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“LA SOCIEDAD CIVIL Y EL ESTADO EN AMERICA LATINA”


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2015  •  Ensayo  •  1.758 Palabras (8 Páginas)  •  341 Visitas

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“LA SOCIEDAD CIVIL Y EL ESTADO EN AMERICA LATINA”

Estudiante: Maureen Díaz Vásquez.

Docente: Adriana Palomera.

Fecha: 18-05-2015.

Introducción //

El  concepto de la sociedad civil y el estado en América Latina  ha sido modificado con el transcurso del tiempo. Algunos quedan olvidados y otros se transforman. Otros renacen, de mano de autores que intentan rescatar ideas que nos ayudan a comprender y quizás trasformar el presente como en los autores que estarán presente en este informe. Los autores nos legaron sus puntos de vista, imbuidos en un contexto específico. La tergiversación de sus propuestas es pan de cada día. Lo preciso es buscar la manera de rescatar la esencia de lo que nos querían legar, para no caer en determinismos dogmáticos. La “sociedad civil”, término que al igual que libertad y democracia cumple aquel rol expuesto. Es difícil su comprensión, dados los diferentes enfoques más bien políticos, ideologías e intereses al respecto que hay en la historia sobre el concepto. La verdad es que para llegar a una idea coherente sobre su significación actual o simplemente para designarla de la visión dominante, es interesante desmenuzar su verdadero significado.

Desarrollo

En los últimos tiempos se ha acentuado el uso y mal uso del concepto sociedad civil, acuñado por los pensadores de la ciencia política, que en su momento se referían genéricamente a la diversidad de personas que, con categoría de ciudadanos, actuaban por lo común de manera colectiva para tomar decisiones –en el ámbito público– referente a todo ciudadano fuera de las estructuras gubernamentales.

Así, se ha planteado que la existencia de una sociedad civil diferenciada de la sociedad política es un prerrequisito para la democracia y sin ella no hay Estado legítimo. Otros autores, como Habermas, sostienen que la sociedad civil tiene dos componentes principales: por un lado, el conjunto de instituciones que definen y defienden los derechos individuales, políticos y sociales de los ciudadanos y que propician su libre asociación, la posibilidad de defenderse de la acción estratégica del poder y del mercado, y la viabilidad de la intervención ciudadana en la operación misma del sistema; por otra parte, estaría el conjunto de movimientos sociales que continuamente plantea nuevos principios, valores y demandas sociales, así como vigilar la aplicación efectiva de los derechos ya otorgados. De esta forma, la sociedad civil contiene un elemento institucional definido básicamente por la estructura de derechos de los Estados de bienestar contemporáneo, y un elemento activo, transformador, constituido por los nuevos movimientos sociales.

Dentro del texto de Alberto Olvera  “De la teoría a la realidad”,  Olvera nos presenta una visión muy peculiar de la sociedad civil. Aquí expresa que los actores sociales anti autoritarios, han recuperado el concepto de “sociedad civil” como parte de una lucha contra regímenes estilo soviético, y en general de dictaduras militares.

Se resalta que para autores como Hegel, la idea que se tenía de sociedad civil era incluso más amplia de lo que hoy se aprecia. Abarcaba igualmente el ámbito privado entendido como la familia. “En el caso particular de América Latina, la concepción de sociedad civil fue retomada como parte del análisis de las transformaciones democráticas” (Olvera, 1999: 29) en distintos países. Se aspiraba así a una reconstrucción de la vida pública por medio de la autonomía de la propia sociedad, independiente del Estado y de inclusive el modelo económico.

Con la llamada crisis del Estado de Bienestar de la década de 1970, la importancia teórica de la temática adquiría nuevos bríos, la democratización se hacía más latente con nuevas formas de participación social. Viene así la aparición de movimientos sociales como grupos de ecologistas, feministas, pacifistas, de la juventud, entre otros. (Olvera, 1999: 30).

 Alberto J.Olvera alude también a una diferenciación entre sociedad civil y sociedad política la cual se manifiesta en el punto de lucha por el poder que se convierte en un papel principal  y la comunicación de iniciativas y valores en lo secundario.

“El problema teórico aquí planteado fue el de los límites entre el tipo entre el tipo de acción propio de la sociedad civil, que permanece en el ámbito de la comunicación y el debate, y el tipo  de acción de la sociedad política, que usa también la comunicación para fines estratégicos” (Olvera, 1999: 35).

En América Latina, autores como Norberto Lechner (1995), sostienen que al invocar a la sociedad, esto se presenta como una defensa de ella misma ante la descomposición del tejido social que está siendo causado por una modernización brutal de los países. Ante el avance inminente del mercado y sus externalidades negativas, habrá que hacer frente con movimientos sociales permanentes.

Construir un espacio público propio, crear y fomentar el asociacionismo, son elementos básicos en aras de la ampliación de procesos democráticos. La sociedad civil es la lucha por la ciudadanía, pero debe observarse como una organización que trasciende el lado negativo (que muchas veces le es atribuible) de una organización en contra del Estado, porque no lo está, no necesariamente.

Debe hablarse de ella como un conjunto de instituciones sociales poseedoras de “valor social”, traducida en una cultura público-política que valora en mucho la tolerancia, el pluralismo y los derechos. Los derechos como una idea que garantizan el acceso a la ciudadanía. Se trata de la universalización de la ciudadanía.

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