La Globalización
Enviado por mery_russ • 6 de Abril de 2014 • 1.842 Palabras (8 Páginas) • 208 Visitas
La globalización es hoy uno de los temas más delicados. Sus adversarios más encendidos le imputan el empobrecimiento de los pobres del mundo, el enriquecimiento de los ricos y la devastación del medio ambiente, mientras que sus partidarios más fervorosos la consideran un elevador de alta velocidad que lleva a la paz y la prosperidad universales.
Tratándose de un término de uso tan extendido, no existe, una definición precisa y ampliamente aceptada. Sin embargo, el concepto más común o básico de globalización económica es el hecho de que en los últimos años ha aumentado vertiginosamente la parte de las relaciones económicas entre personas de distintos países. Este incremento de las actividades económicas transfronterizas asume distintas formas:
Comercio internacional: Se consagra a las importaciones de otros países una proporción creciente del gasto en bienes y servicios, y una proporción creciente de la producción de los países se vende al extranjero en calidad de exportación. Entre los países ricos o desarrollados, la proporción del comercio internacional en el producto total (exportaciones más importaciones en relación con el PIB) aumentó de 27% en 1987, a 39% en 1997. En los países en desarrollo subió del 10% al 17%. (El origen de muchos de estos datos es el trabajo del Banco Mundial titulado World Development Indicators 2000 (Indicadores del desarrollo mundial).
Inversión extranjera directa (IED). Las empresas constituidas en un país invierten cada vez más en el establecimiento y funcionamiento en otros países. En 1998, firmas estadounidenses invirtieron en el exterior US$133.000 millones y empresas extranjeras invirtieron US$193.000 millones en los Estados Unidos. En todo el mundo las corrientes de IED se triplicaron con creces entre 1988 y 1998, pasando de US$192.000 millones a US$610.000 millones, y en relación con el PIB, la proporción de la IED generalmente va en aumento, tanto en los países desarrollados como en desarrollo. Estos últimos recibieron, como promedio, alrededor de una cuarta parte de las corrientes de IED movilizadas en todo el mundo entre 1988 y 1998, aunque la proporción varió bastante de un año a otro. Hoy día, esta es la forma más cuantiosa de transferencias de capitales privados hacia los países en desarrollo.
Corrientes de los mercados de capital. En muchos países (especialmente en el mundo industrializado) los ahorristas diversifican cada vez más sus carteras para incluir activos financieros extranjeros (bonos, capitales y préstamos en el exterior) y los prestatarios, también en grado creciente, recurren a fuentes de fondos externas, además de las internas. Si bien la afluencia de capitales de esta clase hacia los países en desarrollo también aumentó considerablemente durante los años noventa, ha sido mucho más inestable que las corrientes comerciales o de IED; asimismo, se ha limitado a un grupo reducido de países que constituyen "mercados emergentes".
Observaciones generales acerca de la globalización. En primer lugar, es crucial que en un análisis de la globalización se distinga entre las distintas formas que ésta asume. El comercio internacional, la inversión extranjera directa y las corrientes del mercado de capitales plantean cuestiones distintas y tienen consecuencias diferentes: posibles beneficios por un lado, y costos y riesgos por otro, que requieren evaluaciones y respuestas normativas diferentes. En general, el Banco Mundial se inclina a favor de una mayor apertura para el comercio y la IED porque las evidencias sugieren que los beneficios en materia de desarrollo económico y reducción de la pobreza tienden a ser relativamente mayores que los riesgos o costos posibles (aunque también se preste atención a políticas concretas para atenuar o aliviar esos costos y riesgos).
El Banco es más cauteloso respecto de la liberalización de otras corrientes financieras o de los mercados de capital, cuya extrema inestabilidad muchas veces puede fomentar ciclos de auge y quiebra y crisis financieras con enormes costos económicos, como la que sacudió a los mercados emergentes de Asia oriental y de otras partes del mundo entre 1997 y 1998. En este aspecto, debe hacerse hincapié en la configuración de instituciones y políticas internas que reduzcan los riesgos de la crisis financiera antes de emprender una apertura ordenada y cuidadosamente escalonada de la cuenta de capital.
En segundo lugar, la medida de participación de los distintos países en la globalización también dista de ser uniforme. Para muchos de los países menos desarrollados más pobres, el problema no consiste en que la globalización los empobrezca sino que se encuentran en peligro de quedar casi totalmente excluidos de ella. En 1997, la participación de esos países en el comercio mundial era de apenas el 0,4%, proporción minúscula y equivalente a la mitad de lo que había sido en 1980. Su acceso a las inversiones extranjeras privadas sigue siendo insignificante. Lejos de condenar a esos países a que sigan sumidos en el aislamiento y la pobreza, es urgente que la comunidad internacional les ayude a incorporarse en mayor grado a la economía mundial, brindándoles asistencia para ayudarlos a formar las instituciones y las políticas de respaldo necesarias y a continuar mejorando su acceso a los mercados mundiales.
En tercer término, es importante que se comprenda que la globalización económica no es una tendencia totalmente nueva. De hecho, y en un plano básico, ha sido un aspecto presente en la historia de la humanidad desde las épocas más remotas, a medida que las comunidades ampliamente esparcidas por el mundo fueron estableciendo relaciones económicas cada vez más amplias y complejas. En la era moderna, la globalización tuvo un florecimiento temprano hacia fines del siglo XIX, que abarcó a los países que hoy día son ricos o desarrollados, para muchos de los cuales las corrientes de comercio y capitales en relación con el PIB llegaron a ser similares o superiores a las que registran en
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