LA ERA CRIOLLA
Enviado por valecatatomi • 6 de Octubre de 2013 • 3.645 Palabras (15 Páginas) • 294 Visitas
La independencia (1810-1820)
Los acontecimientos que se desencadenaron en el Río de la Plata a partir de 1810, fueron el resultado de tres grandes procesos históricos: la independencia de las colonias norteamericanas de la metrópoli británica (1776), la Revolución Francesa (1789) y la crisis política que se vivía en España. La influencia de estos hechos de fin del siglo XVIII y principios del XIX, provocó que en Buenos Aires comenzaran a constituirse grupos que soñaban con romper los lazos que nos unían a España. Cuando el virrey Cisneros dio a conocer la noticia de que los franceses avanzaban sobre Cádiz, los seguidores de la independencia consideraron que había llegado el momento de empezar a operar para lograr sus objetivos.
Para los revolucionarios, la independencia se trataba del nacimiento de una nación, era un proyecto de futuro en el que la comunidad rioplatense y su zona de influencia tendrían que vivir por su propia cuenta.
En el antiguo virreinato del Río de la Plata había un gran sentimiento republicano y esto favorecía a que el modelo político futuro fuera democrático y federal. Pero la tradición centralista que reinaba en estas tierras con la superioridad de Buenos Aires como capital no colaboraría. Había gobernaciones-intendencias (como Córdoba y Salta) que le estaban subordinadas, y también ciudades subalternas (éstas dependían de las gobernaciones-intendencias; Córdoba, por ejemplo, tenía a La Rioja, San Luis, Mendoza y San Juan) que tenían una gran rivalidad con las más importantes y cada vez que algún problema les daba vuelta o que se les enviaba un gobernador delegado, las ciudades subalternas se auxiliaban en Buenos Aires.
Según nos dice Félix Luna en su libro "Breve historia de los Argentinos" fue sin duda Buenos Aires la que llevó adelante la revolución ya que en el interior no había más que retrasos, ocultamientos, resistencias y sobre todo un carácter rígido y tradicionalista por lo que las nuevas ideas que llegaban de Bs. As. demoraban en ser aceptadas y por lo tanto el mayor peso de la Revolución lo soportó Bs. As.
Las relaciones entre el interior del país y Buenos Aires comenzaron a volverse tirantes ya a partir del momento en que el pueblo porteño se sentía con el derecho de tomar la iniciativa de sustituir al virrey por una Junta. La ciudad era importante, pero lo lógico era consultar el parecer de las otras jurisdicciones.
Tanto las gobernaciones-intendencias como las ciudades subalternas poseían el derecho de opinar. Finalmente Buenos Aires introdujo este cambio en la estructura del poder virreinal, y luego notificó a todas las autoridades subalternas del virreinato sobre lo ocurrido, invitándolas a enviar a sus diputados a un congreso general para establecer un gobierno definitivo. Como indudablemente habría resistencia, se formó una fuerza militar.
Los porteños y la gente del interior se enfrentaban por sus opuestos intereses. Buenos Aires quería no sólo seguir manejando el gobierno sino también recaudar los derechos fiscales, fundamentalmente, los de aduana. Entonces el pueblo del interior comenzó a preocuparse y de ninguna manera se quedaría con los brazos cruzados.
En Córdoba se produjo una contrarrevolución presidida por Liniers, que terminó con su fusilamiento. Mendoza también se mostró hostil a Buenos Aires y en Salta se armaron muchas discusiones. Pero las gobernaciones-intendencias y las ciudades subalternas fueron poco a poco reconociendo a la Junta.
Sobre todo en tres puntos la resistencia se hizo activa; esto sucedió en el Alto Perú, en el Paraguay y en Montevideo.
Desde Buenos Aires partió una expedición hacia el Paraguay con la intención de convencer o vencer a los paraguayos; a estos no les gustaba la idea de rendir cuentas a la ciudad porteña sobre sus importaciones y exportaciones.
Al Alto Perú también se envió una expedición, la cual triunfó pero luego de unos meses las fuerzas patriotas sufrieron una derrota en la batalla de Huaqui, por lo que se perdió el Alto Perú. Debido a esto se cambió la estructura de gobierno, creándose el Triunvirato. Este fue destituido en 1812 con la ayuda de San Martín y Alvear y se creó un Segundo Triunvirato.
La Banda Oriental tenía una gran rivalidad con Buenos Aires ya que Montevideo poseía un puerto mejor que el de la capital, y quería ser puerta de entrada y salida de toda esta parte de América. Fue en Montevideo donde a través de Artigas se comenzó a discutir el régimen centralista porteño. Artigas no envió por lo tanto delegados ni a la Asamblea del año XIII ni al congreso de Tucumán. Sus ideas y acción político-militar influyeron tanto en la Banda Oriental como en las provincias del Litoral y en Córdoba.
En 1815, en el interior tuvo lugar una rebelión general debido a la designación de Alvear como Director Supremo, esta fue la primer revolución nacional contra un poder central. Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y la Banda Oriental se declararon independientes y Córdoba, aunque no lo hizo, aceptó la protección de Artigas. A partir de este año, las expediciones a la frontera norte alentadas desde Bs. As. cesaron; pero continuó un estado de guerrilla permanente, apoyado por Guemes sobre todo.
Cuando en 1816, el gobierno convocó un congreso en Tucumán era seguro que algunos propondrían un régimen federal y otros uno centralista. Si bien el problema se presentaba como una preferencia política, escondía toda una concepción de la vida económica e institucional del país; según nos cuenta José Luis Romero en "Breve historia de la Argentina". En este congreso se declaró la independencia y el mismo no contó con representantes de las provincias litorales, ya en abierto estado de sublevación.
Con la invasión de la Banda Oriental por los portugueses, promovida desde Bs. As., se logró que la situación se agrave y que la unidad del país peligrara.
En el año 1818, Ramírez derrotó a las tropas de Bs. As. entonces el Directorio comenzó a verse cada vez más débil frente a las fuerzas del litoral.
Estanislao López promovió en 1819, la sanción de una constitución provincial.1 Ese mismo año, el Congreso que se había trasladado a Buenos Aires, había aprobado una carta constitucional para las Provincias Unidas2 (fue jurada por todas las provincias con excepción de las del Litoral). La crisis se precipitó; las fuerzas de Entre Ríos y las de Santa Fe se enfrentaron con los restos del Ejército Nacional, venciéndolo en Cepeda en 1820. El poder central desapareció, se diluyó el Congreso y las provincias obtuvieron plena autonomía. Bustos terminaba
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