La Batalla De Las Imágenes

La batalla de las imágenes

A través de este escrito, el autor se adentra en la batalla que se ha creado desde la antigüedad en torno a las imágenes, que hoy en día vemos como algo natural, por todos lados, con múltiples reproducciones, como si siempre hubieran estado ahí, pero la realidad no es así, las imágenes han estado en constante lucha, rodeada de tabúes de la sociedad.

Por ello se resolverán diferentes cuestionamientos a base de relaciones que existen entre religiones, cultos, culturas y el mismo hombre actual y la lucha que se ha mostrado a lo largo de los años.

Podemos ver como existe una relación histórica entre el hombre y la imagen, el escritor nos relata en el texto que el hombre se basaba principalmente en su imaginación y en su mente para expresar aquellos acontecimientos que se vivían en la época. Con el paso del tiempo esas imágenes fueron formando nuevas imágenes que se desarrollaron para crear nuevas percepciones, de allí la relación entre estas dos.

A través de los tiempos se ha visto una deslegitimación moral de la imagen, que se sitúa en el antiguo testamento, donde se prohibía la producción de imágenes, principalmente por el pueblo judío, solo para perseverar sus creencias en un Dios superior e invisible, por ello la imagen se comenzó a separar de la sociedad, viéndola como algo rechazado para ellos.

Podemos observar una concordancia histórica entre la cultura grecolatina y la imagen, dado a que el texto nos sitúa en el placer que se presentaba en la cultura grecolatina con el cuerpo humano y la adoración que sentían hacia ello. Veían al cuerpo humano como algo venerado e idolatrado y es ahí cuando entra la relación con las imágenes, al igual que se introducen los tabúes en la cultura grecolatina al imponer de cierto modo la utilización de las imágenes, dicho de este modo prohibían la introducción de monedas o anillos con algún retrato del emperador, dentro de prostíbulos y letrinas.

En tanto a la imagen, el cristianismo y judaísmo el vínculo que llevan es que el judaísmo tenía cierta restricción hacia las culturas figurativas paganas, pues estos se basaban en imágenes para representar y simbolizar signos bíblicos, como la paloma que era representativa del espíritu santo, lo antes dicho fue heredado al cristianismo, el cual lo adopto de una manera muy cálida.

Dentro de estos nexos con la imagen, se muestra la relación entre las imágenes aquiropoiéticas y la fotografía que las dos nos muestran algún grafico parecido a algo o alguien, dicho esto una es hecha por obra divina y la otra una obra de arte ejecutada por la mano del hombre.

Desde la antigüedad ha existido una dificultad dentro de las imágenes y la iglesia católica es debido a que, Cristo no puede ser combinado con los humanos, sería un manera de migrarlo, él es perfecto, una divinidad y el simple hecho de combinarlo con el humano es erróneo, este constante problema que existe entre ambos lo podemos ver hasta hoy en día, no de igual forma pero aún se muestra, ya que la iglesia católica siempre se ha planteado como una religión muy apegada a sus ideologías.

Dentro de los puntos tocados por el autor, está el “traslatio ad prototypum” que quiere decir, que la veneración a la imagen se traslada al prototipo representado en ella. Un ejemplo de ello es utilizar la imagen como medio de crear milagros a los creyentes que le rezan. Así estos seguirán creyendo en la iglesia y sus milagros, no dejaran la religión y su fe crecerá más.

Se observa en el desarrollo del texto que a partir de Santo Tomas, que el vínculo de los teólogos con la imagen es que para los teólogos del futuro basándose en sus investigaciones, utilizarían las imágenes de los santos de una manera más didáctica, memorística y devocional, con la razón de que la iglesia lo adoptaría para instruir a los analfabetos; para que el misterio de la Encarnación y los ejemplos de los santos puedan imprimirse eficazmente en la memoria con su representación, y para suscitar emociones de modo más eficaz que a través del oído.

Y con esto durante la conquista de México, el Franciscano Toribio de Benavente, compañero de Cortes y fundador de la primera misión de su orden en México, expuso con criterio más amplio en sus memoriales las múltiples funciones que atributa a las imágenes: 1) sustituto afectivo que recibe el amor que se profesa

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