La Epoca Barroca
Enviado por gegashow • 21 de Septiembre de 2011 • 435 Palabras (2 Páginas) • 809 Visitas
LEONARD, Irving A.
1959 LA ÉPOCA BARROCA EN EL MÉXICO COLONIAL, Baroque Times in Old Mexico, The University of Michigan Press, Ann Arbor, 1959; trad. Agustín Escurdia, Fondo de Cultura Económica, Colección Popular, 129, México, 1974, Segunda reimpresión (1986), 331 pp. ISBN: 968-16-2377-0.
La época barroca. El pensamiento del Siglo XVII en Europa
Las ideas de René Descartes e Isaac Newton derribaban sin remedio las antiguas estructuras medievales que aún prevalecían en la Iglesia y el poder virreinal de México. La aceptación de la autoridad y la obediencia ciega constituían símbolos de virtud en el pensamiento y control hispánico sobre el Nuevo Mundo.
La obra eclesiástica novohispana en el siglo XVII.
Las riquezas a disposición de la Iglesia hicieron posible el patrocinio de las artes, especialmente arquitectónicas, en que se desbordó el fervor del barroco. La mayoría indígena, de hecho, perdió su pasado histórico.
Evidente en el siglo XVII fue la consolidación del poder y de la riqueza de la Iglesia. La doble tarea de convertir a la población indígena e impedir la apostasía entre los fieles fue la justificación suficiente para la acumulación de riqueza material y del constante aumento del cuerpo de clérigos. Con este poder, pudo transformar ciudades y aldeas, especialmente en la región central de México, en el inmenso museo de arte y
arquitectura barrocas que aún perduran.
LEONARD, Irving A.
1959 LA ÉPOCA BARROCA EN EL MÉXICO COLONIAL, Baroque Times in Old Mexico, The University of Michigan Press, Ann Arbor, 1959; trad. Agustín Escurdia, Fondo de Cultura Económica, Colección Popular, 129, México, 1974, Segunda reimpresión (1986), 331 pp. ISBN: 968-16-2377-0.
La época barroca. El pensamiento del Siglo XVII en Europa
Las ideas de René Descartes e Isaac Newton derribaban sin remedio las antiguas estructuras medievales que aún prevalecían en la Iglesia y el poder virreinal de México. La aceptación de la autoridad y la obediencia ciega constituían símbolos de virtud en el pensamiento y control hispánico sobre el Nuevo Mundo.
La obra eclesiástica novohispana en el siglo XVII.
Las riquezas a disposición de la Iglesia hicieron posible el patrocinio de las artes, especialmente arquitectónicas, en que se desbordó el fervor del barroco. La mayoría indígena, de hecho, perdió su pasado histórico.
Evidente en el siglo XVII fue la consolidación del poder y de la riqueza de la Iglesia. La doble tarea de convertir a la población indígena e impedir la apostasía entre los fieles fue la justificación suficiente para la acumulación de riqueza material y del constante aumento del cuerpo de clérigos. Con este poder, pudo transformar ciudades y aldeas,
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