LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL:

SU IMPACTO EN LA PRODUCCIÓN, EL TRANSPORTE Y LAS COMUNICACIONES

La mayoría de la ropa que usas es resultado de un proceso industrial. Lee la etiqueta de tu prenda favorita; puede estar hecha de fibras naturales como el algodón o la lana, o sintéticas como el poliéster, y es probable que se haya fabricado en tu país o en otro lugar.

En el siglo XVIII surgieron fábricas con máquinas capaces de elaborar mayor cantidad de productos, que podían comercializarse en muchas regiones del mundo. Los nuevos avances tecnológicos también se aplicaron a los transportes y permitieron la producción e intercambio de productos, dando origen al capitalismo industrial.

¿Te imaginas que ocurrirá en el siglo XVIII si un campesino necesitaba un abrigo? Pues podía acudir a uno de los talleres de su comunidad para comprarlo u obtenerlo a través del intercambio, o podía compara el hilo y dárselo a su hermana, madre o esposa para que se lo tejiera; pero conseguir la materia prima era complicado por la escasez de recursos para adquirirlo y porque los comerciantes monopolizaban su venta. Además, se debía empezar a tejer en la primavera y no siempre había tiempo pues las labores agrícolas, entre otras, exigían muchas horas de trabajo.

La producción de textiles en el siglo XVIII se llevaba a cabo en talleres artesanales o familiares a partir de materia prima que les proporcionaba un intermediario, hombre adinerado que controlaba el comercio de la región. El capitalismo mercantil hizo que los comerciantes se enriquecieran y que tuvieran el dinero suficiente para empezar a elaborar productos, aprovechando la mano de obra y las herramientas de familias campesinas y urbanas; los productos eran vendidos a mayor precio por los intermediarios. Con la llamada industrialización del Siglo XVIII, la elaboración de productos experimento un cambio revolucionario que sustituyo a los talleres familiares.

¿Qué significa revolución industrial? Como recordaras, el termino quiere decir cambio que transforma todos los aspectos de la vida social: el económico, el político, el social y el cultural; en este caso, los cambios se detonaron a partir de la aplicación de la ciencia a la economía para buscar maneras más eficientes y rápidas de producir.

En la antigüedad, las técnicas que se aplicaron para satisfacer necesidades o resolver problemas fueron resultado, sobre todo de la experiencia; pero a partir del desarrollo del pensamiento científico, las teorías científicas fueron origen del diseño de los instrumentos y las herramientas con las que se busca resolver problemas.

Para crear cualquier tipo de producto se necesita materia prima, trabajos e instrumentos. En la antigüedad y hasta el siglo XVI la principal fuerza que de utilizaba para transformar materia prima era la muscular y la tracción animal; en zonas con ríos se instalaron también ruedas hidráulicas, que servían para mover molinos, al igual que el viento. Sin embargo, estas fuentes de energía no eran continuas todo el año o requerían un descanso.

Con la Revolución Industrial se creó una máquina, llamada de vapor que funcionaba con carbono o leña, y que pudo aplicarse al trabajo agrícola, en la minería y en los talleres de manufacturas.

Con las maquinas se logró un proceso de trabajo continuo que género, a su vez, otras necesidades: organización de los trabajadores, abastecimiento suficiente de materia prima y transporte de los productos para su venta en el mercado.

El primer problema se solucionó construyendo fábricas, lugares donde estaban las maquinas operadas por los obreros. La instalación de las fábricas tuvo lugar en las ciudades, que empezaron a crecer por los numerosos obreros que acudían en busca de trabajo, a quienes se empezó a pagar un salario fijo por el tiempo que estaban trabajando y ya no por mercancía elaborada como en los antiguos talleres. Esta nueva manera de producir genero grandes ganancias a los propietarios de las maquinas.

Para que la producción fuera continua y las máquinas

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