La CIDE

        LA CIDE

Creada en octubre de 1959 con la misión de coordinar los proyectos de inversión de los organismos del Estado, la CIDE vio ampliados sus recursos, personal y tareas en 1962 para desarrollar una investigación que permitiera conocer la situación económico-social del país y soluciones a sus problemas. El segundo Colegiado Blanco, con mayoría ubedista, tuvo preocupación especial por el tema y quiso convertirse en impulsor de la modernización del país, apoyando abiertamente a la Comisión, que se fue integrando con

muy calificados expertos nacionales y extranjeros. Con ella también se respondía a la necesidad de planificar la ayuda externa proveniente de los fondos proporcionados por la Alianza para el Progreso (1961) del Presidente norteamericano Kennedy.

En 1963 se realizó el Censo Nacional de Población y también se publicó el informe de la CIDE sobre la situación del país. Por fin se dispuso de información estadística básica que permitiera un comienzo de planificación económica. En base al conocimiento que estos documentos aportaron, el Gobierno encargó a la Comisión que elaborara un plan decenal de desarrollo económico y social, con fijación de objetivos y medios propuestos para alcanzarlos, incluyendo posibles reformas institucionales.

Los problemas destacados por la Comisión eran:

Estancamiento productivo,

en el agro, por un régimen inadecuado de tenencia de la tierra (latifundio, minifundio) y atraso tecnológico;

en la industria, porque la sustitución de importaciones reforzaba la dependencia de insumos importados, aumentaba costos e impedía la importación, alcanzando rápidamente el tope de un pequeño mercado interno.

Enfrentamiento social,

el estancamiento productivo agravaba la lucha entre los diferentes sectores sociales por mantener su porción del ingreso, lo que incidía en el desequilibrio de los precios.

La inflación

ello derivaba en una inflación duradera y persistente, que a su vez se agravaba por el deterioro de los términos de intercambio (factor externo) y por las devaluaciones o el endeudamiento exterior (factor interno)

La Comisión veía estos problemas como “trabas estructurales” para levantar las cuales hacía falta “voluntad política”. En 1965 propuso un plan general con objetivos y políticas globales y sectoriales, con un programa anual para reducir la tasa de inflación mediante un acuerdo o “concertación social” donde intervendrían obreros, empresarios y Estado. Los planes sectoriales referían al agro, a la industria, a la energía, a la banca, a la seguridad social.

Pero como todo plan económico, falta una dosis de “voluntad política” que ningun partido proporcionó , y que ningun sector social exigió o logró que se proporcionara por parte del sistema político.

El agro

Durante el Segundo Colegiado blanco la crisis económica continuó agravándose. El Producto Bruto Interno apenas creció un 1,3% por año entre 1962 y 1966 y menos todavía por habitante: 0,25%. De ello era reponsable el estancamiento del agro que, según el informe de la CIDE entre 1937-39 y 1959-61 sólo había crecido una tasa anual acumulativa y por habitante. Las cifras del stock vacuno Nacional eran desalentadoras: las 8,8 millones de cabezas de 1961 habían bajado a 8,2 en 1966. Ello estaba vinculado con la baja productividad de la tierra, que a su vez derivaba del latifundio ganadero, del minifundio agrícola, del mal manejo de los suelos y el uso escazo de fertilizantes. La CIDE señaló que los problemas de tenencia afectaban al 80% de las tierras del país, lo que trababa la introducción de mejoras (en fertilizantes, pasturas, aguadas, caminos) y por lo tanto, el aumento de la productividad.

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