Introducción al Pensamiento Social. Algunos temas principales del pensamiento de Rousseau

Curso: Introducción al Pensamiento Social

Algunos temas principales del pensamiento de Rousseau

1) El pensamiento de Rousseau es propio del pensamiento moderno de la razón y en este sentido forma parte de la Ilustración. Por eso parte del concepto de “hombre en estado natural” como Hobbes o Locke pero rompe con un principio fundamental: el monismo razón-naturaleza. En efecto, ya no es la razón lo único que orienta al ser humano sino que se interpone entre la razón y la naturaleza los sentimientos. El hombre natural está constituido por dos sentimientos: el amor a sí mismo (que implica la autoconservación) y la piedad hacia los demás (que lo lleva a auxiliar al que sufre). Es esta una ruptura importante en la historia del pensamiento social, ya que es una primera manifestación del romanticismo que va a primar en la primera mitad del siglo XIX, que pondrá de relieve la importancia de lo “irracional” (el sentimiento, la afectividad) en la acción humana.

2) El estado de naturaleza es cuando, abstractamente, podemos despojar al hombre de toda aportación humana de la cultura.  En este hombre primegenio, se dan elementos anteriores a la razón.: el institnto de conservación y bienestar y la piedad. Son fundante de la propia razón. Rousseau parte de la noción de que en el estado de naturaleza el hombre es un egoísta pasivo; no es un ser beligerante como lo concibe Hobbes, sino un ser indiferente a los otros, carente de moral. Para Locke el hombre en estado natural tenía una base de moral en la observancia de principios básicos inscriptos en la naturaleza humana. En cambio para Rousseau el hombre vive como los animales, ajeno al bien y al mal porque no puede tener comprensión de la moral.  Pero si el animal está inexorablemente atado a la naturaleza, el hombre no, tiene actos libres y puede hacer cosas que vayan incluso en su propio perjuicio. En efecto, como hombre, su principal cualidad es la libertad y por lo tanto es libre de realizar cualquier acción. Motivado por los sentimientos de “amor a sí mismo” y “piedad” vive en armonía, pero la razón puede tomar el camino equivocado del orden natural. La libertad tiene dos vertientes: cuando se siguen las leyes de la naturaleza con conciencia de libertad el hombre progresa y tiende naturalmente al bien; cuando no se las sigue el hombre se deprava y tiende al mal artificialmente.

3) El planteo de Rousseau a lo largo de su obra supone tres momentos abstractos de la historia de la humanidad: a) el estado natural (antes de que el hombre introduzca la “cultura” en la naturaleza, esto es sus propias obras); b) el proceso de civilización (o sea, el largo período histórico de desarrollo de la sociedad, apartándose cada vez más el hombre del estado de naturaleza); c) la propuesta de una nueva sociedad. Los dos primeros son analizados, fundamentalmente, en “Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres”, y el tercero en el “Contrato Social”. Muy sintéticamente puede decirse que el primer momento es de armonía natural, el segundo es de deterioro civilizatorio de la humanidad (el ser humano y la sociedad pervertida) y el tercero es de recomposición de la libertad y bondad del hombre. Esta alternancia entre momentos positivos y negativos, y la “propuesta” de un nuevo momento es nuevo en la historia del pensamiento. A diferencia del optimismo de la filosofía de la Ilustración que ve un desarrollo continuo de mejoramiento de la humanidad gracias al despliegue cada vez mayor de la razón, Rousseau observa a la civilización como un camino errado de la humanidad en el cual la razón perdió el rumbo que le dicta la naturaleza (a partir de los sentimientos antes mencionados). Pero más importante: el hecho de que proponga un nuevo tipo de sociedad (a través del Contrato Social) significa introducir en el paso de la historia a la acción política de los hombres en su intento por alcanzar colectivamente la libertad. Sin mencionarla, inventa la idea de la revolución como acción política conciente de los hombres. Abre, entonces, la puerta para la política revolucionario y de transformación que estará tan vigente durante los siglos XIX y XX.

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