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LA MINERIA EN ZACATECAS EN EL SIGLO XVIII


Enviado por   •  6 de Octubre de 2016  •  Documentos de Investigación  •  2.086 Palabras (9 Páginas)  •  599 Visitas

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LA MINERIA EN ZACATECAS EN EL SIGLO XVIII

Martin Gilberto Muro Martínez

INTRODUCCION

Zacatecas ha sido una de las zonas mineras más importantes de nuestro país desde su descubrimiento en septiembre de 15461. Para el año de 1548 ya había cerca de 50 minas trabajando2,  dando inicio al auge minero que alcanzó sus mejores días en el decenio de 1570.  y terminó en la primera mitad del siglo XVII. La plata fue el principal producto extraído del subsuelo zacatecano (con el extendido sistema de amalgamación) cerca de la tercera parte del total principalmente en Zacatecas, Sombrerete y Fresnillo. Gracias a su posición estratégica y a los beneficios de su extracción de plata, la ciudad llegó a ser considerada la segunda ciudad más importante de la Nueva España. 

Después de obtener el estatus de ciudad en 1585, aparece como organización administrativa lo que se conoce como “la diputación de minas” (institución creada por las autoridades coloniales para la administración de importantes asentamientos y distritos mineros) en el siglo XVI. Este nombre es convencional y se deriva del título que ostentaban los representantes de la comunidad minera en el cabildo y así ha sido manejado en diversos trabajos historiográficos.3

1 BAKEWELL, P.J. Minería y sociedad en el México colonial Zacatecas (1546-1700) México. 1984. p.

2 Historia de México (lunes 29 de agosto del 2011) La minería en la nueva España [mensaje en un blog]. Disponible en: http://tlamatqui.blogspot.mx/2011/08/la-mineria-en-la-nueva-espana.html

3AMADOR, ELIAS. Bosquejo histórico de Zacatecas. Zacatecas. 1982. 2 tomos, T.I.p.200. Véase también MECHAM, LLOYD. “The real de minas es a political institution. A study of a frontier institution in Spanish colonial America.”, en Hispanic American Historical Review. (HAHR) vol. 7. 1927. pp. 63 y 64; y HOYO, EUGENIO DEL “La diputación de mineros en las minas ricas de los Zacatecas. Democracia corporativa”, en la introducción a su trascripción paleográfica del primer libro de las actas de cabildo de las minas de los Zacatecas. Zacatecas. 1991. pp. 3-14, passim.  

Los hallazgos de Bakewell, Garnery y Langue muestran una trayectoria productiva oscilante, en la cual se combinaron momentos de auge (1615-1635, 1770-1810) y depresión (1640-1665, 1750-1769).

Los estudios publicados hasta ahora muestran un ambiente dominado por grandes empresas particularmente del dominio español. Estas enormes firmas fueron las principales productoras de metales y fuentes de empleo en los centros mineros.

En cuanto al tema financiero la obtención del capital para sostener las costosas operaciones mineras fue un problema medular para el desarrollo del sector. A los mineros se les dieron facilidades para obtener mercurio mediante el crédito y esto influyó en el aumento de la producción que se registró desde mediados del siglo XVI hasta 1635.  En este contexto parte importante del capital de inversión procedió del comercio local y foráneo. La decadencia que más tarde sufriría la minería fue provocada por la escasez de azogue, cuyo crédito había sido reducido por la Corona, que además presionó a los mineros para que cubrieran sus débitos de sal y mercurio. Los mineros que refinaban plata de baja ley quedaron fuera del mercado, y sólo subsistieron los dueños de las minas con más alta ley, que podían beneficiar la plata por fundición. En contraste con el distrito de Zacatecas, el estado de Sombrerete tuvo una larga época de bonanza en la segunda mitad del siglo XVII, disputando al primero la supremacía en la producción de plata, que se recuperaría hacia 1670, cuando aumentó el suministro de mercurio.

ZACATECAS SIGLO XVIII

El siglo XVIII fue un periodo de recuperación y auge económico, particularmente durante la segunda mitad del siglo. Los datos sobre acuñación de moneda en la Nueva España, de 1690 a 1800, demuestran que durante el siglo XVIII se experimentó una tendencia positiva en la producción de plata, en la que se aprecian tres etapas: de 1690 a 1752, marcada por un crecimiento sostenido; de 1753 a 1767, en la que se manifestó una tendencia decreciente; y de 1768 a 1810, en la que hubo una recuperación súbita y crecimiento.

Zacatecas, al igual que otros centros mineros, estuvo marcada por tendencias generales de la producción y por los cambios en las políticas del gobierno. De ahí que los años de recuperación se expliquen también por la política de fomento minero de la Corona española.

En 1774, los oficiales reales de Zacatecas presentaron un informe en el que señalaban la urgencia de invertir capitales para extraer nuevamente mineral de las numerosas minas abandonadas. Además, se lamentaban de que las minas se explotaban inapropiadamente, sin seguir el método que recomendaban las ordenanzas, lo que propiciaba inundaciones cuya solución era sumamente costosa.

La escasez de capitales no era causa sino consecuencia de la falta de interés de los inversionistas en la minería, pues en la agricultura y las manufacturas no se había registrado retroceso. Para reactivar la minería, en el último tercio del siglo XVIII José de la Borda propuso un proyecto de inversión que consistía en la introducción de tecnología y capital, en el aumento de subsidios al precio del azogue y en la reducción de impuestos. El proyecto tuvo tal éxito que la reactivación de las minas generó grandes cantidades de plata y otros mineros prominentes se animaron a invertir, bajo similares condiciones, en Sombrerete, Vetagrande y Bolaños, donde también se logró la rehabilitación de estos distritos.

La Corona mantuvo el monopolio del mercurio o azogue, elemento indispensable para la producción de plata por el método de amalgamación. Pero en la distribución de este elemento intervinieron los poderosos comerciantes que incidían en los procesos productivos a través del control del crédito.

A finales del siglo XVIII aparecieron cambios tecnológicos como el uso de la pólvora, el aumento de los malacates, el mejoramiento de los instrumentos de trabajo y la sustitución del hombre por animales en el acarreo de mineral. Sin embargo, no se pudieron solucionar muchos problemas del trabajo subterráneo por el desconocimiento de la geometría y las débiles conjeturas en que se basaba el trazo de los interiores, sin tomar aún en cuenta la brújula. Otras veces, por codicia, los propietarios y arrendatarios dejaban las minas bajo la irresponsabilidad de los buscones, quienes debilitaban los pilares hasta el punto de provocar derrumbes y, por consiguiente, su abandono. En las minas sobreexplotadas se tuvieron que perforar pozos más profundos y socavones más largos, con lo que se agudizó el problema de las inundaciones.

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