Personalidad En La Era De La Información

Psicología de la Personalidad en la Era de la Información

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Resumen.

No se dispone de un modelo integrado y consensuado de la personalidad, siendo las perspectivas estructural y dinámica las que más relevancia tienen en el ámbito científico y de las aplicaciones. El modelo de Mc Adams y Pals, es la propuesta que más cercana está de lograr una visión unificada. A pesar de este déficit de consenso, la personalidad en este momento es un constructo validado, que sin embargo podría enfrentar cambios en la comprensión de su naturaleza y funcionamiento, producto de la emergencia de nuevas herramientas y metodologías de modelamiento y simulación matemáticas de procesos cognitivos y psicológicos Actualmente, ya existen modelos basados en redes neuronales que se plantean como unificadores de las dimensiones estructurales y dinámicas de la personalidad. La generación de más evidencia científica por esta vía requiere de análisis y contrastación con el conocimiento generado hasta ahora. En este escenario, es posible vislumbrar numeroso desafíos para los investigadores en psicología de la personalidad.

Psicología de la Personalidad en la Era de la Información

Resulta llamativo que a pesar de que la personalidad es uno de los constructos psicológicos que más presencia tienen en la descripción y análisis de funcionamiento psicológico y conductual humano, tanto normal como patológico, aún no se dispone de un modelo integrado y consensuado, que comprenda tanto sus aspectos estructurales y dinámicos, así como sus sustratos neurobiológicos y la relación que presenta con la cultura.

En la actualidad existen dos aproximaciones, con direcciones independientes, en las que se sustenta el estudio de la personalidad. La perspectiva estructural, a partir de análisis estadísticos de diferencias psicométricas entre individuos, ha planteado la existencia de cinco grandes factores estructurales de la personalidad. (John, Naumann, Soto, 2008). En tanto la propuesta dinámica, se enfoca en los determinantes e interacciones de los procesos determinantes de la vivencia y conducta humanos. (Cervone, 2005)

Hace unas cuatro décadas, producto de la irrupción del conductismo, la personalidad vio amenazada su existencia como objeto de estudio, recuperándose y revalidándose, principalmente gracias a la potente emergencia del modelo de los cinco grandes factores, que con un cuidado soporte estadístico, generó abundante evidencia empírica compatible con el modelo. (McAdams, Pals, 2006)

En vista de que la personalidad en este momento cursa por un período de validez como constructo, cabe preguntarse ¿qué impacto tendrá en sus ámbitos científicos y de aplicación, el desarrollo de la tecnología e informática?

Mientras más nos adentramos en la era de la información, los antiguos paradigmas se quebrajan y los preceptos científicos deben ser sometidos al escrutinio de criterios que buscan la formalización de procesos, estados, atributos y funciones, es decir que se organicen como parte de la estructura y dinámica de sistemas. (Bell, Hey, Szalay, 2009) Esta tendencia en curso, ¿podría implicar el cuestionamiento de los fundamentos teóricos y empíricos en los que se fundamenta la personalidad?. ¿Estamos ad portas de una nueva “crisis existencial” de la personalidad?

Cuando en la actualidad, las aproximaciones históricas estructurales y dinámicas, tienen direcciones más divergentes que convergentes, (Funder, 2001) la necesidad de integración de fundamentos teóricos, modelos y metodologías para responder tanto al ¿qué es la personalidad? y ¿cómo funciona? parecen no próxima a ser resuelta considerando el desarrollo científico actual.

McAdams y Pals (2006) postularon un modelo teórico multidimensional de la personalidad, en el que destacaron la necesidad de disponer criterios integrados y de abarcar múltiples aspectos de la experiencia y comportamiento para definir y operacionalizar la personalidad. Basándose en sus "nuevos cinco grandes", refiriéndose a las cinco dimensiones que conforman su modelo, plantearon un marco teórico germinal para orientar nuevas líneas de investigación. En este modelo destaca la instalación de un marco temporal, en relación a la historia de vida individual y al proceso evolutivo de nuestra especie, así como la consideración de la relación bidireccional entre individuo y cultura. Sin embargo, su esfuerzo integrador, revela déficits conceptuales, manifestados por la laxitud de las relaciones entre las diferentes dimensiones y especialmente la descripción del dominio denominado "reacciones adaptativas", que encierra una miscelánea de fenómenos, procesos y funciones cognitivos y conductuales que no son sencillos de entender como parte de una misma categoría conceptual.

Entonces, si el desafío es buscar las respuestas a las preguntas planteadas más arriba, ¿qué dirección debería seguir la producción científica dirigida al entendimiento profundo de la personalidad?

En el contexto de los elementos que caracterizan el tratamiento de la información en este momento, se puede decir que debe orientarse hacia un modelo que dé cuenta de la evidencia empírica que existe hasta la fecha y que aborde la continuidad entre temperamento y personalidad. Es esperable además que incorpore los hallazgos en las áreas de genética y neurociencias y que abarque la dimensión correspondiente a las relaciones interpersonales, incluyendo la relación bidireccional entre personalidad y cultura. Finalmente, y lo que personalmente me parece más importante, debe explicar y definir las particularidades más esenciales de la vivencia humana, que nos permiten diferenciarnos del resto de animales y sistemas computacionales procesadores de información. Me refiero a la conciencia de sí mismo, el razonamiento reflexivo, la voluntad y el lenguaje, entre otras.

Ante tan exigentes requisitos para lograr un modelo integrador y moderno de la personalidad, ¿Qué fundamentos y herramientas permitirían desarrollarlo?

Actualmente, como nunca antes en la historia de la ciencia, se dispone de sistemas formales de modelamiento matemático y de máquinas capaces de ejecutar simulaciones de procesos complejos (Wang, 2009). En los últimos años estas nuevas metodologías se han aplicado incipientemente en el estudio de los procesos cognitivos. Así es como actualmente existen modelos basados en redes neuronales y análisis estadísticos, que con una perspectiva de sistemas dinámicos, han permitido, a partir de respuestas obtenidas en experimentos con humanos, simular procesos relacionados

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