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La Guerra Fria


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2013  •  3.691 Palabras (15 Páginas)  •  289 Visitas

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La Guerra Fría, la guerra de Corea y el McCarthysmo

Adams, Willi Paul

Los Estados Unidos de América,

Historia Universal Siglo XXI. Tomo 30

México D.F, Siglo Veintiuno Editores. P 350-372

Una de las consecuencias más importantes de la segunda guerra mundial fue la conversión de los Estados Unidos de una gran potencia en la gran potencia. En tanto que lo restantes participantes habían quedado devastados por el conflicto, los Estados Unidos sufrieron perdidas insignificantes. La guerra, además, había llevado la opulencia de América y en 1945 los Estados Unidos concentraban las tres cuartas partes del capital invertido en el mundo y las dos terceras partes de su capacidad industrial. El pueblo americano era más rico y estaba mejor alimentado que cualquiera de los pueblos europeos: en tanto que ninguno superaba los 800 dólares de renta per cápita, en los Estados Unidos se habían alcanzado prácticamente los 1,500 dólares. Y, al mismo tiempo, cabe resaltar que América era la más poderosa potencia militar del mundo.

Solamente los Estados Unidos podía llenar el vacío de poder producido en el panorama político mundial del momento; pero los americanos carecían de una clara visión de lo que significaba su nuevo papel, por lo que transformaron el anticomunismo dentro y fuera de sus fronteras en una ideología, surgiendo así la guerra fría. Hay muchas versiones contradictorias presentadas por diferentes historiadores que tratan de explicar el origen, el desarrollo y la esencia de la guerra fría, podemos encontrar por ejemplo: la versión ortodoxa y la tesis revisionista. Cada una de estas interpretaciones a logrado demostrar que dicha guerra fue en gran medida una consecuencia de los errores de cálculo, equivocaciones y falsas interpretaciones de los rusos como de los americanos acerca de las intenciones del contrario, uno respecto al temor de la expansión del capitalismo y el otro respecto al temor de la imposición del comunismo. El temor sirvió de base a la guerra fría y a su prolongación.

En 1947, al tiempo que solicitaba fondos al Congreso para ayudar a Grecia y a Turquía, Truman declaró que los Estados Unidos debían apoyar a todo país amenazado por la presiones comunistas. Esta política, junto con la idea de contener a la Unión Soviética, revistió en 1947-48 la forma de un plan, conocido también como European Recovery Programm. El Plan Marshall pretendía no solo proporcionar asistencia económica a aquellos países que luchaban contra el comunismo, sino también a los países de Europa no controlados por la Unión Soviética para acelerar su recuperación industria y hacer así frente a la amenaza de dicho país. Los 12,000 millones de dólares proporcionados por los Estados Unidos, impidieron la quiebra económica de muchos países y estimularon a su vez la expansión industrial. En 1949 Truman dio un paso más en su política de ayuda económica con su <<programa de cuatro puntos>>, que involucraba a los países subdesarrollados del Tercer Mundo, ya que se pensaba que al proporcionarles ayuda financiera, técnica, científica y militar, estos países serian capases de luchar contra la pobreza, desarrollar instituciones democráticas y resistir a las incitaciones del comunismo. De este modo, la política de contención (containment), originalmente confinada a Europa, se convirtió en una estrategia global. En 1950, con ocasión de la invasión de Corea del Sur desde el Norte, Truman envió tropas americanas al mando del general MacArthur para auxiliar a los surcoreanos; a ellas se unirían más tarde fuerzas de las Naciones Unidas en una guerra que había de prolongarse por tres años.

No resulta fácil hacer un balance de la reacción del pueblo americano frente al nuevo papel asumido por los Estados Unidos en la política mundial, ya que por un lado se mostraban apáticos y desinteresados y por otro lado existía cierta xenofobia entre quienes deseaban que su país se apartase de los problemas exteriores. Pero dicha percepción social fue cambiando a raíz del involucramiento cada vez mayor de Rusia en cierto sucesos como por ejemplo: el golpe de Estado de Checoslovaquia (1948), el estallido de la guerra de Corea, etc. Si bien es cierto que antes de 1950 la mayoría de los americanos parecían contrarios a la expansión militar y al compromiso internacional, a los programas de ayuda al extranjero estaban también asociados fuertes intereses de industrias, de la AFL y el CIO, ya que la ayuda a Europa y a otras regiones contribuyó ciertamente a crear mercados para los productos americanos y, consiguientemente, a la prosperidad económica de la posguerra en los Estados Unidos.

El estallido de la guerra de Corea mostró la aprobación publica de la política del presidente Truman, aunque dicho entusiasmo fue disminuyendo a medida que aquélla se prolongaba. Aun cuando la guerra de Corea fuese un conflicto limitado, su impacto sobre América fue similar al producido por la segunda guerra mundial. En 1952 había ya cerca de 4 millones de hombres en las fuerzas y los gastos militares habían aumentado de 22,500 millones de dólares en 1950 a 44,000 millones en 1952. Durante el mismo periodo el producto nacional bruto pasó de 264,000 millones de dólares a 339,000 millones y el paro cayó por debajo del dos porciento. Los negros y las mujeres americanas volvieron a encontrar oportunidades de trabajo y la afiliación a los sindicatos experimento de igual manera un alza. Cabe resaltar que además de la consecuencias económicas beneficiosas que tuvo la guerra de Corea también hubo perdidas de vidas americanas (33,000), aunque menores a las de la segunda guerra mundial, ya que el pueblo americano no estaba dispuesto a hacer grandes sacrificios en este caso. Tanto los sindicatos como las empresas resistían a aceptar el control por el gobierno de los precios y los salarios, y de igual manera el público, por otra parte, previendo la aparición de escaseces como consecuencia de la guerra, se lanzó a gastar frenéticamente. Como resultado de estas diferentes presiones, la inflación amenazó con poner fin a la estabilidad económica (en 1950-51, el coste de la vida subio a un ritmo mensual del 1% y los precios a 2%, mensualmente). Al fracasar, entonces, todos los llamamiento a la imposición de controles voluntarios, la Administración congeló obligatoriamente los salarios y los precios, contribuyendo asimismo a reducir las tenciones inflacionistas.

En muchos aspectos, las consecuencias psicológicas de la guerra de Corea tuvieron mayor importancia que su repercusión económica. Y un ejemplo de esto fue tras conocer la noticia del éxito de una prueba nuclear rusa en 1949 y hacerse público que el científico británico Klaus Fuchs había pasado secretos atómicos a la Unión Soviética en 1950, y esto lo único que provocó

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