La Carta Autonomica
Enviado por Josean2 • 14 de Abril de 2012 • 1.263 Palabras (6 Páginas) • 674 Visitas
El 25 de noviembre de de 1897, fue concedida a la isla de Puerto Rico por Real Decreto, autorizando para la formación de un gobierno de carácter autonómico. Tardó cuatrocientos años para que finalmente se le reconociera a los isleños la facultad de gobernarse por si mismos, aunque en una relación política con la metrópolis. Si bien este Gobierno Autonómico duró poco, el mismo estatuto (la Carta Autonómica) vale la pena ser recordado a cien años de haberse otorgado.
Desde la elección del primer diputado a Cortes, Ramón Power y Giralt, los puertorriqueños vienen abogando por mayores libertades en su forma de gobierno. Esto lo vemos muy claramente en las instrucciones impartidas por los atuntamientos locales, como el de San Germán, que fue claro en señalar que si España perdía frente a Napoleón, la Isla quedaría libre e independiente. A pesar de que Power logró que se aprobara legislación de avanzada, en términos económicos en aquellas Cortes, su gestión por lograr otros reconocimientos políticos quedó troncada.
Los sube y baja tanto de la monarquía como de los liberales en España, entre 1813, 1833 y 1868, relegó a Puerto Rico a un segundo plano durante el siglo XIX, asunto no nuevo en las relaciones entre la metrópolis y sus colonias. Por ejemplo, en 1813 sube nuevamente el absolutista Fernando VII. Este abolió las Cortes y dejó en suspenso nuevas reformas para las posesiones de ultramar. En 1833, al morir el monarca, se desata en la península una nueva revuelta, cuyo resultado fue la instauración de la Constitución de 1812; pero Puerto Rico seguía sin representación política definida, y según la nueva Constitución (1833) se regiría por "leyes especiales", que nunca llegó, a pesar de que la península sufrió un nuevo cambio de gobierno y una nueva Constitución, la más liberal hasta ese momento.
Para 1870, comienzan a conocer los puertorriqueños el sistema de partidos políticos. Las dos tendencias que conocemos el Liberal y Conservador, entrarán en pugna por el resto del siglo, que irónicamente llega hasta nuestros días. El primero se le identifica como los promotores del cambio a base de una fórmula autonómica y el segundo abogará porque no haya cambio alguno, o sea, status quo.
No es hasta la década de 1890 que comienza la batalla por la reformas verdaderas que necesita el país. Luis Muñoz Rivera, será la figura central en todo el proceso de reformas en el gobierno local. Este se había convertido en el líder del Partido Autonomista, el cual buscaba reformas administrativas con autonomía, es decir, el Gobierno en manos de los puertorriqueños. Pero para poder llegar a ese autogobierno había que unirse a un partido español en forma de pacto, que garantizara las reformas. Esta idea, no fue del agrado de muchos en ese Partido, servirá para comprometer de verdad a España para conceder las reformas propias de gobierno. Con el estallido de la Guerra de Independencia en Cuba para 1895, era inminente que se concediera libertad política a los isleños. Muñoz Rivera, propuso unirse al Partido Liberal Monárquico, cuyo dirigente lo era Práxedes Mateo Sagasta, que se había comprometido en su programa con la autonomía antillana.
No fue hasta 1897 que el partido de Sagasta ascendió al poder, tras el asesinato del presidente de Gobierno, Antonio Cánovas del Castillo. Este último dirigía además el Partido Conservador. En agosto de ese año, Sagasta comienza a trabajar junto a su Consejo de Ministros en las reformas a otorgarse a Puerto Rico tras el pacto con Muñoz Rivera.
Como mencioné, el 25 de noviembre de 1897, se hizo realidad las verdaderas reformas al gobierno isleño. La Reina Regente, María Cristina, firmó el decreto de la "Constitución Autonómica para Puerto Rico". Aparte de firmar otros decretos, entre ellos el que extiende a Puerto Rico el Título 1ro de la Constitución (que concedía libertades) y la Ley Electoral de 1870.
Sagasta, en su discurso a la
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