LA HERENCIA DEL FRENTE NACIONAL EN COLOMBIA
Enviado por SoledadOlsen • 7 de Septiembre de 2012 • 3.408 Palabras (14 Páginas) • 938 Visitas
“LA HERENCIA DEL FRENTE NACIONAL”
El Frente Nacional erradicó vagamente la violencia política del país, pero los beneficios para las clases menos favorecidas no fueron favorables debido a que cada campaña política guardaba su interés en el capital y la propiedad de determinados grupos.
La pobreza fue el mayor fruto que dejaron como herencia este frente político, fenómeno particular la migración campesina a causa de la violencia – consecuencia que agotó las fuentes de trabajo a causa de la superpoblación que fueron creando la clase campesina en busca de mejores perspectivas para mejorar su calidad de vida. En la ciudad la situación económica no estaba en su mejor momento debido al “cambio social” - programa de gobierno que abanderó Misael Pastrana Borrero, último gobernante del Frente Nacional, quien dejó como “beneficio el UPAC, pretendiendo estimular el ahorro, fortalecer la industria de la construcción y disminuir la tasa de desempleo, Pastrana Borrero nunca imaginó que casi 30 años después de este invento sus consecuencias serían nefatas para la población despojando de empleo e irónicamente de vivienda a un centenar de familias a las que el UPAC desvaneció sus sueños dejándolos con crisis económicas, conflictos intrafamiliares y rigurosos problemas de depresión que los condujo al suicidio.
El gobierno de “Transición” fue el de Alfonso López Michelsen 1974/1978 quien recibió el país con una elevada deuda externa, recesión económica, inflación e infinidad de problemas de tipo social. López Michelsen pretendió aliviar el estado de emergencia económica con una reforma tributaria creando nuevos impuestos haciendo creer al pueblo que su interés era proteger a los menos favorecidos. Haciendo pagar mas a los más pudientes. Es importante citar que en su gobierno los precios del café se incrementaron en el ámbito internacional generando divisas para el país pero que solo beneficiarían a los sectores económicos dueños de la bonanza.
En los discursos de su campaña, López anunciaba con vehemencia su deseo de romper los esquemas de gobierno de sus antecesores con el única interés de ganar adeptos a su campaña.
Retomando modelos económicos extranjeros pretendió convertir a Colombia en un “Japón de Suramérica”1 sugiriendo descaradamente a las industrias que aprovecharan los “bajos salarios para orientarse hacia una política audaz de exportación”.2
Un slogan relevante que desmiente ante la opinión pública su interés de un cambio es “cerrar la brecha entre las dos Colombias”3 frase con la que inconscientemente dejar ver su elitismo al no referirse generalizadamente al país sino dividiéndolo en dos “Los adinerados y los pobres” apoyándose en la situación económica de las clases menos favorecidas – que son la otra parte de la brecha-, que es la que siempre lleva la carga de los despilfarros gubernamentales ante todo de los “asalariados privilegiados” 4
Las exenciones fiscales generosamente otorgadas solo permitieron que su sistema fiscal perdiera eficacia aún mas cuando el CAT –“Certificado de Abono Tributario” primaba con un 15% sobre exportaciones a la mayoría de los exportadores, con excepción de los cafeteros, suscitó fraudes mediante el sistema de exportaciones ficticias.
Un gobierno cuyas metas propuestas fueron palabras perdidas en los balcones de sus discursos deja una vez mas al pueblo, o mejor, “La otra Colombia” en mas pobreza que dejó su antecesor a raíz de un UPAC que solo les cobraba mas por tener ahorros bancarios a las altas tasas de interés colocadas por tener un “ranchito propio”. En consecuencia al final de su gobierno ningún mandato fue claro. Un crítico de su gobierno como Gerardo Molina (q.e.p.d) opinó “La administración que le anunció como disputa a cerrar la brecha entre ricos y pobres y entre regiones prósperas y miserables, ayuda a comprender el insondable desasosiego en que vivimos hoy (...) Ahí están, sobre todo la inflación, el desempleo y los ataques a la moral pública, a los que no son ajenas personas allegadas a las esferas del alto gobierno para acabar de establecer la situación de una comunidad que se debate inútilmente en busca de una salida que no se puede llegar a través de los pasajes habituales”.
En 1982 López M. Aspiró nuevamente a la presidencia de la República y consideró que era para tratar de probar con “experimentos” y seguir engañando a la comunidad de que aún podía “cerrar la brecha entre dos colombias”... brecha, que de haber sido nuevamente electo, se hubiese convertido en un abismo mas grande que en el que vivimos los pobres colombianos.
Julio César Turbay Ayala 1978/1982: Prosiguió con algunos parámetros económicos marcados por López... primera evidencia de que la situación social, económica y política de la población colombiana no cambiaron en corto plazo ni para mejorar el estilo de vida de los mas pobres y asalariados.
El gobierno de Turbay Ayala se preocupó por fortalecer al sector eléctrico en la realización de obras, construyó media autopista de Medellín, construyó los aeropuertos de Barranquilla y Cartagena, introdujo la T.V. a color e incrementó campañas de alfabetización... Bien, pero considero que estos generosos aportes de los que nos beneficiamos una minoría no eran gratos; con las construcciones y desarrollo vial tenían partida los grandes empresarios de las entidades constructoras, el sector eléctrico beneficiaría a las industrias generadoras del servicio y a las termoeléctricas. Los aeropuertos sí, un muy buen progreso, pero un padre de familia asalariado con el mínimo no podría conocer a Cartagena, ni el aeropuerto, y probablemente respecto al t.v. a color, tampoco podía darse el lujo de cambiar su “viejera” por uno nuevo – la certeza de que la comunidad miserable no “cabe” en estos desarrollos es aún mas clara-, a consecuencia creció la “economía subterránea” fundamentada en actividades de narcotraficantes y contrabandistas”...
Los abusos de esta administración llegaron al tope, tanto, que el grupo revolucionario Movimiento 19 de Abril –M 19- conformado por miembros de la Anapo que habían pasado a la clandestinidad –por considerar fraudulentas las elecciones de 1970- tomó por asalto la embajada de la República Dominicana en Bogotá, para presionar al gobierno y de esta forma mostrar al mundo externo la grave situación que en todas las esferas vivía Colombia. El M-19, pretendía dar a conocer su ideología y las causas de su lucha a estas embajadas extranjeras a través de una retención forzosa, pues ellos en su calidad de “insurgentes” no les permitían mostrar que eran un grupo con ideales en común que solo querían revelarse contra los gobiernos y sus programas.
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