La Consumación De La Independencia.
Enviado por javierziitu • 23 de Octubre de 2013 • 4.490 Palabras (18 Páginas) • 325 Visitas
La Consumación de la
Independencia
Introducción
Después de la muerte de Don José María Morelos y Pa-
vón en 1815, el movimiento insurgente empezó a decaer, ya
que los diversos grupos que luchaban por la independencia
se habían dividido, y el gobierno virreinal, presidido por el
General Félix María Calleja, ofreció indultos a los principales
líderes insurgentes, y a los que no aceptaron el perdón, los
persiguió hasta acabarlos o meterlos en prisión, además de
que, de los pocos jefes insurgentes que quedaban en pie de
lucha, ninguno tenía la capacidad ni el carisma, para tomar
el mando del resto de los luchadores por la Independencia.
De los que sobrevivían en 1815, el que tenía más méri-
tos, era Manuel Mier y Terán, quien tenía capacidad militar,
y el concepto de que no era necesario escribir leyes, ya que
la Nueva España todavía era colonia de España. Por su par-
te, el Coronel Mier y Terán armó y disciplinó a sus tropas, y
estableció su cuartel en el Cerro Colorado, lugar localizado
en el cruce de los caminos entre Puebla, Veracruz y Oaxaca,
en donde se mantuvo por más de dos años, hasta que, a
principios de 1817, fue acorralado y vencido.
Una vez derrotado Mier y Terán, el Virrey Juan Ruiz de
Apodaca (1816-1821), tenía la seguridad de que el territorio
de la Nueva España estaba completamente pacificado, pues
sólo quedaban algunas pequeñas zonas, donde había gru-
pos de insurgentes que actuaban, más como bandoleros que
como libertadores, como era el caso de los independentistas
del Sur (actual estado de Guerrero), Veracruz y Guanajuato.
Sin embargo, el 15 de abril de 1817, un joven español
llamado Francisco Xavier Mina, despertó y dio un nuevo im-
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Momentos Estelares del Ejército Mexicano
Último Virrey de la Nueva España, Juan Ruiz de Apodaca, con su indecisión permitió que la
iglesia y terratenientes novohispanos apoyaran la causa de la independencia.
pulso al movimiento insurgente. Mina era de ideas liberales y
defendía la Constitución de Cádiz. Perseguido por los monar-
quistas, sale de España para refugiarse en Francia y después
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pasa a Inglaterra, donde conoce al mexicano Fray Servando
Teresa de Mier, quien lo convence de que viaje a México, para
luchar contra el absolutismo, argumentando que la lucha era
válida, ya fuera en España o en las colonias.
Mina consiguió créditos, armas y voluntarios, y se
fue a los Estados Unidos, para de ahí pasar a la Nueva
España, desembarcando en Soto la Marina, en las costas
de Nueva Santander (actual estado de Tamaulipas), con
300 aventureros. De inmediato, las tropas realistas salen
a combatir a los aventureros, a quienes derrotan. Mina y
sus hombres pasan a San Luis Potosí, luego a Zacatecas
y después a Guanajuato, donde se unen a las fuerzas de
Pedro Moreno.
Los realistas mandan a Pascual Liñán a combatirlo,
quien derrota a Mina y a Moreno, en el Cerro del Sombrero,
a mediados de agosto de 1817, y posteriormente los derrota
nuevamente en el Cerro de los Remedios. Pedro Moreno mu-
rió en combate y Mina fue apresado y más tarde fusilado, el
11 de noviembre de 1817.
Cuando se creía que el movimiento insurgente estaba
terminado, surgió la figura de un luchador indomable, resis-
tente al hambre, al frío y al calor, conocedor de las montañas
del sur y que desde 1810, se había unido a los insurgentes;
su nombre: Vicente Guerrero... invencible en su territorio y
limitado fuera de él.
Guerrero constantemente ponía en apuros a las tropas
realistas, establecidas en la montañosa región del sur, y co-
mandadas por el Coronel Gabriel Armijo, ya que los atacaba
continuamente y se movía de sitio; parecía un fantasma in-
surgente, que sólo se sentía cuando atacaba. El Virrey Apo-
Vicente Guerrero sostuvo la causa de la libertad hasta septiembre de 1821, combatiendo a los
realistas hasta las últimas cosecuencias.
La Consumación de la Independencia
daca, constantemente urgía a Armijo a que acabara con los
insurgentes, dirigidos por Vicente Guerrero y por Pedro As-
cencio Alquisiras.
El principio del fin
Alquisiras, a principios de 1820, derrotó a los realistas en
Tlatlaya y posteriormente los volvió a derrotar en Cerromel,
haciéndoles grandes bajas y obligando al resto a huir. Sin
embargo, los realistas se reforzaron con tropas de Toluca,
Querétaro y Celaya, por lo que emprendieron un nuevo ata-
que, siendo nuevamente derrotados en Cerromel. Ante las
derrotas constantes, el Coronel Armijo renunció a la Coman-
dancia del Sur, quedando vacante el cargo.1
Sin embargo, las derrotas sufridas por las fuerzas realis-
tas en el sur, no tenían gran significado, para que surgieran
nuevos grupos de insurgentes, toda vez que el gobierno vi-
rreinal controlaba el resto del territorio.
Un hecho inesperado que se dio en España, cambió ra-
dicalmente el panorama para los insurgentes y para nuestro
país. A fines de mayo de 1820, el Rey de España Fernando
VII, obligado por los liberales, juró la Constitución de Cádiz
de 1812, lo que significaba que se activaran nuevamente
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