LA verdadera Division de la edad media.

ISFD N°95       HISTORIA MUNDIAL de 2°AÑO

Primera Evaluacion Formal Escrita        

  Perez Sbrascini Ricardo

1. Analisis y Comparación de la división temporal de la Edad Media

Si tomamos la división “Clasica” de la Edad Media podemos enmarcar ese periodo entre los años 476 y 1453, como indica en los textos escolares el ABC  (http://servicios2.abc.gov.ar/lainstitucion/revistacomponents/revista/archivos/textos-escolares2007/CS-ES1-1P/archivosparadescargar/CS1_c9.pdf), donde se refiere al periodo iniciado tras la Caída de la Roma de Occidente y finaliza tras la caída de la Roma de Oriente; esta división clásica se corresponde con las primeras propuestas de división de la historia en Antigua, Media y Moderna, sostenida por autores como el italiano Flavio Biondo de Forli (1392-1463) en su obra “Historiarum ab inclinatione romanorun imperii decades ”, publicada en el año 1438 y el alemán Christophorus Cellarius (1638-1707) en su obra “Historia Medii Aevi a temporibus Constanini Magni ad Constaninopolim a Turcis captam deducta” publicado en 1688.

 Por otro lado el argentino José Luis Romero (1909-1977) en su obra “La Edad Media” (1949) la divide en tres periodos denominados: Temprana - Alta - Baja. Por considerar que la crisis del imperio Romano del Siglo III da fin a la antigüedad para dar paso a un nuevo sistema social y económico en concordancia con la época Medieval.

 Otros autores en tanto, como el inglés Perry Anderson (1938 - ) en su obra “Transiciones de la antigüedad al feudalismo” (1979) describe la Edad Media con un periodo que comienza con una transición de la Edad Antigua desde siglo III al VIII al que describe como “Edad Antigua Tardía”, y lo fundamenta de la siguiente manera:

“Europa, como comprensión de una unidad geográfica y social-particular, existe sólo desde la Alta Edad Media. Con la caída del imperio romano y el advenimiento del feudalismo, recién comienza a invertirse una ecuación válida para toda la Antigüedad: ya no era el este avanzado y el oeste atrasado, sino el oeste avanzado y el Este atrasado. Comienza a tematizarse la distinción entre ambos polos de Europa ya en este periodo; la división es canonizada mediante la obra clásica de Leopold Ranke (“Esbozo de la unidad de las naciones latinas y germánicas”), en la cual los eslavos son especialmente excluidos del gran destino de las naciones europeas occidentales –luego incluso Marc Bloch sancionaría la mentada distinción-. Este marco también lo compartirá Hegel, quien enfatizará en los tres hechos definitivos que comparten estas naciones: las migraciones bárbaras, las cruzadas medievales y las conquistas coloniales. Así también, la historia de Europa generalmente se ha confinado a su mitad occidental, más todavía si el periodo que se está narrando es el periodo feudal.

A diferencia del carácter acumulativo de la aparición del capitalismo, la génesis del feudalismo en Europa se derivó de un colapso catastrófico y convergente de dos anteriores y diferentes modos de producción, cuya recombinación de elementos desintegrados liberó la específica síntesis feudal que, en consecuencia, siempre tuvo un carácter híbrido. Los dos predecesores del modo de producción feudal fueron, naturalmente, el modo de producción esclavista, ya en trance de descomposición y sobre cuyos cimientos se había levantado en otro tiempo todo el enorme edificio del imperio romano, y los dilatados y deformados modos de producción primitivos de los invasores germanos que sobrevivieron en sus propias tierras tras las conquistas bárbaras. Esta dos mundos radicalmente distintos habían sufrido una desintegración y una silenciosa interpenetración durante los últimos siglos de la Antigüedad”

Desde mi punto de vista, coincido con ambos autores en que hay características propias de la Edad Media en el último periodo del Imperio Romano de Occidente tras su crisis, como propone Romero, y también hay elementos de la antigüedad en transición a la edad media hasta el siglo VIII, como propone Anderson. Aun así, viéndolo desde una perspectiva política considero que es válida la División Clásica, pues entiendo que hasta el año 476 el Estado Romano de Occidente mantuvo la estructura del sistema de su Estado centralista, es decir, el Estado Romano regia la vida de aquellos que integraban su territorio organizándolo en ordenes (ciudadanos - no ciudadanos, gobernantes - trabajadores,  libres - esclavos, etc), esta organización estatal es propia de un sistema creado en la Antigüedad y que desaparece al caer Roma en 476 dando paso a un nuevo sistema de organización política, que si bien hereda formas de aquel sistema, ya se conforma como uno nuevo y se consolidará a lo largo de la Edad Media. Desde ya que esta visión es por demás positivista, pero sin dejar de lado la realidad socio-economica de aquellos siglos, el carácter de la desaparición del estado como elemento propio de la antigüedad me permite posicionarme en la división clásica de la historia a pesar de que en la Roma Oriental no desaparezca, pero comenzará a configurarse de una nueva manera que será reconocida no tanto como Imperio Romano de Oriente, sino como Imperio Bizantino. En definitiva es la existencia de la Organización Estatal (politica) como elemento de la Antiguedad la que define el fin de una edad y el comienzo de otra.

1. Caracterizacion de los “Dos Mundos”

Romero describe por un lado a los “Reinos Romanogermánicos”, con una fisonomía distinta a la del Imperio Romano de Oriente (Imperio Bizantino) y por el otro al “Mundo Musulmán”; En el Caso de los Reinos Romanogermánicos, como herederos de la Roma Occidental, lo caracteriza por ser un territorio que desde los últimos siglos del Imperio Romano estará cubierto por poblaciones de origen étnico Germánico que irán expandiéndose por todo el territorio conocido como Europa, tanto de un lado como del otro del Rin, donde erigirán verdaderos reinos, estos pueblos poseen orígenes étnicos reconocidos como Suevos, Vándalos y Alanos (ubicados territorialmente en la península Ibérica, donde también estarán los Visigodos), los Anglos, Jutos y Sajones (entorno a Bretaña) y los Burgundios en la Provenza, donde también irán los Ostrogodos para dominar la península itálica, entre estos tres territorios se ubicaran los Francos, también reconocidos como Merovingios. Políticamente, estos reinos adoptaron elementos del sistema de organización estatal romano, pues los Ostrogodos por ejemplo eran encomendados a su territorio por autorización y orden de Constantinopla, como los Visigodos lo fueron de Roma al ir a la Hispania; Teodorico es un gran referente de esta nueva forma de organización socio-política de la época en aquellos territorios habitados por pueblos llamados “barbaros”, donde el sostén de la organización dependía tanto de la habilidad política de los reyes como de las fuerzas armadas que poseían. Cabe consignar que además de instituir una legislación propia para estas poblaciones descriptas como “conquistados y conquistadores”, espiritualmente se mantenía la estructuración religiosa cristiana propia de la antigua roma imperial como elemento únicamente aglutinador de todos aquellos pueblos que no se reconocían en el llamado “paganismo politeísta” y es esta espiritualidad cristiana la que terminara de definir (pese a sus diferencias culturales) a estos territorios en contraste con el mundo musulmán. Según explica Romero, el resultado político puesto en práctica pudo consolidarse por ser beneficioso y derivaría en los estados medievales que generarían los futuros estados modernos europeos, puesto que se constituyeron monarquías administradas con tradición político-jurídica estatal romana que fueron adoptadas por los pueblos germánicos. Económicamente se produciría la transición al feudalismo dependiente de la producción rural. En definitiva, las sociedades de este mundo Neolatino estarían conformadas por los tres legados que propone Susana Bianchi en su Obra “Historia Social del Mundo Occidental”, donde los describe como un legado cultural Germano, un legado Politico-economico Romano y un legado espiritual Cristiano; y creo que el sumun de estos elementos derivaran en la conformación del mayor imperio que nacerá en esta Epoca, cuyo nombre encierra los tres legados, el Sacro Imperio Romano Germánico.

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