La Alta Cultura Andina

ORIGEN DE LA ALTA CULTURA ANDINA

Los pueblos a lo largo de su desarrollo económico-social y político se enfrentan a un medio geográfico al que llegan a conocer y transformar para regular y planificar el crecimiento de las plantas y los animales; además elaboran instrumentos de producción, confeccionan sus vestimentas y equipos de transporte. La vida en comunidad y luego la división social y luego la división social determina la formación de un aparato jurídico (el Estado), con sanciones, dogmas religiosos, símbolos mitológicos y arte, etc., que reflejan el poder de algunos sectores sociales.

Cultura es, en consecuencia, todo lo que elabora el ser humano en sociedad, tanto material como intelectual: el hacha, la religión, etc. La cultura es inherente al hombre, nace con el primer poblador andino, que en el caso peruano es de más de 10 000 años de antigüedad.

Hay quienes intentan ocultar los logros de la cultura andina, para justificar la invasión hispánica del S. XVI y aplaudiendo la inserción al imperialismo que sucedió en el siglo XIX con el mito civilizatorio o del progreso. Lo real es que los pobladores andinos, desde hace miles de años, han logrado resolver las contradicciones en plano material y social sin tener contacto ni información de sociedades extra americanas, superando en algunos casos específicos el desarrollo europeo del siglo XV. Logros materiales científicos y artísticos que fueron mal valorados, descuidados, destruidos y hasta vilipendiados por efecto de la agresión externa ejercida por el invasor europeo y sus colaboradores nacionales que han gobernado al país y que han desperdiciado esta experiencia milenaria.

Hecha la aclaración y las precisiones al respecto , pasaremos a analizar las diferentes posiciones que los estudiosos han esgrimido sobre la Alta cultura andina a lo largo de un siglo de polémicas.

Teorías inmigracionista

A fines del siglo XIX los historiadores europeos ensalzaban su propia historia por los prejuicios de superioridad; creyeron ser herederos de los griegos y romanos, presentándose al mundo como países “civilizadores”. En ese contexto apareció la escuela del particularismo histórico, que plantea que cada grupo humano es una “isla” sin conexión, niega así las leyes generales que rigen la historia. De esto al Difusionismo, hay un solo paso; este ve como creador a un determinado pueblo; los demás adquieren cultura por aprendizaje, por absorción, con ello niegan capacidad creadora y hasta transformadora. Un lingüista alemán, Max Uhle llego al Perú en esa época; trajo el método estratigráfico en sus “maletas” y el difusionismo en su mente. Realizó estudios y excavaciones, básicamente en la costa. Estudio las pirámides de Trujillo y Ica, a las que llamó culturas Protochimú y Protonazca, respectivamente, asignándoles unos 2000 años de antigüedad. Al excavar encontró restos de mariscos, moluscos, kioquemondigos (restos de cocina y comida antiguos). Sin información sobre evidencias de la región Quechua y Selva, Uhle creyó encontrar la cuna de la civilización andina en la costa, pero afirmaba que este era producto de la migración de una cultura andina en la costa, pero afirmaba que esta era producto de la migración de una cultura mayor y más antigua: los Mayas, quienes habrían llegado a Sudamérica irradiando su forma de construir, de vestir, de alimentarse y hasta de comunicarse. Sostenía que las palabras Moxeque, Jequetepeque, etc. Provenían de Mesoamérica.

Uhle era un positivista, fundamentalmente inductivista, cuyo planteamiento teórico quedaba en el punto de la constatación.

“Uhle solo hablaba de aquello que encontraba. Encontró la cultura Nazca, habló de la cultura Nazca, mientras no encontraba otra cosa solo hablaba de lo conocido empíricamente. Sin embargo, como todo positivista, tenía una concepción teórica. Los positivistas no narran el cuento de que ellos van al trabajo científico con la mente en blanco. Como ocurre con todo positivista, Uhle explicaba todo aquellos que no era encontrado por él, como derivado de algo previamente conocido. Por eso Uhle da una explicación difusionista. Lo que no hay empíricamente aquí debe haber venido de otro lado” (Lumbreras -1944).

En conclusión, Uhle aplico el difusionismo en sus estudios peruanistas, pero con un error de concepción. Supone que los mayas eran creadores de cultura y que al viajar por Sudamérica la difundieron, primero en la costa y de allí al resto del territorio. Los hispanistas del Perú, los enemigos de la cultura andina, (primera décadas del siglo XX) asociados al capital extranjero, aplaudieron esta visión de Max Uhle, ya que en esa poca de emparentaba las sociedades, Mesoamericanas con las Chinas e Indoeuropeas.

Teoría autoctonista

En los años 20 los intelectuales progresistas irrumpen con un nuevo enfoque, su compromiso es con los sectores oprimidos: los indígenas. El movimiento indigenista, que así se ha llamado a esta corriente; estuvo integrado por intelectuales oriundos del país en su mayoría. En ese contexto aparece un medico huarochirano, Julio C. Tello, arqueólogo por vocación, con trabajos científicos importantes.

Tello plantea que el factor fundamental del origen de la cultura está en la propia dinámica se la sociedad andina: los grupos humanos se han ido cobijando en abrigos naturales, en construcciones rusticas o han domesticado semillas con experimentos observados a lo largo de muchos siglos para proveerse de alimentos y

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