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Introduccion A La HistoRIA


Enviado por   •  28 de Septiembre de 2011  •  1.697 Palabras (7 Páginas)  •  780 Visitas

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Introducción a la historia

Objetivo: definir el concepto de historia y su utilidad.

Resumen:

Nuestro arte, nuestros monumentos literarios, están llenos de los ecos del pasado; nuestros hombres de acción tienen constantemente en los labios sus lecciones, reales o imaginarias. Es indudable que las civilizaciones pueden cambiar; si no se, concibe como hecho en sí que la nuestra no se aparte de la historia.

Los historiadores deberán reflexionar sobre ello. Porque es posible que si no nos ponemos en guardia, la llamada historia mal entendida acabe por desacreditar a la historia mejor comprendida. Eso sería a costa de una profunda ruptura con nuestras más constantes tradiciones intelectuales.

Nadie se atrevería a decir, que el valor de una investigación se mide, en todo por todos, según su valor para servir a la acción. Rehusar a la humanidad el derecho de investigar, a calmar su sed intelectual sin preocuparse para nada del bienestar, equivale a mutilarla en forma extraña.

Porque la naturaleza de nuestro entendimiento lo inclina mucho menos a querer saber que a querer comprender.

Una ciencia tiene algo de incompleto si no nos ayuda a vivir mejor.

La historia esta destinada a trabajar en provecho del hombre, ya que tiene como tema de estudio al hombre y sus actos.

Ante todo, quisiéramos explicar cómo y porque practica su oficio de historiados.

La historia no es solamente una ciencia que se halla en la infancia, como todas las que tienes por objeto el espíritu humano, este recién llegado al campo del conocimiento racional, o vieja bajo la forma embrionaria del relato, es muy joven como empresa razonada en el análisis. La historia” es la mas difícil de todas las ciencias”.

“Para entender y apreciar bien estos procedimientos de investigación, aunque se trate de los más particulares en apariencia, sería indispensable saberlos unir con un trazo perfectamente seguro al conjunto de las tendencias que se manifiestan en el mismo momento en las demás clases de disciplina. Este estudio de los métodos considerados en sí mismo constituye, una especialidad, cuyos técnicos se llaman filósofos.

LA HISTORIA, LOS HOMBRES Y EL TIEMPO

LA ELECCIÓN DEL HISTORIADOR

La palabra historia es muy vieja, tan vieja que a veces ha llegado a cansar, muy rara vez se ha llegado a querer eliminarla del vocabulario.

Sólo para regarla al ultimo rincón de las ciencias del hombre: especie de mazmorras, donde arrojan los hechos humanos, considerados a la vez los más superficiales y los más fortuitos, al tiempo que reservan a la sociología todo aquello que les parece susceptible de análisis racional.

Sin duda, desde que apareció, hace más de dos milenios, en los labios de los hombres ha cambiado mucho de contenido. Éste es el destino, el lenguaje, de todos los términos verdaderamente vivos.

No es menos cierto que frente a la inmensa y confusa realidad, el historiador se ve necesariamente obligado a señalar el punto particular de aplicación de sus útiles; a hacer en ella una elección, elección que, evidentemente, no será la misma que, por ejemplo, la del biólogo: que será propiamente una elección de historiador.

LA HISTORIA Y LOS HOMBRES.

“La historia es la ciencia del pasado” es una forma impropia de hablar.

El lenguaje, por esencia tradicionalista, conserva voluntariamente el nombre de historia a todo estudio de un cambio en la duración.

La obra de la sociedad que modifica según sus necesidades el suelo en que vive es, como todos percibimos por instinto, un hecho eminentemente “ histórico”.

El objeto de la historia es esencialmente el hombre, mejor dicho, los hombres. Detrás de los rasgos sensibles del paisaje, de las herramientas o de las máquinas, detrás de los escritos aparentemente más fríos y de las instituciones aparentemente más distanciadas de los que las han creado, la historia quiere aprehender a los hombres.

Del carácter de la historia, en cuanto conocimiento de los hombres, depende su posición particular frente al problema de la expresión.

Cada ciencia tiene su propio lenguaje estético. Los hechos humanos son esencialmente fenómenos muy delicados y muchos de ellos escapan a la medida matemática. Para traducirlos bien y, por lo tanto, para comprenderlos bien se necesita gran finura de lenguaje, un color adecuado en el tono verbal.

EL TIEMPO HISTÓRICO

El historiador piensa no sólo lo “humano”. La atmósfera en que su pensamiento respira naturalmente es la categoría de la duración.

Es difícil, imaginar que una ciencia, sea la que fuere, pueda hacer abstracción del tiempo. El tiempo de la historia, realidad concreta y viva abandonada a su impulso irrevertible, es el plasma mismo en que se bañan los fenómenos y algo así como el lugar de su inteligibilidad.

El tiempo verdadero es, por su propia naturaleza, un continuo. Es también cambio perpetuo. De la antítesis de estos dos atributos provienen los grandes problemas de la investigación histórica.

EL IDOLO DE LOS ORIGENES

Nunca es malo comenzar con un mea culpa. Naturalmente para los hombres que hacen del pasado el principal tema de investigación, la explicación de lo más próximo por lo más lejano a dominado a menudo nuestros estudios hasta la hipnosis. Este ídolo de los historiadores tiene un nombre: La obsesión de los orígenes

“En todas las cosas humanas los orígenes

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