando como una gran potencia frente a las europeas, y para México porque fue el amago extranjero que más pérdidas le significo de todas las intervenciones que ha sufrido. Además, porque a pesar del tiempo transcurrido, este tema para nuestro país continúa siendo objeto de un debate acalorado y emocional dado que la guerra evidenció con toda su magnitud la falta de unión de los mexicanos, así como de las debilidades del Estado para la defensa que se atribuye a un legado colonial y a las divisiones internas existentes en ese momento.

Se pretende mostrar con la mayor objetividad posible la posición y la política que asumieron ambos gobiernos en el desarrollo del conflicto bélico, cuyo resultado fue el alto precio que tuvo que pagar México para la firma de la paz.

INTERVENSIÓN NORTEAMERICA

Entre las amargas experiencias que México tuvo que padecer durante sus años de formación, tal vez la más dura fue la guerra con los Estados Unidos, entre los años de 1846 y 1848. Su derrota militar fue absoluta, padeció la primera ocupación de su capital y perdió aproximadamente la mitad de su territorio original. Sin embrago, esta experiencia dejó algunos resultados positivos, pues contribuyó a que los mexicanos maduraran su sentimiento de nacionalidad. Las causas de esta guerra han sido objeto de muchas especulaciones. Pero, sin duda, las raíces del conflicto se encuentran en el desarrollo diferente que tuvieron las sociedades mexicana y norteamericana.

En síntesis, la guerra entre México y Estados Unidos se originó por la ambición norteamericana de poseer más territorio.

ANEXIÓN DE TEXAS

El rompimiento definitivo le vino a producir la anexión de Texas. La idea de anexar ese territorio a la Unión Americana era bastante antigua; sin embargo, hasta 1845 sólo se habían dado tímidos pasos en este sentido. Hacia 1844, la creciente influencia inglesa en la república de Texas a los Estados Unidos, en la cual tanto norteamericanos como texanos habían manifestado interés. Además, en este mismo año el candidato demócrata a la presidencia, James Knox Polk, basó su plataforma expansionista que favorecía a todas las secciones de los Estaco Unido; el cual, por supuesto, incluía la anexión de Texas y el territorio de Oregón. Después de fracasaren 1844, la anexión de Texas pudo lograrse mediante una trampa legal el 4 de marzo de 1845. El gobierno mexicano protestó de inmediato ante esta medida. México jamás había manifestado que la anexión de tal territorio a la Unión Americana sería considerada como un acto de hostilidad y una causa suficiente para la declaración de guerra. Al decretarse ésta, el ministro, pidió pasaportes, y México rompió las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos.

La opinión pública mexicana empezó a exigir la declaración de guerra y la organización de una campaña para recuperar de inmediato a Texas. EL espíritu bélico de los intelectuales mexicanos se apoyaba principalmente en la idea de que la guerra sería el único medio de detener el expansionismo norteamericano. También se consideraba que la guerra era el medio más efectivo para despertar el sentimiento nacional, acabar con las luchas internas y acelerar las reformas que la sociedad y las instituciones necesitaban. Pero el gobierno de José Joaquín Herrera no compartía estas opiniones. Por ello, siguiendo el consejo de Inglaterra, estuvo dispuesto a reconocer la independencia de Texas sé ésta se comprometía a rechazar la anexión a los Estados Unidos. Texas confirmó sé incorporación el 4 de julio de 1845. A pesar de ello, Herrera dio un paso más en pro de un arreglo pacífico aceptando recibir a un comisionado norteamericano con poderes para llevar. El gobierno de los Estados Unidos envió a John Slidell con el carácter de ministro plenipotenciario, lo que implicaba la reanudación de relaciones entre ambos países, que en momento tan delicado no podía ser aceptada por el gobierno norteamericano insistían en exigir a México reconociera el río bravo como límite de Texas y presionar para que vendiera el territorio de California Herrera se negó a recibir a Slidell.

Mientras tanto se había gestado el movimiento de Mariano Paredes Arrillaga, que Acusó de traición al Presidente en el Plan de San Luis, y prometió declarar la guerra sin tardanza. Con parte del ejército que debió haber apoyado las líneas mexicanas en el norte, Paredes avanzando hacia la ciudad de México y tomó el poder. El nuevo presidente se percató de la debilidad del país y adoptó una política más conciliadora, similar a la de su predecesor. Pero tampoco recibió a Slidell, con lo cual toda posibilidad de arreglo desapareció definitivamente.

LA INTERVENSIÓN

El 25 de abril una compañía de caballería mexicana sostuvo una escaramuza con las fuerzas norteamericanas al mando del capitán Thorton, resultando vencedores los mexicanos. En Washington, el presidente Polk, ya impaciente, había empezado a preparar una declaración de guerra tomando como bases las indemnizaciones que México no había pagado hasta este momento y la negativa del gobierno mexicano a recibir a Slidell. Pero al ser informado de la escaramuza antes mencionada, la convirtió en el argumento principal de su mensaje enviado al Congreso para pedir la declaración de guerra.

En este mensaje afirmaba que "sangre norteamericana había sido derramada en territorio norteamericano". El Congreso, de inmediato y con una oposición mínima, aceptó la declaración de guerra el 13 de mayo de 1846. Para esta fecha las fuerzas mexicanas habían sufrido ya las dos primeras derrotas en el noroeste, en Palo Alto y La Resaca de Guerrero, los días 8 y 9 de mayo, respectivamente. El 18

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