La Creación Del régimen Franquista
Enviado por MrKennedy • 19 de Mayo de 2014 • 4.122 Palabras (17 Páginas) • 266 Visitas
1) LA CREACIÓN DEL ESTADO FRANQUISTA: FUNDAMENTOS IDOLÓGICOS Y APOYOS SOCIALES
A) EL INICIO DEL ESTADO FRANQUISTA
La Dictadura de Franco, y la Guerra Civil que la precede, son consecuencia de la división que sufre la sociedad española durante el primer tercio del siglo XX. El tradicional enfrentamiento entre los sectores más liberales y los más conservadores se fue polarizando cada vez más bajo la influencia de una Europa dominada por los totalitarismos. Durante el desarrollo de la Segunda República la fragmentación aumentó hasta dar lugar al golpe de estado con que se abrió la Guerra Civil.
Los que respaldaban el alzamiento se encontraban políticamente divididos, pero aceptaron la supremacía del ejército, el cual se convirtió desde muy pronto en la columna vertebral del nuevo Estado surgido con el conflicto.
Los sublevados crearon en Burgos una Junta de Defensa Nacional con el cometido de gobernar los territorios ocupados. Estaba integrada por militares y presidida por el general más antiguo, Miguel Cabanellas. La Junta prohibió los partidos políticos, suspendió la Constitución de
1931 y paralizó las reformas republicanas.
Pronto surgió la necesidad de establecer un mando único para dirigir la guerra. Pero el general Sanjurjo, el líder del alzamiento, había muerto en una accidente aéreo días después de iniciarse éste (el 20 de julio de 1936). Franco consiguió, por un lado, el respaldo de la mayoría de los generales debido a sus exitosas acciones militares, y por otro obtuvo el respaldo de Hitler y Mussolini, lo cual lo convertía en el mejor representante para negociar los apoyos internacionales necesarios para sostener la guerra.
Políticamente, se empezó a construir una organización estatal de la que se carecía. Por razones de eficacia militar y política, la Junta de Defensa Nacional decidió concentrar el poder en un mando único; en consecuencia, el 1 de octubre de 1936, el general Franco fue nombrado en Burgos jefe de Gobierno del Estado Español y <<generalísimo>> de los Ejércitos.
Buscando una mayor cohesión, Franco acabó con la rivalidad entre tradicionalistas y falangistas mediante el Decreto de Unificación de abril de 1937 y creó un partido único, Falange Española Tradicionalista y de la JONS. Esta medida provocó la protesta de un sector falangista, acaudillado por Manuel Hedilla, que sería acallado.
La Iglesia, muy castigada por la revolución republicana, tomó partido a favor del <<Nuevo Estado>>, y en 1937, una carta pastoral colectiva del episcopado español daba a la guerra el carácter de <<cruzada>>.
El 30 de enero de 1938, poco después de formar su primer gobierno, Franco fue proclamado <<caudillo>>, en la misma línea del Duce –Mussolini– y del Führer –Hitler–. En realidad, Franco no llegó a crear un estado propiamente fascista; más bien ejerció un poder personal ilimitado, sirviéndose del ropaje externo de la ideología falangista. Nota fundamental fue su exaltado nacionalismo español y su enemistad hacia toda forma de autonomía regionalista.
La adopción de medidas contrarreformistas
Como era lógico, en la zona nacional se inició un proceso de reacción que paralizó todas las medidas reformistas que había llevado a cabo la República. Antes de que acabara la guerra se promulgó una de sus leyes fundamentales, el Fuero del Trabajo (1938), inspirado en la legislación del fascismo italiano, la doctrina social de la Iglesia y en algunos principios de la Falange. Con él se sentaban las bases de la organización corporativa del Estado y los sindicatos de clase fueron sustituidos por sindicatos verticales.
La reforma agraria también fue abolida, devolviéndose a sus propietarios las fincas intervenidas por la República. Al mismo tiempo, quedó derogada toda la legislación laica republicana, surgiendo otra acomodada a los principios religiosos de la tradición católica (establecimiento del culto religioso en la enseñanza y el Ejército, restablecimiento de la asignación estatal al clero...); con ello, la Iglesia recuperó su influencia y su protagonismo en la enseñanza.
La ley de Responsabilidades Políticas de febrero de 1939 facultaba a los tribunales mixtos (ejército, poder judicial y Falange) para la aplicación de penas a personas vinculadas a partidos de izquierda.
Finalmente, como característica peculiar del nuevo régimen, empezaba a surgir un severísimo control en el campo del pensamiento y en la prensa a través de una eficaz y estricta censura.
B) LOS FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y SOCIALES DEL
RÉGIMEN FRANQUISTA
Fundamentos ideológicos
Terminada la guerra civil, después de tres años de tragedia para el pueblo español, comienza un periodo de treinta y seis años dominado por la figura del general Francisco Franco, que se convierte en la pieza central de un sistema político que encuentra su legitimación en la victoria de una parte de los españoles sobre la otra.
El Nuevo Estado tiene su origen en la propia guerra civil. Se trata de un régimen de rasgos opuestos a la vencida República. Desde el principio se proclamó como esencialmente antimarxista, antiliberal y autoritario, sin constitución y sin libertades democráticas, además presentaba afinidades con los fascismos europeos en sus aspectos externos –saludo, emblemas y canciones– y en parte de su estructura de dominación –partido, sindicato, policía, asociaciones de masas, propaganda y exaltación de la figura del líder–.
La esencia antiliberal provenía, fundamentalmente, del tradicionalismo y del catolicismo. Ambos acusaban al liberalismo de ser el culpable de la política anticatólica y de disolver las tradiciones históricas de España, que emanaban del período histórico de los Reyes Católicos y de los Austrias. En consecuencia, se volvieron los ojos hacia la “gloriosa época imperial” como encarnación de las genuinas esencias patrias, que doctrinas “extrañas”, como el racionalismo, el liberalismo o el marxismo, habían tratado de asfixiar. Como consecuencia de su antiliberalismo se niegan los derechos individuales de los ciudadanos
Fruto de su concepción totalitaria se produce la acumulación del poder político en manos de un líder indiscutible. Varias leyes de guerra dieron a Franco el título de Generalísimo de todos los ejércitos y Caudillo, con lo que obtenía el mando supremo de las fuerzas armadas; así mismo,
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