La Ganaderia Y La Mineria, Quevedismo
Enviado por Kevincano • 15 de Mayo de 2013 • 1.197 Palabras (5 Páginas) • 996 Visitas
La ganadería y la minería, el Quevedismo
Originario de Casas Grandes, una de las tierras predilectas del magonismo y luego del orozquismo, el general Rodrigo M. Quevedo fue el primer gobernador que logró concluir su mandato desde que el popular gobernador Ahumada lo hiciera a fines del siglo pasado. Por su inclinación al nepotismo y a los negocios privados, Quevedo era hombre prototípico del "maximato", el periodo de hegemonía política del ex presidente Calles. Según un desplegado publicado en un diario de la ciudad de México en mayo de 1936, Quevedo había brindado empleo en el gobierno a sus 11 hermanos y a otros 70 parientes. Su enorme familia también servía para los negocios: comercios y compañías eléctricas en Ciudad Juárez, clubes nocturnos, ranchos ganaderos originados en el ex latifundio Terrazas y lotes y despepitadores en el sistema de riego de Delicias.
De esa manera, los Quevedo ganaron un peso importante en la economía estatal y no tardarían en vincularse a otros empresarios de origen revolucionario, como los Almeida, y de origen porfiriano, como los mismos Terrazas. Un ejemplo de esta vinculación entre los viejos y los nuevos ricos es que los apellidos Quevedo, Terrazas y Almeida compartían cargos en la directiva de la Unión Ganadera Regional en 1942.
A Quevedo le correspondió una época económica mucho más favorable que a sus antecesores inmediatos. El de 1935, por ejemplo, fue buen año para la minería. En Cusihuiriachic la compañía extranjera reanudó actividades con excelentes resultados, y en Maguarichic un descubrimiento de oro hacía prosperar a una antigua pero modesta población serrana. Entre agosto y octubre de ese año, los 1 200 obreros de la fundición de Ávalos, de la ASARCO, sostuvieron una huelga en busca de mejoras salariales y de su contratación colectiva. La huelga fue apoyada por el gobierno local con dinero proveniente de descuentos aplicados a los sueldos de los burócratas locales. El triunfo de los huelguistas inauguró una nueva época en las relaciones laborales en este importante sector de la economía local, pues consolidó al sindicato minero nacional, formado apenas en 1934. Poco después varias secciones sindicales mineras de Chihuahua imitarían los pasos de la de Ávalos; se avanzaba así en el establecimiento de una relación contractual bilateral en el ámbito nacional.
Sin embargo, en estos años se consolidó también el contraste entre las grandes explotaciones mineras (en su mayoría en manos extranjeras) ubicadas en el corredor Parral-Chihuahua, y la pequeña minería y el gambusinaje en un sinfín de centros mineros ubicados en la sierra. Este último sector no tenía ni la capacidad financiera ni tecnológica del sector extranjero. Pero ambos contribuían a hacer de la minería una de las actividades más importantes de la economía —y de la cultura— de la entidad. El empleo de la pequeña minería, la subsistencia de pequeñas empresas familiares, era uno de los ingredientes más sobresalientes de la historia local en ese tiempo.
Donde se sufría más era en las zonas temporaleras, sobre todo en las colonias formadas al amparo de la ley agraria local. Repetidas quejas de los colonos acerca de la dificultad para pagar los abonos y de la falta de créditos llenaban los escritorios de las autoridades. En algunos casos los colonos se olvidaban de su intención de adquirir los lotes de la colonia y preferían el reparto por la vía ejidal, como había pasado en la colonia Gardea en 1927 y como ocurría en esos años en la colonia Cuauhtémoc, del municipio de Chihuahua.
Para los disidentes políticos del gobierno esos años fueron de gran rudeza. Por ejemplo, un antiguo aliado de Quevedo, el líder agrarista Andrés Mendoza, tuvo que huir del estado, en vista de la fuerte
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