LEGADO ESPIRITUAL, SOCIAL Y CULTURAL DE LA REFORMA
Enviado por carlosvilla1981 • 4 de Septiembre de 2016 • Ensayo • 2.333 Palabras (10 Páginas) • 380 Visitas
INSTITUTO BÍBLICO INTERNACIONAL CRISTIANO
“Forjando vidas que transformarán Naciones”
TRABAJO : ENSAYO
DE : CONFERENCIA MAGISTRAL
TÍTULO : LEGADO ESPIRITUAL, SOCIAL Y
CULTURAL DE LA REFORMA
MAESTRO : PS. AMERICO DÁVILA
ALUMNO : CARLOS A. VILLAVERDE COLONIO
A lo largo de la Escritura, Dios se revela a Sí mismo como un Dios en continua interacción con su creación, como Director de la Historia de la humanidad Él tiene el control absoluto de todas las cosas y sin duda sus propósitos se cumplirán: “Yo sé que Tú puedes hacer todas las cosas; ningún propósito tuyo puede ser estorbado “(Job 42:2)
Dentro de la historia de la Iglesia, la Reforma Protestante representa hasta la actualidad un gran hito, un volverse a Dios de todo corazón. Para contextualizarnos históricamente, desde el siglo V la iglesia fue perdiendo ese legado recibido de los primeros cristianos y de los apóstoles, particularmente la sana doctrina y por más de un milenio el mensaje inicial fue cambiando por los ritos, doctrinas falsas, oportunismo y corrupción sobre todo dominada por la iglesia de Roma. Esta corrupción llegó a puntos inimaginables con las conocidas bulas papales que por un costo determinado ofrecían un paso breve o liberación del purgatorio. Ante esas circunstancias, el monje Martin Lutero clava sus 95 tesis por medio del cual invita al debate sobre aspectos teológicos además de cuestionar la predicación delas indulgencias papales. Las consecuencias de este acontecimiento en Alemania condujeron a un cambio radical en las naciones que abrigaron la reforma protestante además de Alemania, como son Suecia, Inglaterra, Holanda, Hungría y posteriormente los Estados Unidos de América.
Por medio de este ensayo, pretendemos en primer lugar hacer un esbozo de los principios o pilares espirituales fundamentales de la reforma protestante y en segundo lugar reflexionar sobre las consecuencias que se produjeron en las naciones que abrigaron este mover espiritual.
Como primer punto, la reforma dista de ser un mero movimiento religioso pues su significado es mucho más profundo. La Reforma protestante es un volver a los principios bíblicos eternos que definieron el cristianismo desde el principio. Como mencionamos líneas arriba, hacía más de un milenio en que el cristianismo se encontraba secuestrado por una élite eclesial gobernante con influencia no sólo en los aspectos religiosos sino políticos de la época. Durante un milenio, la doctrina enseñada por Jesucristo y los apóstoles había permanecido inaccesible al pueblo en general, incluso no es inconcebible encontrar “santos católico romanos” analfabetos que nunca leyeron una la Biblia”.
Con la reforma, uno de los acontecimientos más importantes fue la traducción de las Escrituras en las lenguas vulgares (aquellas que no eran el latín) y con ello el pueblo pudo acceder a aquella Verdad revelada en la Palabra de Dios la cual produjo una liberación de aquellas ataduras espirituales que conllevaban no solo a una pobreza espiritual sino material. Como está escrito: “Y conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libre” (Juan 8:32)
De los pilares de la reforma, profundizaremos en tres de ellos con tuvieron grandes consecuencias liberadoras y que además establecen una diferencia diametral con la doctrina de la iglesia de Roma. Entre estas tenemos: Sola Scriptura (Sólo la Escritura), Sola Gratia (Sólo Gracia), Solo Christo (Sólo Cristo)
Como mencionamos en la introducción, la iglesia católicarromana había mantenido una doctrina basada en tradiciones, incluso a lo largo de los siglos habían absorbido costumbres paganas y hay quienes llegaron a argumentar que por el hecho de haber aceptadas en el seno de la iglesia católica habían sido santificadas. Por otro lado, la mayoría de los monjes no conocían las Escrituras, muchos de ellos eran analfabetos, pero su adherencia a ritos, tradiciones y cumplimientos de ciertos sacramentos formaban parte de su vida espiritual, incluso persiguieron a aquellos que procuraron tener acceso a la Biblia luego de que estas fueron impresas. Asimismo, la autoridad papal era absoluta, pues como se afirmaba que como vicario de Cristo era “infalible”. Los edictos papales tenían el mismo peso o incluso mayor a lo que las Escrituras afirmaban, esta idea fue posteriormente afirmada en el Concilio de Trento que se realizó como parte de la contrarreforma católica donde se rechazó la Biblia como fuente única de doctrina. No obstante, los reformados volvieron a las Escrituras pues en ella misma se revelan las verdades absolutas y la Biblia misma enseñaba que su autoridad está por encima de cualquier otra pues como declara la Escritura: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo3:16).
Por otro lado, en una oportunidad, el mismo Señor Jesucristo llamó la atención a los fariseos por su actitud de poner por encima de los mandamientos de Dios las tradiciones de hombres: “Respondiendo Él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?” (Mateo 15:3)
En rechazo a la doctrina de Roma, los reformados retoman a la actitud que tuvieron los primeros cristianos de reconocer las Escrituras como la única fuente de la doctrina cristiana, aún por encima de cualquier autoridad eclesial, el hombre es falible, pero las Escrituras son la Verdad revelada por Dios.
En segundo lugar, la Reforma abrigó la Sola Gracia, es decir que la salvación es algo que no se merece y el hombre no puede alcanzarla por sus propios medios, como declara las Escrituras: “Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate (Porque la redención de su vida es de gran precio, y no se logrará jamás), para que viva en adelante para siempre, y nunca vea corrupción”. (Salmos 49:7-9)
La doctrina de las indulgencias que aseguraban la salvación de las almas del purgatorio por un precio fue una muestra de la corrupción de los líderes eclesiales empezando por el papa, pero también reflejaba la necesidad de las personas de alcanzar la salvación; no obstante, muchos vivían en pobreza extrema y los que podían adquirirlas ya no veían una vida de santidad como una norma de vida pues si contaban con una indulgencia que les aseguraba el paso al cielo ya no era necesario vivir en santidad en este mundo. Posteriormente al concilio de Trento, los católicorromanos definieron que la salvación es necesariamente por fe, pero que también requiere obras contradiciendo nuevamente las Escrituras: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9)
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