LA ESTUPIDA GUERRA CRISTERA

LA ESTÚPIDA GUERRA CRISTERA

(vistazo a una guerra fratricida)

Por desgracia, para que haya guerra,

Se necesitan dos bandos irreconciliables

Son tiempos en que la cordura se ausenta,

Es cuando se dan este tipo de casos…

Esto ocurrió en México por los años 1926 – 1929

Cuando el Gobierno no gustaba que la Iglesia,

Siguiera en su campaña de controlar todo

Y a ésta no gustaba que el otro se metiera

Alegando uno que tenía qué ver por los asuntos materiales

Y la otra, que para obtener los asuntos espirituales,

Era necesario que ella controlara todo…

Y como las comadres cuando se pelean,

Bueno…, pues se agarraron del Chongo y ahí tenemos

Ya estaba listo todo para hacer una guerra.

Quien salió perdiendo fue México, porque

Se murieron miles de gentes y esas muertes,

no abonaron en nada, que después los rivales

se pusieran de acuerdo. Eso sí, no hay

qué confundir a la guerra con los guerreros.

Estos fueron a pelear porque les dijeron

Se salvarían si peleaban…

¿Y quién no iba obedecer las órdenes

de una Iglesia a la que creían, deberían obedecer…?

Y ahí tenemos expuestas las lacras humanas

Como fueron el despotismo, el orgullo, la avaricia

El abuso de poder y sobre todo el fanatismo

Y “esas virtudes” las tuvieron ambos bandos…

Los Cristeros fueron los peones del ajedrez humano

Y como tales, fueron sacrificados. Igual que los soldados,

Todos ellos hijos de la misma patria,

Que no por pertenecer al gobierno, no los mandaron

A morir al pelear entre hermanos…

Qué tristeza es ver eso que habla claramente

Que la Iglesia no debió olvidar el consejo de Cristo

Cuando dice Al César lo del César y a Dios lo de Dios…

¿Qué nacionalizaron los bienes que tenía doña Iglesia?

Pues sí, porque ya se le había pasado la mano

Y prácticamente dominaba un tercio de todo

Indluyendo las haciendas…

¿Qué la Iglesia apeló al fanatismo…?

Que ni qué, pues prácticamente prometió la Gloria

A los que murieran en combate, en contra de un gobierno

Al que faltó la diplomacia. Y conste, hasta el mismo Papa

De ese tiempo, se metió a condenar al otro

Y bendecir a quienes lo combatieran

Y pues ahí tenemos el resultado. No hubo

Vencedor ni vencido. Sólo hubo un derramamiento

Terrible de sangre entre hermanos,

Que a la fecha en muchas familias duele,

Porque ojalá y se haya aprendido la lección.

Siendo tan fácil arreglar las diferencias

Con la frase que repito es de Cristo

A DIOS LO QUE ES DE DIOS

Y AL CÉSAR LO QUE

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