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La Crisis Mexicana Y Su Impacto En México


Enviado por   •  30 de Marzo de 2012  •  5.021 Palabras (21 Páginas)  •  856 Visitas

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El contexto internacional

Las crisis financieras han ocurrido a lo largo de la historia de manera recurrente; de hecho hemos presenciado alrededor de 40 eventos en los últimos 50 años. La más notoria, sin embargo, data de 1929 cuando los mercados financieros se desplomaron, el producto nacional bruto de los EEUU cayó abruptamente en poco más de 30 puntos porcentuales, y con ello la tasa de desempleo abierto se elevó a más del 20 por ciento. Esta crisis estuvo acompañada por una corrida bancaria cuando los depositantes, envueltos en pánico, se apresuraron a las ventanillas de esas instituciones financieras para retirar el dinero de sus cuentas de ahorro.

Como se sabe, los bancos no cuentan con el cien por ciento del dinero de sus depositantes pues su negocio es precisamente utilizar esos recursos para la extensión del crédito a otros agentes. Así, lo que dichas entidades mantienen son reservas para atender la proporción de retiros usuales y cuando se sobrepasan se prestan entre ellas para enfrentar ese fenómeno. Sin embargo, en el momento en que simultáneamente todos deseen retirar su dinero de todos los bancos (o una gran parte de ellos), entonces se produce una corrida bancaria.

En efecto, hacia inicios de los 1930s se produjo uno de estos episodios en los EEUU que contagió prácticamente a todo el mundo. Las causas de dicha crisis han sido muy estudiadas y no nos ocuparemos de ello aquí. Para 2007-08 estalla una nueva crisis de magnitud también muy amplia, cuyo origen proviene de una burbuja hipotecaria provocada por un otorgamiento muy laxo de préstamos para adquisición de viviendas, los que en turno se empaquetaron en lo que se conoce como instrumentos-respaldados-por-hipotecas.

De esa manera, esos instrumentos se bursatilizaron sin conocer su importe real en la práctica. Los compradores fueron los bancos de todo el mundo, y cuando se descubre su baja calidad crediticia, dichas instituciones financieras enfrentaron serios problemas de capitalización y, con ello, de liquidez. Muchos de ellos han tenido que ser rescatados por el gobierno de sus respectivos países. Hasta la fecha incluso no se sabe a cuánto asciende el tamaño del problema.

El no conocer el valor real de dichos activos de mala calidad trae como consecuencia que no se pueda estimar el monto total del boquete creado. Ante esto los mercados han reaccionado y se ha perdido el elemento más importante en las relaciones económicas y comerciales: la confianza. Tal vez ésta sea la variable más difícil de restablecer en tiempos de crisis. En la medida que ésa se reconquiste, la economía volverá a una senda de crecimiento económico. ¿Por qué es tan importante evitar una corrida bancaria? Entre otras cosas, porque van acompañadas de recesiones y depresiones económicas.

A la fecha se prevé que la economía norteamericana caiga en aproximadamente 2.6 por ciento, cifra enorme si se considera que es uno de los motores de la economía mundial. Ello obviamente ha ocasionado que se contagie el resto del mundo. Así, el decrecimiento de las economías avanzadas en su conjunto ascenderá a 3.8 por ciento para el año 2009.

Tradicionalmente, el papel de un gobierno ante estas circunstancias ha sido responder con políticas anticíclicas. Algunos países las han diseñado en épocas de estabilidad y se activan una vez que ocurre el evento. Todas van encaminadas a, por un lado, restablecer la confianza y lograr así la recuperación económica y, por otro, proteger a la población más vulnerable con redes de protección social.

Para entender la reacción de México ante el acontecimiento es necesario revisar muy brevemente cuándo es que nuestro gobierno se dimensionó la magnitud de estas crisis. Esto es y continuará siendo un debate, ya que algunos afirman que esto se podría haber apreciado durante el primer semestre de 2007. Otros argumentan que los indicadores de esa fecha eran pequeñas fluctuaciones y que no marcaban una tendencia a la baja de manera abrupta y que incluso podrían revertirse. Hay, sin embargo un evento, que revela sin ambigüedades la magnitud de la crisis: la quiebra de la casa financiera Lehman Brothers. A partir de este momento (octubre-noviembre de 2008) había un consenso, a saber, que se trataba de una crisis internacional de magnitudes no vistas en los últimos 90 años. Con esto en mente pasamos ahora a examinar el caso mexicano.

La crisis en México

Las crisis económicas en general revelan las vulnerabilidades que presentan los distintos países, y el caso de México no es la excepción. Para apreciar esto es necesario recordar que cuando el país modifica su estrategia económica hacia fines de la década de 1980, el país se encontraba en medio de un prolongado estancamiento de la actividad económica. Ante ello se emprendieron un buen número de reformas que buscaban restablecer el crecimiento de la economía. No es el propósito describir este proceso que por lo demás ha sido ampliamente estudiado. Sin embargo, una de las acciones que se llevó a cabo para entonces y que marcó la economía nacional de manera importante fue la firma del Tratado de Libre Comercio. Si bien su diseño e implantación benefició a nuestra nación, paradójicamente también llevó a la economía a integrarse comercialmente con los EEUU, y no a abrirse con respecto del resto del mundo; en efecto, cerca del noventa por ciento de nuestras exportaciones se dirigen hacia dicho país. Paralelamente, esta variable se convirtió en el motor del modesto crecimiento del PIB.

Esto trae como consecuencia que se dependa en exceso del desempeño del vecino del norte. Naturalmente, cuando aquél entra en depresión económica, deja de adquirir nuestros productos, lo que ocasiona que ese motor de nuestro crecimiento –exportaciones hacia los EEUU- se vea deteriorado.

Para apreciar esto, considere la composición de las exportaciones que arroja una explicación muy convincente. Antes es conveniente hacer una pequeña digresión: existen productos que no pueden dejar de consumirse, como los alimentos; por otra parte, hay bienes que uno puede dejar de adquirir, como los automóviles o los electrónicos, en caso de enfrentar dificultades. Pues bien, son este segundo bloque de productos los que México le exporta en mayor medida a los EEUU. Es decir, la composición de nuestras exportaciones desafortunadamente no se encuentra debidamente diversificada. De aquí que cuando los problemas financieros de ese país afloran, lo primero que hacen es dejar de importarnos los productos.

Si a esto se le agrega que el principal componente de aumento de nuestra economía lo constituyen precisamente las exportaciones, el resultado obvio es que el país decrezca abruptamente. En este

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