LA ENSEÑANZA COMO IDENTIDAD NACIONAL
Enviado por cindyterc • 14 de Septiembre de 2013 • 854 Palabras (4 Páginas) • 311 Visitas
LA HISTORIA COMO IDENTIDAD NACIONAL
Jean Meyer
La historia como ciencia social o humana da por meta la objetividad, la búsqueda de la verdad; y la vertiente instrumental, aplicada de una historia al servicio de un estado, de una ideología.
El hecho nacional, además de ser un hecho, es también una idea, un proyecto. Parece una evidencia cuando es un enigma. Es también sentimiento y puede ser pasión. Emoción fuerte, definición débil. En lugar de encontrar la razón de esta sinrazón, muchas veces, oponemos la razón y nosotros sus sectarios, a la nación y a ellos sus fanáticos.
El lazo interno que encadena entre ellos a los individuos de un pueblo, y a las generaciones entre ellas, no es, en las diversas naciones, de la misma naturaleza. A veces la raza, a veces la lengua, a veces el territorio, a veces los recuerdos, a veces los intereses, instituyen de manera diversa la unidad nacional de una aglomeración humana organizada.
El nacionalismo trabaja sobre algo inevitable: cada persona recibe una educación, la de la familia, de la escuela, de un grupo; cada persona necesita ser reconocida, pertenecer, compartir un destino común.
Pertenecer a una nación es un lazo doble, el derecho a tener una identidad, a recibir protección, y el deber de conformarse a las costumbres, a las leyes, eventualmente de morir por la patria.
El nacionalismo no es sino la consecuencia de una nueva forma de organización social, derivada de la industrialización y de una compleja división del trabajo.
Los hombres que dependen de una misma red pública, adquiere una identidad colectiva.
LA HISTORIA
La historia es lo real, la historiografía es más que el relato, el recuento, el análisis de dicho real. Si la identidad nacional es un momento de la historia.
La historiografía se ha transformado de manera prodigiosa. Su profesionalización estableció normas de objetividad y liberó al historiador, teóricamente, de la necesidad de trabajar para los poderosos, de adaptarse a los gustos y valores del público.
La profesionalización significó la autonomía. Los historiadores, sin embargo, aunque más tarde que sus colegas "social scientists" de sociología, psicología, economía, o que los juristas, no pudieron escapar a las solicitudes del Poder, que nunca olvidó que existía una estrecha relación entre poder y saber.
La historia puede ser una ficción, dado el hecho de que se la considere como esencial para la creación y la conservación de la identidad nacional.
La historia es el producto más peligroso que haya elaborado la química del intelecto. Sus propiedades son bien conocidas. Hace soñar, emborracha a los pueblos, les engendra falsos recuerdos, exagera sus reflejos, mantiene abiertas sus viejas llagas, los atormenta en su reposo.
"Los
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