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La Ciudad Antigua


Enviado por   •  21 de Octubre de 2013  •  2.924 Palabras (12 Páginas)  •  307 Visitas

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LA CIUDAD ANTIGUA

En este ensayo se pretende hacer un análisis del libro titulado “La ciudad antigua” escrito por el sociólogo, historiador y jurista Fustel de Coulanges de origen francés nacido en 1830. Este libro especialmente habla sobre el estudio del culto del Derecho en las instituciones de Grecia y Roma, Fustel de Coulanges escribía este libro hace 80 años en los tiempos de la Revolución Francesa.

En este libro se habla sobre los cambios que se manifestaron cuando se llevaron a cabo las construcciones de las sociedades, sobre la religión que tenían los hombres hace mucho tiempo, sobre su familia, sus cultos, su gobierno, sus tierras, etc…este libro nos da un panorama de cómo vivían y de cómo era su vida diaria en aquellos tiempos antiquísimos, nuestra inteligencia siempre está en movimiento y por ende en constante cambio esto se interpreta de tal manera que podemos darnos cuenta de que el hombre actual no piensa como pensaban los hombres hace veinte siglos y por lo tanto no se gobierna actualmente como se gobernaba hace mucho tiempo, o no se tienen las mismas costumbres que hace veinte años, es decir tal vez si existan patrones que actualmente sigamos realizando en base a nuestros antepasados, y es muy interesante poder conocer esta información y poder compararla con nuestra vida actual, nuestro gobierno, las diferentes creencias, las costumbres, la familia, las leyes, los gobernantes etc…

En este ensayo se mencionaran las antiguas creencias de los antiguos y las instituciones que a continuación se desarrollara más a fondo y los anteriores ya mencionados, a lo largo de este ensayo podremos ver el progreso de un fenómeno evolutivo y de cómo mejora la humanidad con el paso del tiempo, aparte de que es importante conocer a nuestros antepasados y sus diferentes formas de vivir hasta que se ha llegado a cómo vivimos actualmente.

Sobre las creencias del alma y la muerte el autor menciona que cuando se llevaba a cabo un rito de sepultura y se colocaba el cuerpo de la persona que había fallecido se creía que era algo viviente lo que se estaba enterrando se decía que encerraban su alama en la tumba y se tenía como una de la muchas costumbre llamar el tres veces al alma del muerto diciendo el nombre que esta persona había llevado y se le deseaba que fuera feliz bajo la tierra, ya que se creía que el ser seguiría viviendo bajo la tierra y en la tumba se escribía el nombre de la persona que reposaba ahí, actualmente este acto lo seguimos llevando a cabo a pesar de los años que han pasado, y resulta increíble ver como se ha preservado este acto que llevaban a cabo las personas antiguas aunque ahora ya no pensamos que la persona fallecida vive a bajo en la tierra, ya nuestro pensamiento ha cambiado. Después de haber enterrado al ser querido se derramaba vio en su tumba para saciar su sed y se depositaban alimentos para saciar su hambre, también se acostumbraba a degollar caballos y esclavos con el fin de que estuvieran con esta persona ya que le servirían en la tumba como le habían servido durante su vida, el alma que carecía de tumba no tenía morada y no descansaba en paz y atormentaba a los vivos los espantaba con apariciones, les mandaba enfermedades, les echaba a perder sus cosechas esto lo hacia el alma que no descansaba en paz para advertirles que dieran sepultura a su cuerpo.

También se creía que bajo la tierra pero infinitamente más debajo de la tumba se encontraban todas las almas y en este sitio se les aplicaban penas o recompensas. La familia de la persona que había muerto tenía que ofrecerle los alimentos para que pudiera descansar en paz, al hombre muerto la familia lo consideraba como un dios sagrado.

Una de las reglas del culto a los muertos era que cada familia solo podía rendir culto a los muertos que le pertenecían por la sangre es decir solo a su familia, la ley prohibía que un extranjero se acercase a la tumba ya que si se acercaba, la persona que había muerto no podía descansare en paz, la comida que se llevaba a los muertos se llamaba comida fúnebre era un acto religioso y se ofrecía en el lugar donde los antepasados reposaban, las comidas fúnebres solo las podían ofrecer la familia y solo la familia podía asistir, se realizaba una oración antes de la comida y una después.

Cada familia tenía que adorar a sus muertos ya que los consideraba como dioses protectores del hogar, por lo tanto cada familia no podía tener los mismos dioses. En la casa de los romanos o de los griegos siempre había un altar que tenía una poco de ceniza y era obligación del jefe conservar el fuego de día y de noche ya que le pedía protección y se le consideraba muy poderoso. El altar del fuego fue personificado, se le llamo Vesta, Vesta fue una diosa virgen y se le concibió como una especie de alma universal que se encargaba de los diferentes movimientos de los mundos.

Cuando el padre moría el hijo tenía que hacer los cultos correspondientes, y si no rendía este culto hacia decaer una serie de muertos y destruía su felicidad, pero si los sacrificios si se realizaban el antepasado se convertía en un dios protector, la religión no residía en los templos, la religión residía en las casas, como ya se mencionó cada familia tenía sus dioses y cada dios protegía a una familia y solo era dios en una casa, la religión se propagaba de generación en generación, pero esta religión doméstica se propagaba solo de varón en varón.

Las familias enterraban a sus muertos muy cerca de su casa solo a unos cuantos pasos están las tumbas, las familias como ya se dijo adoraban a sus dioses y estos dioses eran antepasados que correspondían a seis generaciones atrás.

Una ley antiquísima mencionaba que el padre no podía dejarle sus bienes a su hija, porque los hombres eran los que forjaban la familia, lo que unía a los miembros de una familia era la religión del hogar y los antepasados. La lengua griega tenía una palabra para designar a una familia “lo que está cerca del hogar”

El matrimonio fue la primera institución establecida por la religión doméstica, la mujer asistía a los cultos como hija o como esposa. Si unas personas griegas contraían matrimonio la ceremonia no se realizaba en un templo se realizaba en la casa, y la presidia el dios de esa casa, hasta después se adquirió la costumbre de ir a los templos y ofrecer sacrificios a los dioses y este acto recibía el nombre de preludios del matrimonio, pero la ceremonia seguía siendo en el hogar.

Blanco era el color en los trajes religiosos, también se llevaba una antorcha llamada antorcha nupcial, en el recorrido se cantaba un himno religiosos llamado ‘el himeneo’.

La novia no podía entrar por su propio

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