La Educación En La década De 1880
Enviado por Ofo19 • 7 de Octubre de 2011 • 1.869 Palabras (8 Páginas) • 1.215 Visitas
La educación en la década de 1880, cuando se crea en Francia un sistema nacional como servicio público, laico obligatorio y gratuito
En el contexto de Francia en la década de 1880, existieron partidos que defendían de una u otra manera su ideología respecto a la instrucción.
Los primeros son los republicanos, que si bien no fundaron la escuela, contribuyeron a la institucionalización escolar siendo partícipes de la evolución social, ellos concibieron una verdadera política escolar que tuvo éxito porque respondía a una exigencia popular y al mismo tiempo constituía su realización.
En esa época, la instrucción es un ideal colectivo, se creía en ella, en el progreso mediante las luces, no dudaban ni de la razón ni de la naturaleza, como las familias estaban volcadas hacia la escuela veían en ella un remedio para los problemas sociales. No se dudaba de que lo escrito en los libros fuera verdadero y útil. En pocas palabras, la instrucción era pues la promesa de una vida mejor.
Esta convicción es en la cual se apoyaron los republicanos haciendo las leyes escolares “Leyes fundamentales”.
Los republicanos no son unánimes ni en cuanto a los objetivos ni en cuanto al método. Por un lado Paul Bert y la cámara deseaban una Ley General, y por otro lado Jules Ferry se inclina y logra que triunfe un método más empírico.
Se legislaron distintas leyes que en la enseñanza superior suprimieron los jurados mixtos y se prohibieron a los establecimientos libres. Tomar el título de universidad, en la enseñanza secundaria, se reformaron los programas y se fundaron escuelas abiertas para muchachas. En la Enseñanza primaria se fundan las escuelas normales. Es decir se llevó a cabo una revisión de la organización pedagógica y se transformaron los programas.
Lo esencial de la obra republicana es:
- Constituir la enseñanza primaria en servicio público, en ello radica el sentido de la gratuidad total.
- La obligatoriedad de los padres de enviar a sus hijos a la escuela.
- La laicidad de los programas, motivo por el cual el dictamen de la ley y la reforma escolar tuvo más conflictos.
El debate ideológico
El centro del debate no es el desarrollo de la instrucción, sino su construcción en servicio público.
Para justificarla se apoya en tres ideas principales:
La igualdad entre los niños: el argumento más fuerte a favor de la gratuidad total es el rechazo a las distinciones introducidas entre los niños por la gratuidad parcial.
Las otras dos ideas son solidarias: la afirmación de un derecho de los niños a la instrucción, un deber del Estado. Desde este momento se fundamentan la obligación, la gratuidad y la laicidad.
En el centro de la posición conservadora encontramos que la educación es una obra de asistencia, de caridad, no un derecho para los niños. En consecuencia puede ser objeto de un deber moral, no de una obligación jurídica.
Lo que domina el debate es la laicidad. EL argumento decisivo no es el de respetar la voluntad del padre de familia por la instrucción religiosa. Para respetar la libertad de conciencia de los infantes, no es necesario suprimir la enseñanza del catecismo, basta con volverla optativa.
Ferry invoca la libertad de conciencia del maestro, que no será respetada si debe hacer repetiré un catecismo en el que no se cree.
Los republicanos por otra parte le dan un contenido positivo que rebasa a la simple distribución de las competencias. Es importante para la seguridad del futuro que la dirección de las escuelas y la declaración de las doctrinas que ahí se enseñan no permanezcan a los obispos que ha declarado la Revolución Francesa.
El problema de la enseñanza moral permite apreciarlo bien. Los católicos niegan que se pueda concebir una moral independiente de la religión. Sin la religión, la moral “falla en la aplicación y a fuerza de debilitarse en la práctica, termina por desnaturalizarse en su principio”
Los republicanos sostienen la posibilidad, o mejor aún, la realidad de una moral autónoma.
La moral conduce a una religión de la humanidad, y funda la unidad del cuerpo social. Para Ferry la secularización de la escuela y de la moral aspira a fundar sobre bases positivad, indiscutibles, la unidad del espíritu nacional.
Jules Ferry y la apuesta radical.
Como legislador positivista Ferry considera decisiva la cuestión de las instituciones. Una vez adquirida la secularización, la religión se deteriorará por sí sola. Entonces propone poner el gobierno de los estudios en manos de los hombres de estudio, hacer de la universidad un cuerpo vivo, organizado y libre. Organizar una escuela lo suficientemente tolerante como para que todos puedan aceptarla. Quiere dividir lo menos posible a la nación realizando lo indispensable
Sin embargo, los radicales tienen más prisa: la religión para ellos es un obstáculo al propio progreso que desea Ferry. Sus ideas son que si se quiere avanzar hay que destruirla y no conformarse con dejarla morir, no dejar que el clero se siga sintiendo el amo de la sociedad. El primer acto fue precipitar el retiro de símbolos religiosos de las escuelas, sin esperar el voto de las leyes.
Este debate pone en evidencia un problema capital. Quizá la principal inquietud de quienes rechazaban la secularización es que no tenían experiencia en este tipo de instrucción, todo lo que ellos conocían se resumía a la instrucción donde intervenía el clero, y el hecho de cambiar el modus vivendi los ponía en una posición de expectativa, era una aventura.
Hacia una solución empírica.
La solución consistió en rechazar el debate en el terreno de las ideas, era hora de resolverlo en el terreno de los hechos. Por supuesto que hubieron controversias y quienes afirmaban que algunos textos cívicos atentaban contra la libertad de creencias, pero simplemente se buscaba
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