La Historia Como Identidad Nacional
Enviado por LunaNormal • 27 de Febrero de 2013 • 1.137 Palabras (5 Páginas) • 3.241 Visitas
LA HISTORIA COMO IDENTIDAD NACIONAL
La lectura nos habla de quien utiliza la historia con distintos fines lleva a cuestas la responsabilidad social de cumplir las expectativas de la identidad nacional.
Identidad nacional la entiendo como eso que el país exige se diga de él, nada fuera de los límites que pueda dañar la reputación de él a lo largo de la historia.
Refiriéndonos al nacionalismo se dice que trabaja principalmente con lo que es la educación de una persona incluyendo la que recibió en la escuela, casa y sociedad; al fin y al cabo cada una de ellas estimula a formar el alma nacional en cada uno de los individuos al mismo tiempo que establece distintas relaciones y se siente parte de un todo.
El pertenece a un país ofrece por un lado una identidad para cada ser y distintos derechos que nos privilegian pero a cambio de ello solicita obligaciones que al fin de la jornada forman un asunto bien equilibrado.
Con miras a lo que es la historia se dice que la historia pública representa un “peligro” porque en sus afanes de responder a la identidad nacional se vuelve una historia “sobrepedido” en la que los historiadores escriben, cuentan o enseñan aquello que quieren que se diga de ella. Es decir no podemos decir que toda la historia es objetiva porque estaríamos en un error.
La historia como identidad social se enfrenta a distintos vertientes una positiva y una negativa. La negativa la representa la falsa responsabilidad social donde se recalca el hecho de que la historia cuando estamos pequeños nos presentan en los libros una verdad “irresistible” aunque tal vez pueda ser falsa pero por la certeza con la que se habla de ella no podemos dar marcha atrás. Incluye también la idea de quién la escribe acentúa el orgullo nacional, los héroes, los acontecimientos fantásticos suponiendo que cada lector debe sentirse identificado a obligación con algo de eso.
Si nos referimos a la vertiente positiva estaremos dándole al historiador el papel de persona reflexiva, crítica y honesta capaz de rescatar la voz de los vencidos y de los olvidados, apto para no caer en las tentaciones de privilegiar algunas historias, abierto para el intercambio científico para así confrontar distintos puntos de vista divergentes y aceptando la idea de que no hay verdad definitiva, hecho que le llevara a estar cada vez más enterado y capacitado para utilizar la historia de una manera mas objetiva.
LA HISTORIA COMO IDENTIDAD NACIONAL
Jean Meyer
La Historiografía, su profesionalización estableció normas de objetividad y liberó al historiador, teóricamente, de la necesidad de trabajar para los poderosos, de adaptarse a los gustos y valores del público, esto también significó autonomía.
La historia como identidad nacional no es más que uno de los aspectos de un problema mayor, él de la historia pública, de la historia sobre pedido, con o sin convicción, cinismo, prostitución.
La historia puede ser una ficción, dado de que se la considere como esencial para la creación y la conservación de la identidad nacional. Hacer soñar, emborracha a los pueblos, les engendra falsos recuerdos, exagera sus reflejos, mantiene abierta sus viejas llagas, los atormenta en su reposo, los conduce al destino de grandeza o de persecución, y vuelve a las naciones amargadas, soberbias, insoportables y vanas. Nietzsche y a Valery: los pueblos felices no tienen historia, el olvido es una bendición que quiere corromper la historia.
LA HISTORIA COMO IDENTIDAD NACIONAL
“El
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