La Globalización
Manchi_4526 de Septiembre de 2013
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La globalización es un fenómeno biológico y social
No es la consecuencia de una supuesta doctrina neoliberal ni de ninguna otra ideología
La globalización, tal como se conoce en la actualidad, no ha sido la primera en la historia de la biosfera y del hombre, donde hubo y habrá fases de expansión y de apertura, seguidas por fases de contracción, retracción, cierre, separación y aislamiento. El síndrome más común y más inquietante de la globalización es el de los ganadores-perdedores, que se aplica a todas las entidades, desde lo biológico a lo económico y social. En términos económicos y sociales, las brechas entre países y en el interior de cada país no son deseables ni siquiera para los “ganadores”, ya que estas brechas implican un aumento de la inseguridad (nacional y planetaria. Estas brechas debidas a la globalización no son inevitables siempre que no se cometan dos errores fundamentales: el pensamiento único y la pasividad social, ya que la globalización no es la consecuencia de una supuesta doctrina neoliberal, ni de ninguna otra ideología. Por Francesco Di Castri.
En términos técnicos, la globalización puede definirse como el proceso dinámico por el cual sistemas diferentes y complejos, separados y con atributos distintos entre ellos, entran en contacto recíproco, con interacción e intercambio de materia, energía e información (incluyendo, en muchos casos, flujos e intercambios de especies, de seres humanos con su cultura, de capitales y tecnología) hasta adquirir numerosos atributos comunes y globales.
Estas interacciones hacen surgir propiedades emergentes que no existían en ninguno de los sistemas anteriores considerados en aislamiento. Cuando estas interacciones entre sistemas – por aproximaciones sucesivas – llegan a tener una extensión planetaria, se habla más propiamente de mundialización.
Globalización y mundialización pueden referirse entonces a sistemas complejos de tipo físico, climático, biológico y evolutivo, económico y cultural, del pasado y del presente. En la práctica, y en el lenguaje actual de todos los días, se entiende por globalización el proceso y el momento en los cuales todas las economías del mundo y las culturas de todos los países han entrado en un estado de interacción y de interdependencia, de permeabilidad e influencia recíproca, de apertura y no de aislamiento, autarquía o autosuficiencia.
En América, este proceso se define de globalización; en los países latinos de Europa, de mundialización. En este sentido muy amplio y algo impropio, los dos términos se han vuelto prácticamente sinónimos.
Muchas globalizaciones
Ha habido muchas globalizaciones en la historia de la biosfera y del hombre. A una escala geológica, por ejemplo, pueden citarse las grandes crisis planetarias del Permiano y del Cretáceo, o las conexiones entre Norte América y América del Sur por el istmo de Panamá que pusieron en contacto – repetidamente - tantas faunas y floras antes separadas. A la inversa, la deriva de los continentes fue una especie de anti-globalización que separó y desconectó elementos bióticos anteriormente en contacto.
Algo semejante puede decirse con relación a la historia del hombre. Cada vez que hubo progresos en los transportes y la comunicación (la rueda, la tracción animal, los trenes a vapor y después los eléctricos, todo tipo de barco de velocidad y autonomía crecientes, los aviones, los satélites, o el lenguaje escrito, la prensa de Gutenberg, el telégrafo, el teléfono, la radio y la televisión, las computadoras e Internet), hubo y hay una fase de expansión con tendencia hacia un aumento de las interacciones y de las conexiones, siendo las más importantes de ellas el comercio y los intercambios culturales.
Por ejemplo, los intercambios comerciales entre la cuenca del Mediterráneo y el sur de India (en particular Madras), fueron proporcionalmente más importantes e intensos, en los tiempos helénicos y romanos, de cuanto lo son en la actualidad.
La primera globalización de la historia humana, en el sentido más completo y planetario (mundialización), corresponde al periodo del Encuentro de los Dos Mundos y de los Grandes Descubrimientos.
En aquel periodo, las carabelas y la prensa de Gutenberg jugaron - para la iniciación del proceso de globalización - un papel causal similar a lo que representan ahora satélites y computadoras en la globalización actual.
Posteriormente, hubo otras globalizaciones. Entre ellas, fue muy importante aquella de comienzos del siglo veinte que se conoce por la expresión francesa “La Belle Epoque” y que se terminó con la deflagración de la Primera Guerra Mundial. Para América latina, Coatsworth reconoce y describe los efectos de cuatro ciclos de globalización después de aquella del Encuentro de Cristóbal Colón.
Globalización actual
La globalización actual, cuya encrucijada para su rápida expansión puede reconocerse en 1989 -en realidad los primeros síntomas son bastante anteriores- se debe principalmente a tres factores algo concomitantes: la caída del muro de Berlín con el fin de la Guerra Fría y la apertura o mayor permeabilidad de las fronteras, la liberalización del comercio internacional por los acuerdos del Uruguay Round del GATT (General Agreement on Tariffs and Trade), y la afirmación y expansión de Internet. Es la “BIG globalization”, por las iniciales de Berlín, Internet y GATT.
En la historia de la biosfera y de la humanidad, hubo y habrá - de esta manera - fases de expansión y de apertura, seguidas por fases de contracción, retracción, cierre, separación y aislamiento.
La expansión, debido al aumento de los contactos, de las comunicaciones y de los transportes, ya ha sido explicada. La retracción, desde lo más antiguo, se observa cuando ocurren situaciones de inseguridad, sobre todo en los transportes, fronteras más rígidas y estrictas frente a la gente y al comercio, y – más recientemente – el advenimiento en el siglo diecinueve de la mayoría de los Estados-Nación, a menudo con proteccionismo económico y censura de estado a la información, hasta las guerras mundiales que caracterizaron el siglo recién pasado.
Incluso los trágicos acontecimientos del 11 de Septiembre de 2001 y el advenimiento del terrorismo internacional han provocado una fase de detención parcial, o por lo menos de nuevos rumbos dictados por la geopolítica y la seguridad más que por la economía y el desarrollo (“la economía del miedo” y no de la confianza) a la globalización en curso.
Incidentalmente, las repercusiones negativas para el desarrollo económico derivadas del atentado del 11 de Septiembre han sido mucho más fuertes y devastadoras en los países del Sur que en aquellos desarrollados, incluyendo los mismos Estados Unidos víctimas directas del atentado.
Bajo todo punto de vista, la globalización es un fenómeno coyuntural, aunque sea muy prolongado. Lo que es, por otra parte, esencialmente estructural en el cambio actual es el advenimiento de la sociedad de la información, aquella de los servicios y de los conocimientos, y de la organización por redes (network society, Castells 1996), después de una larga fase de sociedad agraria y otra mucho más breve de sociedad industrial.
Ganadores y perdedores
El síndrome más común y más inquietante de la globalización es el de los ganadores-perdedores (winner-loser syndrome). Algunas entidades (especies, ecosistemas, individuos y comunidades humanas, países y economías) tienen una capacidad o voluntad mayor de adaptación al cambio, salen favorecidas por las nuevas interacciones, interfaces y conexiones, y ganan en fuerza y poder de expansión.
Otras entidades – por razones inherentes o circunstanciales o por fuerzas exteriores – no se adaptan igualmente bien (y a menudo ni siquiera comprenden la naturaleza y el sentido del cambio), y pierden desde un punto de vista biológico (extinción de especies), económico (baja de los ingresos y dependencia de los otros) y sociocultural (destructuración social y pérdida de identidades culturales). Las brechas (gaps) tienden a aumentar considerablemente.
En términos geopolíticos y sociales, las brechas aumentan no solamente entre países, sino también al interior de cada país – desarrollado o subdesarrollado – que tiene su parte de ricos y su parte de pobres marginalizados. Esta brecha interior entre ricos y pobres tiende incluso a ser mayor en países en vías de desarrollo, o claramente subdesarrollados, que en los países en la fase más avanzada de desarrollo.
El síndrome de los ganadores-perdedores se aplica a todas las entidades, desde lo biológico a lo económico y social. Así, el aumento de los contactos (o el establecimiento de nuevas formas de contacto) ha permitido a muchas especies que vienen desde afuera (especies invasoras) desplazar especies locales y autóctonas hasta su misma extinción.
También en las plantas y en el clima
Es el fenómeno de las invasiones biológicas. Este fenómeno ha sido tan intenso después del Encuentro de los Dos Mundos – y en los dos sentidos – que ha alterado la composición y el aspecto de muchos paisajes de América y de Europa.
En cuanto a las plantas, se suelen diferenciar las arqueofitas (aquellas plantas que han mantenido su antigua área biogeográfica de distribución) y las neofitas (aquellas que la han cambiado, introduciéndose en otros continentes después del
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