La Dactiloscopia: Evolución en los medios de identificación

Facultad de Filosofía y Letras[pic 1]

Colegio de Historia

La Dactiloscopia: Evolución en los medios de identificación

Presentado por:

Ernesto Caporal Hernández

LA IDENTIFICACIÓN FORENSE.

¿POR QUÉ Y PARA QUÉ?

Lo que generalmente impulsa a los hombres hacia las primeras investigaciones es el asombro. La historia de la ciencia atestigua que los progresos obtenidos son consecuencia de la aplicación cada vez más rigurosa de los métodos propios que cada una de ellas exige. En este sentido, el hombre desde el inicio de su presencia en el mundo, con el afán de esclarecer los hechos de la naturaleza, aplicó toda clase de pruebas para lograrlo. Conforme pasaban los años, pulía y perfeccionaba poco a poco los procedimientos que aplicaba.

Los argumentos científicos condujeron al hombre a la creación de una estructura coherente de leyes, principios, hipótesis y teorías científicas; sin embargo, el proceso no se detiene ahí sino que es justamente de tales hipótesis y teorías de donde surgen continuamente los nuevos estudios y prácticas de la ciencia. A su vez, cuando estas investigaciones son fructuosas, y más aún cuando no los son, llevan a nuevas observaciones, nuevos experimentos y nuevas teorías, lo cual redunda en un continuo avance científico.

Los experimentos, las interpretaciones y las aplicaciones avanzan juntos y entre todos ellos forman el cuerpo efectivo, viviente y social de la ciencia, teniendo como distintivo el área de fenómenos a cuyo estudio esta dedicada. En este sentido, y para comenzar a abordar el tema del presente trabajo, es menester señalar que la identificación de las personas resulta sumamente importante en el contexto social; para tal efecto, la ciencia denominada dactiloscopia tiene la finalidad de establecer la identidad indubitable de las personas, fundamentándolo con los argumentos científicos desarrollados con el transcurso del tiempo. Para ello se ve apoyada de diversas técnicas y métodos encaminados a obtener la plena identificación de las personas.

 Qué es la identidad y la identificación criminal

Etimológicamente la palabra identidad proviene del latín ídem, que significa el mismo y de ens, entis que significa ser o existencia, cuya traducción es: La misma existencia o el mismo ente, que independientemente de las variaciones temporales siempre es igual a sí mismo.

Para el doctor Edmond Locard, identidad es: “la cualidad o conjunto de cualidades que posee una cosa que la diferencia de todas las demás.”^[1] 

Entendido desde este punto de vista, la identidad es el conjunto de caracteres que sirven para individualizar a una persona, diferenciándola de las demás. Ahora bien, el Dr. Alfonso Quiroz Cuarón señala lo siguiente:

“Identidad es el conjunto de caracteres que sirven para distinguir a un sujeto de los demás de la especie, e individualizarlo.

Identificación es el procedimiento mediante el cual se recogen y agrupan sistemáticamente los caracteres distintivos de un sujeto. Identidad es el hecho; identificación el procedimiento.”^[2] 

De lo anterior se desprende que la identificación se refiere sencillamente al acto más elemental y rutinario de la vida social del hombre, la cual le permite reconocerse individualmente y reconocer a los demás.

La identificación de las personas ha planteado una problemática a lo largo de la historia de la humanidad. Los especialistas han intentado resolverlo empleando los conocimientos y medios disponibles en cada época, buscando que prevalezcan los principios de seguridad, eficiencia y economía.

Desde la antigüedad el hombre buscó la forma de identificar a sus congéneres. Primero fue el nombre, que era una cualidad que se le agregaba y lo hacía susceptible de ser reconocido por otros; posteriormente se utilizaron los apellidos, sin embargo, estos no fueron suficientes para establecer la identidad fehaciente de los individuos debido a la existencia de homónimos. Cabe señalar que el nombre, por si mismo, no representa realmente la individualidad y, por lo tanto, no constituye una forma de identificar, sólo da sustento a la singularidad jurídica de su situación.

Así, el problema para identificar a las personas parecía no tener solución y se incrementaba en la medida que los pueblos se hacían más grandes y el mundo se habitaba cada vez más. Fue por eso que ciertos principios comenzaron a cobrar vigencia: el hombre tenía semejantes y en algunos casos el parecido podía llegar a asombrar, sin embargo, no había idénticos. Ante esto, se consideró el principio de que la naturaleza no hace copias, es decir todos somos originales. Esto era fácil de afirmar pero no de comprobar debido a que se carecía de un sustento.

Para fijar la identidad de una persona de manera indiscutible, resultó necesario buscar las características propias de identidad de cada individuo, estas características deberían ser exclusivas y excluyentes, proporcionadas por la misma naturaleza y que diferenciaran a unos de otros. Aunado a esto, el método de identificación tendría que ser práctico, seguro, sencillo y económico.

Entonces, quedaba claro que establecer la identidad de las personas era una verdadera necesidad y se debía lograr que quién nacía, vivía y se relacionaba en sociedad, asumiera las responsabilidades de sus actos y acciones, siendo éstas civiles o criminales.  

Ahora bien, resulta importante precisar que cuando el procedimiento identificativo se encamina a obtener de manera indubitable el conocimiento de la identidad del sujeto que participó en un delito, se denomina identificación criminal; sin embargo, independientemente de esto, el fin sustancial es el mismo, siendo la plena identificación de las personas.

Antecedentes históricos de identificación

Para Rafael Moreno González, “La identificación del ser humano ha pasado por varias etapas: la bárbara en la antigüedad; la supersticiosa en la edad media; la empírica, con ribetes científicos, en los siglos XVIII y XIX; finalmente, a partir de fines del siglo pasado e inicios del presente, la científica.”^[3] 

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