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LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO.


Enviado por   •  20 de Mayo de 2016  •  Ensayo  •  1.906 Palabras (8 Páginas)  •  822 Visitas

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División Reynosa

ENSAYO

LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO.

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BASES ORGÁNICAS DEL FENÓMENO PSÍQUICO

Catedrático/a: Lic. Aracely Flores A.

Por: Karina Bustamante Gómez.

Grupo: 1° F

19/09/2015

Independencia de México ante una privilegiada colonia Española.

No hay mexicano con uso de razón que no sepa lo que sucedió la madrugada del 16 de septiembre de 1810, al menos lo básico. El cura Miguel Hidalgo y Costilla levantandose ante la injusta y asfixiane autoridad española; postrando una bandera de la Virgen de Guadalupe y echando andar una de las dos quizá anécdotas más ricas en cultura e historia de nuestro país. Sin embargo también una de las que menos información congruente, de la que menos justicia y honor se ha dado a quienes quizá nunca sabremos quienes fueron para merecerlo.

Afirman algunas leyendas, formales e imparciales que “el grito”, con el que conocemos hoy nuestra celebración patria de cada noche del 15 de Septiembre, fue en su tiempo implantada por el General Porfiro Díaz Mori puesto que su cumpleaños cae el mismo día, con este medio el país entero no solo celebraría un aniversario más de su independencia si no que también el cumpleaños de aquel dictador odiado y a la ves amado. Esto es solo una introducción a las raíces más profundas del festejo patrio más popular.

La madrugada del 16 de Septiembre de 1810 a las 2:00 am aproximadamente José Galván el campanero de la parroquia de Dolores tocaba y daba aviso a los “rebeldes” liberales que anhelaban un mejor país y querían dar justicia a la tierra, abolir las cadenas y seducir los gozes de la soberanía como los de la libertad.

Miguel Hidalgo Y Costilla motivado por el descubrimiento hecho por los españoles hacía los conspiradores de Querétaro debido a la denuncia de José Mariano Galván,  adelantó la fecha esperada para la revelación de los ideales. Juntose así todo aquel padre de familia, mujer, niño, mendigo, ebrio y maleante a escuchar las palabras que aquel sacerdote cargado de presión, furia y ganas de luchar que expidía de su garganta llameante. Las palabras eran claras.

¡Viva la Virgen de Guadalupe!, ¡Viva la Iglesia Católica!  y las que más hacía a la multitud olear y levantar los trinches y machetes oxidados.

¡MUERTE AL MAL GOBIERNO!, ¡MUERTE AL MAL GOBIERNO!, ¡MUERTE AL MAL GOBIERNO!.

Todo comenzaba, hay gente que dice que para llegar a la luz se tiende atravezar un manto de oscuridad. La guerra comenzaba, la sangre de guerreros adornaba las calles volviendolas carmesí y sin embargo no hubo bajada de brazos, la motivación y la visión se aliaron. Poco a poco se hacían intactos y el líquido vital rojo que se llevaba la vida a través de la pólvora, eran los simientos de los sueños de hierro de aquellos carpinteros, obreros, cantineros, herreros, mineros etc.

A pesar de llevar la virgen como estandarte, de las manos callosas como armas y de los corazones de un pueblo como pólvora las fuerzas iban decayendo físicamente más que nada. El 30 de octubre de 1810 los insurgentes derrotaron a las tropas realistas en la Batalla del Monte de las Cruces –actualmente el Parque Nacional Insurgente, mejor conocido como La Marquesa.

Esto parecía dar el punto y clímax necesario para llenar sus manos de victoria. Sin embargo para el Cura Miguel Hidalgo la balanza no se encontraría a su favor generando la negativa de ataque hacía la capital del país causando diferencias absolutamente graves entre él y Allende, llevando a este último a cometer intentos de asesinato según historiadores. Se entraba poco a poco en la incógnita de continuar o frenar la guerra de independencia. La guerra continúo un año más pasando de batalla en batalla de ciudad en ciudad (recuérdese Valladolid, Calderón, Guanajuato) pero sin saberlo el día debía llegar. El cura Hidalgo fallecería y la guerra debía continuar.

Fallecido en Chihuahua el día 29 de Junio de 1911 a manos del ejército Realista, fusilado y con las últimas palabras de su boca “Soy viejo los achaques de la edad pronto aparecerán, prefiero morir peleando”, su existencia dejó de ser parte del mundo.

Pasaron dos años poco a poco bajas y altas comenzaban aquejar y deslumbrar tal cual a los liberales. Muchos nombres fueron mencionados y borrados con la pólvora del fusilamiento, sin embargo quedaba, a coraje de la corona, la huella necesaria para que cada vez más personas unieran su valiente acto para construir la nación deseada.

José María Morelos y Pavón fue uno de ellos, que bien fue privado de ver el logro de sus ideales, no dejó en el olvido aquello que más deseaba. Continuar hasta llegar al final de lo que se había iniciado.

Planteó pues en 1813 el grito de independencia como una fiesta nacional, a través de su texto político “sentimientos de la nación” el cual fue un cimiento para la constitución de 1814. Por su puesto el texto contiene puntos tan importantes que hasta el día de hoy son las bases de nuestra forma de gobierno; asignando los tres poderes, prohibiendo la esclavitud (entre lo que debe ser y quizá hoy en día no es) y eliminando el sistema monárquico.

Fallecido Miguel Hidalgo el serenísimo José María Morelos, como algunos le llamaron, tomó el mando de la segunda etapa del proceso de independencia nacional (1811-1815) sin embargo en este último año fue capturado en puebla por las tropas de Manuel de la Concha, siendo después fusilado el 22 de diciembre de 1815.

"Señor, si he obrado bien, tú lo sabes, pero si he obrado mal, yo me acojo a tu infinita misericordia. Pero deja que el demonio se lleve a estos bastardos a el abismo, a quemarse por la eternidad".

–José María Morelos y Pavón.

La siguiente etapa de la independencia (1815-1820) tuvo errores como triunfos, las sombras se iban apoderando cada ves más de las esperanzas de todos aquellos criollos y mexicanos. Muerto Hidalgo y muerto Morelos no había quien aferrase la antorcha a su puño o empuntara la espada plateada. Juan Luis de Apodaca estaba siendo nombrado Virrey de la Nueva España como forma de burla siniestra ante los ideales.

Siendo tan absurdo continuar aparece en los panoramas y hoy poco en los libros de texto el militar Francisco Javier Mina español auténtico fiel a los ideales de libertad quien ofreció sus servicios al pueblo mexicano estando a cargo de cien soldados realistas que se unieron a las filas del Ejército Auxiliador de la República Mexicana Junto con Cervando Teresa de Mier. Fueron dos años de lúgubres batallas y de la sensación de estar cerca. Sin embargo como aquellos muertos en lucha y líderes del movimiento Mina fue capturado, llevado ante la autoridad siendo  catalogado como traidor de la corona. Fusilado el 11 de Noviembre de 1817 no estaba arrepentido de sus actos valientes pero si lamentaba tener la muerte de un traidor. Mientras tanto Apodaca por este acto recibía el título del Conde del venadito.

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