La Batalla De Puebla

INVASIÓN FRANCESA

BATALLA DE PUEBLA

5 DE MAYO

Al finalizar la Guerra de Reforma, con el triunfo de los liberales sobre los conservadores, el presidente Benito Juárez regresó victorioso a la Ciudad de México, en enero de 1861. Sin embargo, al año siguiente, nuestro país sufrió una invasión del ejército francés, que exigía el pago de deudas anteriores y de daños causados a propiedades de franceses durante la guerra.

Con la flota de guerra francesa, llegaron también las de España e Inglaterra, pero se retiraron debido a su confianza en que el gobierno de México les pagaría.

El Emperador francés Napoleón III deseaba agrandar sus dominios y su propósito oculto era apoderarse de México, por lo que no cumplió con los acuerdos.

El Ejército francés aprovechó que se encontraba en Orizaba y avanzó hacia la Ciudad de México, apoyado por los grupos conservadores del país.

El Ejército francés, al mando del general conde de Lorencez, atacó el día 5 de mayo de 1862 la Ciudad de Puebla, la cual era defendida por los fuertes de Loreto y Guadalupe. El ejército francés estaba mejor equipado y era más numeroso que las fuerzas mexicanas, por lo que confiaba en que conseguiría una victoria fácil.

Tres veces atacaron los franceses y las tres veces fueron rechazados por las fuerzas mexicanas al mando del general Ignacio Zaragoza. Muy importante fue la intervención de los Indios Zacapoaxtlas, dirigidos por el general Miguel Negrete, quienes a pesar de carecer de adecuado adiestramiento militar y estar armados únicamente con machetes, hondas y trinches, inclinaron el combate de lado mexicano.

Al término de la gran vitoria mexicana sobre el poderoso ejército francés, el comandante en jefe del ejército mexicano general Ignacio Zaragoza, envió un comunicado por telégrafo al ministro de guerra del presidente Juárez con la siguiente frase: “Las armas nacionales se han cubierto de gloria”.

En la Batalla de Puebla, destaceron por su valor y destreza los generales mexicanos: Ignacio Zaragoza, Porfirio Díaz, Miguel Negrete, Mariano Escobedo, Jesús González y Felipe Berriozábal, todos ello declarados “Beneméritos de la Patria” por el Honorable Congreso de la Unión.

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