Kosik
Enviado por duvanskazz • 12 de Abril de 2015 • Síntesis • 1.577 Palabras (7 Páginas) • 336 Visitas
Para Kosik, la dialéctica se trata de la “cosa misma”. Esta no es inmanente al hombre y para captarla es necesario tanto de un esfuerzo como de un rodeo. Es por esto que la dialéctica distingue entre representación y concepto de las cosas, es decir que aquellos elementos no se presentan tal como son, y el hombre no tiene la capacidad para adentrase de manera directa e inmediata en la esencia intrínseca de estas. Es entonces que la humanidad utiliza como recurso comprensivo el rodeo y los medios necesarios para conocer las cosas y sus estructuras. El autor no considera la dialéctica marxista como una gran ontología y optó por una ontología praxiológica, es decir, centrada en la praxis histórica de la humanidad, basada en la caracterización de un individuo que actúa objetiva y prácticamente con respecto a la naturaleza, y que persigue sus intereses propios dentro de un conjunto determinado de relaciones sociales.
La dialéctica de la actividad en el conocimiento humano se expresa en el hecho de que el hombre para conocer las cosas como en sí mismas, debe transformarlas antes en cosas para sí, esto para poder conocer las cosas independientemente de él, y así elaborar “todo un sistema correlativo de conceptos con el que capta y fija el aspecto fenoménico de la realidad”. Así mismo el autor sostiene que el hombre solo conoce la realidad en la medida en que crea la realidad humana y se comporta ante todo como ser práctico e histórico; el hombre vive en varios mundos, y cada uno exige una clave distinta, no puede en consecuencia pasar de un mundo a otro sin poseer la clave correspondiente, es decir sin cambiar de intencionalidad y de modo de apropiarse la realidad (pg. 16).
Todo objeto percibido, observado o elaborado por el hombre es parte de un todo y precisamente este todo, observado o elaborado, no percibido explícitamente, es la luz que ilumina y revela el objeto singular, observando en su singularidad y en su significado, la conciencia es la unidad de ambas formas que se compenetran e influyen recíprocamente, ya que en esta unidad se basan la praxis objetiva y la asimilación practico- espiritual de la realidad.
No se parte desde un escenario utilitarista y del sentido común, ya que este aunque pone a los hombres en una condición de familiarización y manejo sobre las cosas, no le proporciona una comprensión de estas y de la realidad. Consideraba al marxismo como una filosofía política militante y activista, una filosofía de la praxis, representada en la fenomenología de Marx como una praxis fragmentaria de los individuos, basada en la división social del trabajo, en la división de la sociedad en clases y en la creciente jerarquización de las posiciones sociales que de ella deriva (pg. 9).
El mundo de la “pseudoconcreción”, en palabras de Kosik es: “El conjunto de fenómenos que llenan el ambiente cotidiano y la atmosfera común de la vida humana, que con su regularidad, inmediatez y evidencia penetra en la conciencia de los individuos agentes asumiendo un aspecto independiente y natural” (pg. 10). Es el mundo de la praxis fetichizada y unilateral, en el que los hombres y las cosas son objeto de manipulación. Se trata de un mundo de la vida cotidiana en condiciones propias de división y desintegración propias de la vida capitalista. Esta realidad común y establecida se halla ligada una visión singular de las cosas (la falsa conciencia, el realismo ingenuo, la ideología). Este mundo “speudoconcreto” tiene entonces que ser destruido para que se propicie el asenso del conocimiento verdadero, capaz de captar la realidad especifica. Es entonces que la dialéctica, ligada a una praxis verdadera y revolucionaria, es la que permite aquel conocimiento verdadero o la reproducción espiritual de la realidad (pg. 15).
El conocimiento verdadero mencionado anteriormente, se realiza mediante la separación del fenómeno respecto de la esencia, de lo secundario respecto de lo esencial, ya que solo mediante tal separación se puede mostrar la coherencia interna y, con ello, el carácter especifico de la cosa. Kosik plantea, en efecto, un problema filosófico fundamental, y fundamental también para el marxismo, como es el del conocimiento, pues, la teoría marxista del conocimiento en boga durante años, concibe a este como reflejo de la realidad). El autor afirma que el conocimiento no es contemplación (pg. 15), entendiendo por ésta la reproducción o el reflejo inmediato de las cosas. Pero el concepto de conocimiento como reproducción (desligado del elemento de actividad, de creación humana, resaltado por Marx) no es propiamente dialéctico-materialista, pues el hombre sólo conoce en cuanto crea la realidad humano-social. La categoría que le permite a él rechazar una concepción gnoseológica simplista y devolver su riqueza a la teoría materialista del conocimiento es la categoría de praxis.
Considera que
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